El Barcelona gan¨® por coraje al Standard
Con el saque de tres faltas llegaron los tres goles que cerraron esta edici¨®n de la Recopa europea. El Barcelona, en su postrera oportunidad, pudo cerrar con un triunfo importante una temporada que se le torci¨® cuando todo hac¨ªa suponer que iba a ser triunfal. El Barcelona repliti¨® en el Camp Nou la historia de Basilea. Jug¨® peor, pero tuvo el coraje suficiente para remontar un resultado adverso.Los seguidores barcelonistas tuvieron que arriar sus banderas desde el minuto 8 hasta el 46 del primer tiempo. Toda la euforia de los comienzos se torn¨® en formal preocupaci¨®n por el resultado que pod¨ªa obtener su equipo. El nivel de juego exhibido por el Bar?a era deficiente. En la defensa hab¨ªa excesiva tendencia a cometer faltas. En los lanzamientos cruzados, Urruti desparramaba la vista, pero se sent¨ªa incapzaz de salir a por los balones; Alexanco no se impon¨ªa y ¨²nicamente Manolo y Migueli pon¨ªan fuerza y eficacia en sus balones. Gerardo intent¨® ser casi un centrocampista al perseguir al suizo Botteron, que con el 11 a la espalda buscaba posiciones c¨®modas para inciar el contragolpe. El Barcelona, por toda cabeza rectora ten¨ªa a S¨¢nchez, que es m¨¢s corredor de fondo que otra cosa. Esteban y Moratalla se perd¨ªan entre nervios, a la hora de pasar. Hab¨ªa una evidente incapacidad para lanzar a los delanteros y evitar la trampa del fuera de juego que impon¨ªan los belgas.
alnte un equipo cuyo superior recurso era dejar en fuera de juego a los atacantes, el Barcelona insisti¨® durante el primer per¨ªodo en la horizontalidad de los pases y en la b¨²squeda infructuosa del lanzamiento de sus delanteros, porque ello se hac¨ªa con excesiva lentitud. Ante un conjunto que se agazap¨® en su l¨ªnea defensiva para salir adelante en bloque y dejar en situacion antireglamentaria a su oponente, el Barcelona no encontr¨® las dos f¨®rmulas id¨®neas para romper el el¨¢stico cerco del Standard.
Al Bar?a le falt¨® en principio el hombre capaz de realizar la jugada individual y penetrar en los momentos en que el acorde¨®n belga se desplegaba hacia posiciones m¨¢s adelantas. La otras posibilidades del equipo catal¨¢n eran esperar con habilidad el momento oportuno y lanzar a Carrasco, un hombre r¨¢pido capaz de salvar por piernas la trampa. Para eso, el equipo catal¨¢n necesitaba un hombre que parara el bal¨®n y tuviera visi¨®n suficiente para sorprender al contrario. Ese hombre no existi¨® porque en el f¨²tbol espa?ol no abunda. Los pocos que existen andan camino de la jubilaci¨®n.
La ausencia de un ordenador se supli¨® con coraje y con las ansias de triunfo. El partido de principio a fin tuvo emoci¨®n, pero careci¨® de la calidad que hay que suponer a dos finalistas europeos. El Standard estuvo m¨¢s preocupado por evitar el gol que por conseguirlo. Su f¨®rmula, la misma que usa la selecci¨®n nacional de su pa¨ªs, es propensa a la victoria por sopresa, pero nunca por convicci¨®n. El temprano gol le dio m¨¢s tranquilidad que al Bar?a, pero no le prest¨® alas para remachar el triunfo. Solamente en un par de ocasiones, con largos contraataques en los que participaron Tahamata, Haan, Wendt y Botteron, dieron sensaci¨®n de que ten¨ªa posibilidades de concretar la cuesti¨®n que se dirim¨ªa.
El Standard hizo buen f¨²tbol en el centro del campo casi siempre mejor que su oponente, pero especul¨® demasiado. Unicamente cuando el Bar?a se puso en ventaja intent¨® la presi¨®n sobre el portal de Urruti. Y fue justamente cuando el cancerbero azulgrana realiz¨® sus mejores intervenciones. Sobre todo una en la que, adem¨¢s de jugarse el f¨ªsico, puso en peligro el del delantero que entraba en remate.
Con el Standard menos precautorio, el Barcelona pudo salir desde atr¨¢s con peligro. Quini Y Carrasco protagonizaron algunas escapadas que pusieron el ay de la oca. De susto casi constante fue el ¨²ltimo cuarto de hora, porque el Bar?a quiso amarrar y el Standard busc¨® el empate con ah¨ªnco. A la desesperada y contrareloj, los belgas perdieron un partido que tuvieron muy de cara. Son los riesgos del conservadurismo.
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