Jugarse el salario en una 'tragaperras'

Este es un pa¨ªs pintoresco. Ha de ocurrir una cat¨¢strofe para que los caudales de los r¨ªos se encaucen; ha de cruzarse un autocar en la v¨ªa de un tren para que se supr¨ªma un paso a nivel; ha de intoxicarse, la poblaci¨®n para que se actualice la legislaci¨®n en materia alimentan¨ªa; ha tenido que viciarse medio pa¨ªs en el juego, a trav¨¦s de las inocentes tragaperras, para que se regule la cuesti¨®n. ( ... )El de las tragaperras ha sido uno de los fen¨®menos m¨¢s espectaculares ocurridos en Espa?a. En pocos meses, el pa¨ªs entero se ha visto invadido por las tragaperras. Gentes que no hab¨ªan entrado nunca en un bingo y que jam¨¢s se hubiesen atrevido a hollar la moqueta de un casino, que no tentaban el azar m¨¢s que en el sorteo navide?o de la loter¨ªa, se han convertido en pocos meses en unos adictos del juego.

Y el caso es que el Estado, tan buen recaudador del impuesto sobre la renta, no percib¨ªa ni un duro por un negocio que estaba moviendo diariamente -y mueve a¨²ncentenares de millones de pesetas en todo el pa¨ªs-. Aqu¨ª ya no hab¨ªa permisividad por parte del Gobierno. Hab¨ªa abandono y dejadez. Ha tenido que darse cuenta ahora el Estado que ten¨ªa en este campo una saneada fuente recaudatoria, cuando ha dejado escaparse ya muchos millones, para establecer las primeras tasas por la explotaci¨®n de tales mecanismos, que quedan fijadas entre las 50.000 y las 70.000 pesetas anuales. ( ... )

9 de mayo