Probable baja de los tipos de inter¨¦s en EE UU si se reduce la inflaci¨®n y controla el d¨¦ficit
Aunque la Casa Blanca todav¨ªa no ha lanzado las campanas al vuelo, la mayor¨ªa de indicadores econ¨®micos muestran que probablemente para el presidente Ronald Reagan comenz¨® la primavera econ¨®mica. Hay esperanzas fundadas de salir del t¨²nel de la recesi¨®n econ¨®mica, en el curso de los pr¨®ximos meses. Hay confianza para un acuerdo en el presupuesto, destinado a limitar el d¨¦ficit. La inflaci¨®n para el a?o en curso se proyecta a un incre¨ªble 1 % (fue del 8,9% en 1981). La bolsa sube en Wall Street. La inflexible Reserva Federal rebajar¨¢ posiblemente sus altos tipos de inter¨¦s.
"Todos los norteamericanos -directivos y obreros, consumidores ahorradores, j¨®venes y viejos- experimentar¨¢n los beneficios de la baja inflaci¨®n", dijo, entusiasta, Murray Weidenbaum, responsable del consejo econ¨®mico del presidente Reagan. No es para menos. El ¨²ltimo ¨ªndice de inflaci¨®n correspondiente al mes de marzo dio un crecimiento negativo del 0,3%, la primera que sucede en los ¨²ltimos 17 a?os. La proyecci¨®n para la totalidad del a?o 1982, de continuar la tendencia, ser¨ªa de una inflaci¨®n del 1% en Estados Unidos.La gasolina, la vivienda, la comida y el transporte mantienen precios estables o incluso bajan considerablemente como ocurre en el caso del petr¨®leo, cuyos productos experimentaron una rebaja del 8,7% en el pasado a?o, situando otra vez en la l¨ªnea del d¨®lar el gal¨®n (unos cuatro fitros) de gasolina normal.
Alto ¨ªndice de desempleo
La victoria contra la inflaci¨®n es producto de la persistente recesi¨®n econ¨®mica, argumentan los cr¨ªticos de la pol¨ªtica econ¨®mica del presidente Reagan. Destacan que no todo son flores en la primavera econ¨®mica reganiana, como demuestra la ca¨ªda del 3,6% del PIB, en el primer trimestre del a?o y las' previsiones de crecimiento anual de s¨®lo el 0,2% (contra el 2% del pasado a?o). Resalta tambi¨¦n ¨¦l 9% de desempleo en EE UU.Pero el control de la inflaci¨®n, "fruto de una pol¨ªtica monetaria restrictiva", se?al¨® Weindebaum, "son el mejor argumento de la Administraci¨®n Reagan para convencer al presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, de que ha llegado la hora de aflojar las riendas del cr¨¦dito. Con ello, el presidente obtendr¨ªa dos objetivos considerables: relanzar el consumo interno, estimulando el empleo en un a?o con cita electoral en el Congreso y convencer a los aliados occidentales, el pr¨®ximo mes de junio, en Versalles, de que se cumplen las predicciones de relajamiento de los tipos de inter¨¦s norteamericanos.
Paul Volcker, imperturbable y fiel a su l¨ªnea de cr¨¦dito caro y restricci¨®n de la masa monetaria, recuerda que no se puede permitir presupuestos p¨²blicos con previsiones de d¨¦ficit superiores a los 100.000 millones de d¨®lares, para 1983, otros 220.000 en 1984 y, quiz¨¢, 240.000 en 1985.
Los inversores de Wall Street corraboran tambi¨¦n sus preocupaciones por el creciente d¨¦ficit p¨²blico, aunque parecen confiar en una reducci¨®n del mismo. El ¨ªndice Down Jones no ha dejado de subir en las ¨²ltimas semanas, superando la barrera de los 850 despu¨¦s de haber rozado los ochocientos puntos hace tan s¨®lo unos meses.
La batalla del presupuesto
Desde su despacho ovalado de la Casa Blanca, el presidente Reagan maniobra con el Congreso, con los miembros de su propio partido republicano o con los l¨ªderes de la oposici¨®n dem¨®crata, para que el presupuesto de 1983 sea r¨¢pidamente aprobado -probablemente esta semana- en la l¨ªnea general propuesta por su Administraci¨®n."El compromiso es posible", dijo el h¨¢bil l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Howard Baker. El compromiso para limitar el d¨¦ficit por debajo de los 100.000 millones de d¨®lares comportar¨ªa, al parecer, un incremento del 4% en la presi¨®n fiscal para los ingresos superiores a los 40.000 d¨®lares anuales (unos cuatro millones de pesetas), la imposici¨®n suplementaria sobre alcohol, tabaco y gasolina. Tambi¨¦n hay peticiones parlamentarias para limar el espectacular gasto de la Defensa (29% del presupuesto federal) entre el 10% y el 11 %. Mientras los poli' ticos esgrimen cifras y barajan previsiones, sin perder de vista el impacto popular cara a las elecciones al Congreso del pr¨®ximo mes de marzo, cada vez son m¨¢s patentes las consecuencias de la pol¨ªtica de los reaganomics de reducir el gasto p¨²blico recortando en los programas sociales. La Prensa lo recuerda a diario con gran enojo por parte de la Casa Blanca.
?Por qu¨¦ atribuir todos los males a la pol¨ªtica del presidente?, se interrogan, no sin cierto candor, algunos funcionarios d¨¦ la Casa Blanca.
El ¨²ltimo episodio del malestar entre Prensa y Casa Blanca lo protagoniz¨® el reportaje de media hora que la primera cadena de televisi¨®n norteamericana, la CBS, dedic¨® a cuatro casos de personas afectadas por la estrategia econ¨®mica del presidente Reagan.
Pol¨¦mico programa
Difundido a continuaci¨®n del telediario de las siete de la tarde, considerado como uno de los momentos de mayor audiencia, comentarista Bill Moyers entrevist¨® a un padre de familia minusv¨¢lido que perdi¨® los beneficios de la asistencia social; a una madre que debi¨® retirar a su hija la cl¨ªnica, debido a los recortes en la asistencia m¨¦dica p¨²blica para pobres; a otra ama de casa que perdi¨® su empleo y la posibilidad de recibir "cupones para comida" para sus hijos.Im¨¢genes duras, emotivas y de gran impacto, que provocaron una r¨¦plica r¨¦plica de la Casa anca. "Se han pasado de rosca" vino a decir el jefe de comunicaciones de la Casa Blanca, David Gergen, recusando el rerportaje de la CBS y pidiendo la posibilidad de una r¨¦plica, negada por los directivos de la cadena televisi¨®n.
La esperanza para Reagan es e la primavera econ¨®mica se produzca r¨¢pidamente en ¨¦xitos recuperaci¨®n que alivien a los norteamericanos, cuya situaci¨®n y futuro "depende del esfuerzo cada uno", dice y repite el presidente Reagan, de acuerdo con tradicional concepto de un liberalismo econ¨®mico a ultranza, recogido por sus asesores y conocido ya en medios acad¨¦micos como reganomics.
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