El ejercito israel¨ª pone en marcha la operaci¨®n 'Paloma Roja'
Veinte mil soldados israel¨ªes, entre los que riguran centenares de mujeres que pertenecen a las unidades femeninas del Ej¨¦rcito, iniciaron ayer la operaci¨®n Paloma Roja, consistente en evacuar a la fuerza a 2.000 extremistas jud¨ªos opuestos a la retirada de Israel del Sina¨ª y reagrupados en el sector norte del desierto cuya capital es Yamit. El ministro de Defensa israel¨ª, Ariel Sharon, anunci¨® el domingo por la noche el inminente desencadenamiento de esta operaci¨®n.
Nada m¨¢s empezar la operaci¨®n, dirigida por el general Hayim Erez, una decena de j¨®venes de la Liga de Defensa Jud¨ªa, fundada por el rabino Meir Kahana, amenaz¨® con suicidarse. Los j¨®venes extremistas se atrincheraron en un s¨®tano repleto de bombonas de gas y de bidones de gasolina.Esta amenaza ha sido tomada lo suficientemente en serio para que los dos grandes rabinos de Israel, el sefard¨ª y el askenazi, se desplacen a Yamit -adonde llegaron el domingo por la noche- para intentar hacer cambiar de opini¨®n los colonos ultranacionalistas.
Para convencer a estos extremistas, la mayor¨ªa de origen norteamericano, inspirados por motivaciones nacionalistas y religiosas, los rabinos esgrimieron argumentos teol¨®gicos, invocando "a una estancia en el limbo, sin entrada en un mundo mejor" a aquellos que se den la muerte por estos motivos.
Pero los j¨®venes atrincherados s¨®lo est¨¢n dispuestos a escuchar al rabino Meir Kahana, que est¨¢ actualmente en Estados Unidos. En una declaraci¨®n hecha en Nueva York y recogida por la radio estatal israel¨ª, el rabino se mostr¨® dispuesto a regresar a Israel para discutir con sus disc¨ªpulos, a condici¨®n de que se le garantice que no va a ser detenido. Meir Kahana ha sido condenado por haber alterado el orden p¨²blico hace algunas semanas por penetrar en Yamit sin autorizaci¨®n.
Ni la Prensa extranjera ni la israel¨ª han sido autorizadas a entrar desde ayer en el Sina¨ª, lo que ha originado numerosas protestas, entre las que destacan la de la asociaci¨®n de corresponsales extranjeros y la del influyente comit¨¦ de redactores jefes de la Prensa hebrea. Hasta el diario progubernamental Maariv publica en primera
p¨¢gina un editorial titulado: "La libertad de expresi¨®n est¨¢ en peligro". Los enviados especiales que ya se encontraban ayer por la ma?ana en el Sina¨ª no han sido, sin embargo, expulsados.
S¨®lo la radio israel¨ª retransmite el directo desde la zona la operaci¨®n Paloma Roja. Entrevistado por radio, el general Hayim Erez, comandante en jefe de las fuerzas israel¨ªes en el Sur, declar¨®: "Esperamos que no se produzca una resistencia violenta, aunque sabemos que nadie saldr¨¢ de aqu¨ª por su propia voluntad. Trataremos de evitar el empleo de la fuerza. Estas gentes no son el enemigo".
Centros de resistencia
Seg¨²n la radio, subsisten tres centros de resistencia: el monumento al Ej¨¦rcito israel¨ª construido cerca de Yamit y en cuya cumbre se han instalado una docena de estudiantes, liderados por Thahi Hanegbi, hijo de la diputada de extrema derecha Gueoula Cohen; los otros dos centros son el asentamiento de Atzmona, en el que los extremistas parecen dispuestos a utilizar sus armas, y el bunker de los seguidores de Meir Kahana.
Los extremistas mejor predispuestos ser¨¢n llevados hasta Israel. Pero las fuerzas armadas temen que, una vez dentro, intenten regresar. Para impedir las infiltraciones, han cercado todo el sector.
A pesar de que el ej¨¦rcito israel¨ª prohibi¨®, el pasado 31 de marzo, el acceso del Sina¨ª a los civiles, numerosos extremistas jud¨ªos han conseguido penetrar en la Pen¨ªnsula infringiendo los controles militares y reforzar as¨ª al grupo de colonos que no estaba dispuesto a abandonar la zona. Estos se dedicaron desde principios de abril a fortificarse en Yamit y aldeas colindantes sin que las fuerzas armadas hebreas les impidiesen organizar su resistencia.
Esta pasividad del ej¨¦rcito se explica, en opini¨®n de numerosos observadores, por el deseo del Gobierno de Israel de mostrar a la opini¨®n p¨²blica internacional y, m¨¢s concretamente, a la norteamericana y egipcia, el gran sacrificio que representa para el Estado hebreo el abandono de un pedazo de desierto en el que se hab¨ªan asentado miles de sus s¨²bditos.
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