El zo¨®logo Alvarado Ballester ingresa en la Academia de la Lengua apelando a un consenso entre bi¨®logos y lexic¨®logos
"Como bi¨®logo, como zo¨®logo, como naturalista, que es lo que realmente soy y me considero, creo que he sido llamado para proseguir la labor de Ignacio Bol¨ªvar y Emilio Fern¨¢ndez-Galiano", declar¨® Rafael Alvarado Ballester en su discurso de recepci¨®n en la Real Academia de la Lengua Espa?ola, pronunciado ayer en sesi¨®n plenaria de la instituci¨®n. El nuevo acad¨¦mico, que estrena una de las sillas de nueva creaci¨®n en la casa, la m min¨²scula, titul¨® su discurso De nomenclatura. Juxta praeceptam aut consensu biologorum (Tecnicismos, cultismos, nombres cient¨ªficos y vern¨¢culos en el lenguaje biol¨®gico). Alvarado Ballester (Tarragona, 1924), apelar¨ªa a ese consenso entre bi¨®logos, adem¨¢s de a las normas, para buscar el justo nombrede las cosas. Le contest¨® Pedro La¨ªn Entralgo.
Rafael Alvarado Ballester, catedr¨¢tico de zoolog¨ªa y autor de numerosos publicaciones sobre histolog¨ªa, morfolog¨ªa animal y teor¨ªa evolutiva, piensa que el enriquecimiento de la lengua cient¨ªfica mediante la creaci¨®n de terminolog¨ªas propias requiere, con frecuencia, el invento de voces nuevas o el pr¨¦stamo de otras lenguas. "Pero ese pr¨¦stamo suele ser peligroso", afirm¨®, "porque desemboca en traslaciones de superficial semejanza foti¨¦tica sin reflexi¨®n ni una impregnaci¨®n en el esp¨ªritu del idioma".Rafael Alvarado manifest¨® su esperanza en que pueda contribuir a la limpieza de los t¨¦rminos cient¨ªficos en el castellano, y a su correcta creaci¨®n. Seg¨²n el acad¨¦niico, si la nomenclatura biol¨®gica tiene su meta en conseguir nombres ¨²nicos y distintivos para cada tax¨®n, el vocabulario vulgarizado que nazca del cient¨ªfico debe tender a lo mismo, "pero salvando, en todo lo que sea posible, el sistema de voces existente que, por su solera ling¨¹¨ªstica o literaria, se lo merezcan". Para lograrlo, a imitaci¨®n de lo que determinan las reglas nomenclaturales, "deber¨¢n atemperarse las normas preceptivas con los adecuados convenios entre los bi¨®logos, en estrecha colaboraci¨®rt para tan ardua tarea con los lexic¨®logos".
Flexibilidad, no copia
Si el espa?ol ya dio ejemplo de convivencia cultural y capacidad de asimilaci¨®n del lat¨ªn, del griego, del ¨¢rabe y, m¨¢s tarde, de las lenguas americinas, Alvarado Ballester cree que debe continuar "esa tradici¨®n de flexibilidad", pero sin aceptar "una copia servil de lo extranjero", como suele ocurrir en lenguajes t¨¦cnicos como el de Ia radio, la electr¨®nica y otros.Una de las tareas b¨¢sicas del bi¨®logo, seg¨²n el nuevo acad¨¦mico, ha sido la de describir objetos de la naturaleza viviente y distinguir clases diferentes de vegetales, de animales y de otros tipos de seres vivos. Como los dos reinos (vegetal y animal) que se distingu¨ªan en tiempos antiguos van hoy acompa?ados por otros varios, el dar nombres a esos grupos constituye la primera misi¨®n de la nomenclatura biol¨®gica, cuyos principios y reglas se han desarrollado lenta y trabajosamente. De hecho, seg¨²n afirma Alvarado, esa nomenclatura (con su base te¨®rica, la taxonom¨ªa, a cuyo servicio est¨¢) es una de las m¨¢s f¨¦rtiles ramas de la biolog¨ªa actual.
Aquel nominalismo que aplic¨® Ad¨¢n cuando, seg¨²n el texto b¨ªblico, Jehov¨¢ hizo desfilar ante ¨¦l todas las bestias del campo para que viese "c¨®mo les llamar¨ªa" ya no sirve. La vieja pol¨¦mica sobre el si¨¢nificado de las categor¨ªas en taxonom¨ªa ya tiene en el Diccionario las siguientes voces usadas por los bi¨®logos: especie, g¨¦nero, familia, orden, clase y filo. Que no todos tienen concienc¨ªa de esas categorias qued¨® demostrado cuando ayer el ya acad¨¦mico de la Lengua explicaba en su discurso c¨®mo (hasta) alumnos de tercer curso de ciencias geol¨®gicas creen que ranas y sapos son animales de la misma especie, ignoran las metamorfosis de los renacuajos o piensan que el rat¨®n es el macho de la rata.
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