Posturas previas a la reuni¨®n
En el problema de la central nuclear de Lem¨®niz son cuatro las partes especialmente interesadas: Iberduero, la sociedad propietaria de la central; los bancos Bilbao y Vizcaya, tradicionales tutores de aquella compa?¨ªa el¨¦ctrica, y que hist¨®ricamente se han turnado en la presidencia de Iberduero; el Gobierno aut¨®nomo vasco, implicado en la soluci¨®n de Lem¨®niz a partir de los acuerdos de Vitoria firmados el pasado mes de abril, por los que se constituy¨® una sociedad p¨²blica vasca para la gesti¨®n de la central nuclear; y, por ¨²ltimo, la Administraci¨®n central, sujeto activo de las negociaciones para encontrar una soluci¨®n pactada a la central nuclear, que tiene un inter¨¦s especial en la puesta en marcha de la citada central para que se cumplan los objetivos del Plan Energ¨¦tico Nacional (PEN), y destinataria en ¨²ltima instancia del desaf¨ªo terrorista etarra.Las cuatro partes acud¨ªan a la reuni¨®n de hoy con posiciones divergentes y postulaban soluciones aparentemente distintas para la central, que en definitiva, se resumen en dos: continuar las obras y poner la central en funcionamiento en el plazo m¨¢s breve posible (Gobiernos de Madrid y Vitoria), o cerrar la central y negociar el pase al sector p¨²blico de las instalaciones (Iberduero y los bancos).
Individualizando estas posiciones, se podr¨ªa estimar que Iberduero se muestra abiertamente favorable a una suspensi¨®n de las obras. Los asesinatos cometidos por la organizaci¨®n terrorista ETAm en la persona de dos de sus t¨¦cnicos m¨¢s cualificados, las persistentes amenazas para el resto de sus ingenieros destinados en la central, y los constantes atentados contra las instalaciones, le est¨¢n suponiendo a la empresa una sangr¨ªa tanto humana como econ¨®mica que le han llevado a ver en el cierre la mejor salida.
Como fondo de esta actitud se dibuja, seg¨²n medios del sector, el inter¨¦s de Iberduero por ceder la titularidad de la futura planta nuclear al sector p¨²blico. Esta operaci¨®n resultar¨ªa altamente beneficiosa para la compa?¨ªa que, por una parte restar¨ªa a ETA sus actuales argumentos para continuar con su campa?a de atentados y, por otra, consiguir¨ªa restablecer su propio equilibrio financiero, un tanto maltrecho tras los ingentes esfuerzos que le est¨¢ suponiendo la continuaci¨®n de la obra de Lem¨®niz.
Una inversi¨®n de 250.000 millones de pesetas
Actualmente, la compa?¨ªa el¨¦ctrica puede tener comprometida una cifra pr¨®xima a los 250.000 millones de pesetas en las obras de construcci¨®n de Lem¨®niz y a ella habr¨ªa que sumar los gastos de reparaci¨®n de sus instalaciones, que han sido objeto de frecuentes atentados.La posibilidad de que la obra fuese reemprendida bajo la responsabilidad de t¨¦cnicos extranjeros ha sido calificada reiteradamente, en medios pr¨®ximos a la empresa, como "dif¨ªcilmente realizable" y sobre todo estos mismos medios han manifestado una pregunta: "?Y despu¨¦s de concluidas las obras, qu¨¦?".
Por su parte, el inter¨¦s de las entidades bancarias que m¨¢s directamente participan en la gesti¨®n de Iberduero, los bancos Bilbao y Vizcaya, convergen con el de la propia sociedad, al estar interesados de alguna forma en el traspaso de la titularidad de Lem¨®niz al sector p¨²blico.
La participaci¨®n bancaria en el capital de Iberduero es asombrosamente peque?a, en relaci¨®n con el exhaustivo control pol¨ªtico que ejercen sobre la sociedad. En diversos medios financieros se estima que la suma de participaciones de los dos bancos no supera en ning¨²n caso el 10% del capital de la compa?¨ªa el¨¦ctrica. Las cajas de ahorro y posiblemente m¨¢s cien mil peque?os accionistas, componen el grueso del tejido accionarial de la empresa. No obstante, el riesgo que tienen ambas entidades bancarias en Iberduero es muy alto, en funci¨®n de los pr¨¦stamos y avales concedidos a la compa?¨ªa.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos facilitados por la empresa, la deuda total de Iberduero a finales del mes de noviembre pasado superaba los 210.000 millones de pesetas, lo que supone un incremento apreciable con relaci¨®n a las cifras de a?os anteriores, y l¨®gicamente una buena parte de esta financiaci¨®n externa ha debido ser reconducida al proyecto de Lem¨®niz que representa m¨¢s de un 50% del activo de la sociedad.
El paso de la central al sector p¨²blico, conllevar¨ªa la asunci¨®n de la deuda por parte del nuevo titular. En definitiva, es m¨¢s seguro como deudor el Estado que Iberduero en sus actuales circunstancias. Esta es al menos la conclusi¨®n que cabe desprenderse de los comentarios que expertos bancarios vienen realizando los ¨²ltimos d¨ªas en relaci¨®n al futuro de Lem¨®niz.
El tercer elemento inmerso en el problema de Lem¨®niz es el Gobierno vasco. El ¨®rgano ejecutivo auton¨®mico est¨¢ en manos del Partido Nacionalista Vasco y, por tanto, sigue sus l¨ªneas maestras en materia energ¨¦tica. Est¨¢ interesado en la reanudaci¨®n de las obras de la central y en su posterior puesta en fuilcionamiento. La producci¨®n de los dos grupos de la central nuclear de Lem¨®niz puede representar aproximadamente el 80% del consumo el¨¦ctrico en Euskadi.
A pesar de que algunas voces dentro del propio PNV habr¨ªan se?alado que el desgaste pol¨ªtico que representa un apoyo abierto a la central no guarda correlaci¨®n con su importancia estrat¨¦gica real, ya que Euskadi pasar¨ªa a depender casi exclusivamente de la energ¨ªa nuclear para la producci¨®n el¨¦ctrica, el ejecutivo vasco firm¨® recientemente, un acuerdo "pol¨ªtico" con el Gobierno de Madrid y otro con Iberduero, para la constituci¨®n de una sociedad p¨²blica vasca que se encargase de la gesti¨®n de Lem¨®niz. A cambio, el Ejecutivo vasco, a trav¨¦s de esta sociedad, percibir¨ªa una cantidad anual bastante elevada de dinero, en concepto de pago de servicios, y que en algunos medios se ha establecido en torno a los novecientos millones de pesetas anuales. Por su parte, la Administraci¨®n central traspas¨® al Gobierno de Vitoria una parte de las competencias en la distribuci¨®n de gas natural en el Pa¨ªs Vasco, as¨ª como en la explotaci¨®n de yacimiento de gas de Bermeo. A esto se sum¨® un convenio de intercambio y cooperaci¨®n tecnol¨®gica entre los dos ejecutivos.
Lo que aut¨¦nticamente se esperaba del PNV, a cambio de estas transferencias, es que el Partido Nacionalista se constituyese en algo parecido a un paraguas lo suficientemente amplio y consistente como para dar cobijo del terrorismo etarra, tanto a los t¨¦cnicos que trabajan en el dise?o y construcci¨®n de la central, como a la propia instalaci¨®n nuclear.
Este escudo se mostr¨® a los pocos d¨ªas de su constituci¨®n demasiado poco consistente y los terroristas de ETA se cobraron una nueva v¨ªctima en la persona del ingeniero Manuel Pascual M¨²jica, a los pocos d¨ªas de que los t¨¦cnicos, fi¨¢ndose fundamentalmente de esta protecci¨®n y atendiendo a los requerimientos de la empresa, se hubiesen reincorporado a sus puestos de trabajo.
En la nueva situaci¨®n creada tras el asesinato del t¨¦cnico de Iberduero Angel Pascual M¨²jica, el Gobierno vasco ha explicitado firmemente su deseo de que las obras de la central salgan adelante. No obstante, en medios pr¨®ximos al mundo empresarial vasco se estim¨® que la acci¨®n del PNV tras el asesinato del ingeniero de iberduero no hab¨ªa sido lo suficientemente contundente, e incluso se se?ala la posibilidad de que el ejecutivo de Vitoria intente arrancar alguna nueva compensaci¨®n a cambio de firmar los acuerdos a los que se llegue para poner en marcha Lem¨®niz. Estas mismas fuentes citan como ejemplo la demanda de la cesi¨®n de las competencias en materia de polic¨ªa que recientemente se realizaron desde Vitoria.
Por ¨²ltimo, aparece la Administraci¨®n central metida de lleno en la negociaci¨®n. Para el Gobierno de Madrid no es, desde ning¨²n punto de vista, admisible el aceptar la suspensi¨®n de las obras y, sobre todo, el abandono del proyecto. Esto constituir¨ªa un peligroso precedente pol¨ªtico, constituy¨¦ndose en el primer Estado que pierde la batalla nuclear, aparte del importante tanto que se apuntar¨ªa la organizaci¨®n terrorista ETA. Adem¨¢s, desde medios pr¨®ximos a la Administraci¨®n central se insiste en que la soluci¨®n que pod¨ªa estar buscando tanto Iberduero como los gruppos bancarios que le apoyan -es decir su paso al sector p¨²blico- no es en ning¨²n caso aceptable, pues representar¨ªa el primer paso a la nacionalizaci¨®n de la producci¨®n el¨¦ctrica de origen nuclear en nuestro pa¨ªs.
La soluci¨®n que llevaba el representante del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo ha sido la de contratar t¨¦cnicos extranjeros en el caso de que los de Iberduero se nieguen a continuar en sus puestos de trabajo. Adem¨¢s sostiene que la titularidad de la central debe permanecer en Iberduero. No obstante, medios pr¨®ximos a las negociaciones se?alaron que algunas de las tesis barajadas apuntaban la posibilidad de medidas tan dr¨¢sticas como militarizar la zona.
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