Madres salvadore?as piden en Madrid dinero para armas
Bajo el impacto causado por el testimonio de dos madres salvadore?as pidiendo dinero para comprar armas e impedir as¨ª que la derecha y el ej¨¦rcito no sigan engrosando la cifra de 35.000 asesinados en los dos ¨²ltimos a?os, conclu¨ªa el domingo, en la parroquia universitaria de Madrid, una huelga de hambre. Una m¨¢s en la ya larga cadena por provincias espa?olas y distintos pa¨ªses, y que el Nobel de la Paz, Adolfo P¨¦rez Esquivel, y Justicia y Paz hab¨ªan iniciado hace unas semanas en Washington.Durante cuarenta y ocho horas los treinta huelguistas de hambre hab¨ªan desarrollado el programa que de sitio en sitio se va repitiendo: reflexi¨®n sobre la situaci¨®n salvadore?a, informaci¨®n al p¨²blico de lo que all¨ª pasa, ayudados del v¨ªdeo sobre el asesinato de los periodistas holandeses. Dos novedades ofrec¨ªa el recinto de la Ciudad Universitaria: la informaci¨®n de Te¨®filo Cabestrero, sacerdote periodista en Nicaragua, y el testimonio apasionado de dos madres salvadore?as.
"Con el presidente Reagan, Somoza nunca hubiera ca¨ªdo. Ahora alimenta la contrarrevoluci¨®n que no se para en medios tan peregrinos como el desembarco de sectas carism¨¢ticas o los cursillos de cristiandad", dec¨ªa Cabestrero.
En su opini¨®n, el pueblo est¨¢ cansado de una guerra que no tiene fin, a pesar de la abrumadora superioridad en armamento del Ej¨¦rcito de El Salvador. "La participaci¨®n a las ¨²ltimas elecciones fue mayor de la prevista, aunque nunca fue lo que el Gobierno dijo porque, entre otras razones, la guerrilla contra un tercio del pa¨ªs, que no vot¨®".
Las madres salvadore?as no quisieron ocultar que ped¨ªan dinero para comprar armas: "si la guerrilla hubiera estado all¨ª no hubieran muerto esos 47 personas a los que se refer¨ªa la Prensa espa?ola del viernes".
Sobre este punto debati¨® la concurrida asamblea del domingo durante la misa:" no podemos enviar armas a El Salvador", dec¨ªa un joven con acento yanqui, "porque nos ponemos a la altura de Reagan". Los que hab¨ªan ayunado s¨ª que entend¨ªan, declaraban, lo del dinero para armas que ped¨ªan las mujeres salvadore?as, quienes a?ad¨ªan: "estamos tranquilos con los muertos, pero nos preocupan los desaparecidos porque nos imaginamos las torturas".
Cristo muere cada d¨ªa en El Salvador, se le¨ªa en la s¨¢bana que presid¨ªa la asamblea, sobre la que se hab¨ªa dibujado a un campesino crucificado. El ex presidente Adolfo Su¨¢rez, presente en la misa de once, en la que se celebraron varios bautizos, coment¨® el panorama: "Es muy macabro".
En la resoluci¨®n final se insta a los obispos espa?oles a que "se pronuncien sin dilaci¨®n ante estos hechos. Al menos, esperamos que lo haga en la misma medida que lo ha hecho la Conferencia Episcopal estadounidense".
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