Madre no hay m¨¢s que una
Una gorda y sufrida ama de casa odiada por el marido, despreciada por los hijos, enga?ada por el amante, no tiene m¨¢s consuelo que llorar y comer bombones. La situaci¨®n de su vida es un puro delirio. Cada secuencia de la pel¨ªcula le revelar¨¢ una nueva tragedia, hasta que el desenlace sea ya plenamente insoportable para ella. Para el espectador, en cambio, esos dramas le hacen re¨ªr.No en vano el personaje est¨¢ interpretado por el travestido Divine, que realiza un trabajo inteligente donde el humor aparece por exageraci¨®n, por un nada sutil juego de variar sustancialmente los esquemas de la vida familiar norteamericana. Al planteamiento rosa de tantos telefilmes, Polyester contrapone una divertida caricatura en la que los t¨®picos sobre la maternidad, la ternura o el amor filial quedan desvelados en su falsedad, en su posibilidad grotesca. Para aumentar su capacidad de juego, la pel¨ªcula se presenta, adem¨¢s, como la primera que incorpora el olor -un cart¨®n que el espectador debe ir rasgando al tiempo que la proyecci¨®n se lo indica. No es m¨¢s que un chiste; casi todo huele igual o casi nada-, divertimento que permite un mayor distanciamiento de la pantalla, una complicidad a la que probablemente se nieguen quienes no toleran la risa de lo propio y se divierten s¨®lo con humoradas ajenas.
Polyester
Director, guionista y productor. John Waters. Fotograf¨ªa: David Peranio. M¨²sica: Chris Stein y Michael Kamen. Int¨¦rpretes: Divine, Tab Hunter, Edith Massey, Mink Stote. Comedia. Norteamericana, 1981. Local de estreno: Torre de Madrid.
Polyester se incluye en cierto cine underground, empe?ado e? transgredir las normas morales de los t¨ªtulos cl¨¢sicos. No dispone, por tanto, de medios econ¨®micos similares. Sus trabajos prescinden del oropel de la, gran industria y se ofrecen preferentemente a espectadores de parecidos planteamientos vitales. En Espa?a podr¨ªa enconitrarse alguna similitud con el cine que realiza Pedro Almod¨¢var.
De cualquier forma, Polyester no lleva a un definitivo buen puerto cuanto ofrece. Su historia, que arranca con brillantez y aut¨¦ntico sentido del humor, decae por pura repetici¨®n.
Cuando han aparecido ya todos los personajes que intervienen en la acci¨®n, su car¨¢cter ins¨®lito se hace m¨¢s familiar. Deber¨ªa, sin embargo, continuar sorprendiendo. No deber¨ªa haber l¨ªmites para la corrosi¨®n, pero la pel¨ªcula propone los suyos y los respeta. No obstante, algunos considerar¨¢n que esos. l¨ªmites son ya excesivos. As¨ª se demostr¨® en Cannes donde Polyester, presentada fuera de concurso, constituy¨® la comidilla del festival.
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