La 'cumbre' Reagan-Breznev es s¨®lo cuesti¨®n de meses

La esperada cumbre Reagan-Breznev es ya s¨®lo cuesti¨®n de meses, seg¨²n la opini¨®n generalizada de los observadores occidentales residentes en Mosc¨².Inesperadamente, el domingo, el l¨ªder sovi¨¦tico respondi¨® en la primera p¨¢gina de Pravda al ofrecimiento hecho por el presidente norteamericano, que hab¨ªa sugerido encontrarse con Breznev el pr¨®ximo mes de junio en la sede neoyorquina de las Naciones Unidas.

La propuesta del presidente Reagan -hecha de manera informal hace dos semanas- fue bien acogida desde un primer momento, seg¨²n dieron a entender fuentes oficiosas sovi¨¦ticas. Luego vino el silencio. S¨®lo anteayer Le¨®nidas Breznev daba su s¨ª, pero en el ¨®rgano oficial del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS).

El jefe del Estado y l¨ªder del partido ¨²nico sovi¨¦tico expon¨ªa en Pravda sus deseos de que la cumbre se celebrara el pr¨®ximo mes de octubre (a fin de tener m¨¢s tiempo para preparar el encuentro.) y en un pa¨ªs neutral, como Suiza o Finlandia.

Ya en ocasiones anteriores, medios oficiales sovi¨¦ticos hab¨ªan insistido en la necesidad de que la cumbre Reagan-Breznev fuera precedida por unos intensos preparativos que la hicieran m¨¢s fruct¨ªfera. A pesar de ello, en medios occidentales de Mosc¨² se comenta tambi¨¦n que la elecci¨®n del mes de octubre como fecha para su celebraci¨®n podr¨ªa estar relacionada con la posible fragilidad fisica del l¨ªder sovi¨¦tico, quien necesitar¨ªa recuperarse y evitar agobios.

Desde que el 23 de febrero de 1981 Breznev propusiera al entonces reci¨¦n elegido Ronald Reagan la celebraci¨®n de una cumbre, pocos -o casi ninguno- han sido los avances que se han realizado a favor de la distensi¨®n entre las dos grandes potencias.

La declaraci¨®n del estado de emergencia en Polonia vino el pasado mes de diciembre a hacer m¨¢s tensas las relaciones Este-Oeste, y los diversos ofrecimientos para el desarme realizados por ambas partes han terminado surtiendo efectos m¨¢s propagand¨ªsticos que pr¨¢cticos.

Desde esta perspectiva, en c¨ªrculos occidentales de Mosc¨² se valoran con gran escepticismo los resultados de esta posible cumbre Reagan-Breznev, para cuya celebraci¨®n a¨²n habr¨ªa que negociar primero la fecha y el lugar.

Entre tanto, periodistas y diplom¨¢ticos occidentales de Mosc¨² tienen puesta su atenci¨®n en un programa que la televisi¨®n sovi¨¦tica emitir¨¢ en directo el jueves a las cinco de la tarde. Se trata de la retransmisi¨®n de la ceremonia conmemorativa del nacimiento de Lenin, en la que -seg¨²n marca la tradici¨®n- tendr¨¢ que estar presente Breznev. Esa ser¨¢ su primera aparici¨®n p¨²blica desde que se supo oficiosamente que hab¨ªa sido hospitalizado.

De asistir Breznev, la ceremonia conmemorativa del nacimiento de Lenin habr¨¢ de hacer las delicias de los kremlin¨®logos: todos esperan ver si junto al l¨ªder sovi¨¦tico presidir¨¢ el delf¨ªn Konstantin Tchernienko, de 71 a?os, o el m¨¢s veterano miembro del Politbur¨®, Andrei Kirilenko, de 76 a?os, a qui¨¦n no se ve en p¨²blico desde hace meses.