La aportaci¨®n brit¨¢nica a la CEE, en v¨ªas de soluci¨®n

El problema de la aportaci¨®n brit¨¢nica al presupuesto de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE), que envenena las relaciones entre los diez desde hace dos a?os, y que ha colocado al Mercado Com¨²n Europeo frente a la crisis m¨¢s grave de su historia, puede haber entrado en v¨ªas de soluci¨®n, tras la reuni¨®n de ministros de Asuntos Exteriores que finaliz¨® ayer en Luxemburgo. Los nueve compa?eros del Reino Unido parecen haberse dedicido a lanzar una ofensiva contra Londres que obligue al Gobierno de la se?ora Thatcher a aceptar un compromiso.

Por primera vez, el Reino Unido ha quedado completamente aislado, falta incluso de la pretendida neutralidad de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). Bonn se ha pronunciado a favor de una restituci¨®n fija inferior a la exigida por Londres y su ministro, Hans Dietrich Genscher, ha dicho tajantemente que no debe existir ninguna relaci¨®n entre la soluci¨®n del problema brit¨¢nico y la fijaci¨®n de los nuevos precios agr¨ªcolas, que debe ser debatida hoy y ma?ana por los ministros de Agricultura. El ministro brit¨¢nico, Francis Pym, que asist¨ªa por primera vez a una reuni¨®n formal del consejo comunitario, continu¨® vinculando ambos problemas, pero Londres se expone hoy a quedar completamente solo en unos momentos de especial debilidad, cuando pide por otra parte a los diez pleno apoyo en su conflicto con Argentina.El presidente de turno del Consejo, el belga Leo Tindemans, afirm¨® que estaba "sorprendido" por la unidad de criterios expuesta por los nueve, que est¨¢n de acuerdo, tanto en la propuesta que debe ser devuelta al Reino Unido como en la filosof¨ªa que debe subyacer en esa devoluci¨®n.. Para Pym existe una "gran diferencia" de puntos de vista entre su Gobierno y los restantes miembros de la CEE, confesi¨®n que jam¨¢s hab¨ªa realizado el anterior ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico, lord Carrington, quien siempre alud¨ªa indirectamente a la neutralidad de la RFA.

El acuerdo entre los nueve podr¨ªa concretarse, seg¨²n fuentes oficiosas, en una restituci¨®n de ochocientos millones de unidades de cuenta -unos ochocientos millones de d¨®lares- durante un per¨ªodo de tres a?os. La cifra no ser¨ªa fijada seg¨²n indicadores objetivos, como pide Londres, sino de forma arbitraria para no crear precedentes desafortunados. Dado que en 1981 Londres recibi¨® de la CEE 1.370 millones de unidades de cuenta (31 millones m¨¢s de lo que hab¨ªa aportado, por culpa de un error de la Comisi¨®n), la restituci¨®n sufrir¨ªa una moderada disminuci¨®n.

Oferta comunitaria

La oferta comunitaria, respaldada esta vez sin fisuras por los nueve, ser¨¢ debatida de nuevo en un consejo extraordinario que se celebrar¨¢, probablemente, la semana pr¨®xima. Francis Pym tiene una semana escasa para decidir si contin¨²a en solitario su batalla en el seno de la CEE o si, con algunas modificaciones, acepta la propuesta realizada ayer como base de discusi¨®n y de acuerdo. Mientras tanto su colega, el ministro brit¨¢nico de Agricultura, tendr¨¢ que soportar hoy y ma?ana un duro ataque de sus compa?eros comunitarios que le acusan de provocar p¨¦rdidas por valor de 350 millones de d¨®lares entre los agricultores europeos, al bloquear los nuevos precios agr¨ªcolas que deb¨ªan estar en funcionamiento desde el pasado primero de abril.

Los nueve no quieren forzar hoy una votaci¨®n que con el resultado de todos contra Londres suponga el veto formal brit¨¢nico, caso sin precedentes en la historia de los consejos agr¨ªcolas en los que, mal que bien, siempre se ha llegado a la unanimidad. Pero las presiones sobre Londres ser¨¢n esta vez m¨¢s fuertes que nunca. La dama de hierro, Margaret Thatcher, podr¨¢ dif¨ªcilmente mantener la absoluta negativa que ha presentado hasta ahora frente a sus colegas europeos.