Andaluc¨ªa busca una cultura para la mayor¨ªa
La mayor difusi¨®n cultural choca con la carencia de medios humanos y materiales
El resurgir de la conciencia autonomista de Andaluc¨ªa ha originado un amplio y multifac¨¦tico movimiento cultural que, aun chocando con la carencia de medios heredada de muchos a?os de penuria, constituye dato imprescindible para empezar a construir una nueva imagen de esta regi¨®n, que se aleje de los t¨®picos de derecha tanto como de los de izquierda y pueda servir de basamento para la experiencia de autogobierno que se inicia el pr¨®ximo 23 de mayo.Esta explosi¨®n cultural paralela al desarrollo del sentimiento nacionalista tropieza con el punto de partida inevitable de la falta de infraestructura material y humana adecuada. Conviene no olvidar que el 15,03% de la poblaci¨®n andaluza es analfabeta, seg¨²n datos oficiales, lo que supone casi el doble de la media nacional, que entre las doce provincias espa?olas con mayor ¨ªndice de analfabetismo est¨¢n las ocho andaluzas y que Ja¨¦n y Granada son las dos primeras en tan indeseable clasificaci¨®n nacional.
Se trata, en todo caso, de analfabetismo total y absoluto, porque la aplicaci¨®n de los par¨¢metros de la UNESCO arrojar¨ªa resultados a¨²n m¨¢s desalentadores. Algo semejante ocurre con las tasas de escolarizaci¨®n, que hace un par de cursos eran del 68,5% para la poblaci¨®n preescolar (77,9% en Espa?a), 33% en bachillerato, (40,2%) y 24,7% para la formaci¨®n profesional de primer grado (28,2%). En resumidas cuentas, el sustrato educativo no parece el m¨¢s propicio para la difusi¨®n y la inquietud culturales.
La creaci¨®n tambi¨¦n emigra
Pero todav¨ªa hay m¨¢s inconvenientes para el desarrollo cultural de esta regi¨®n, como las muy deficientes comunicaciones internas, la debilidad hist¨®rica de una burgues¨ªa aut¨®ctona capaz de encabezar las labores de mecenazgo que en otro tiempo realiz¨® la aristocracia y la falta de medios informativos de ¨¢mbito regional: no existe ni un solo peri¨®dico andaluz y s¨®lo la radio ha suplido en los ¨²ltimos a?os esta carencia, aunque por ahora ha reducido su actuaci¨®n en este terreno a montar servicios regionales de informaci¨®n, orillando otras parcelas de la vida p¨²blica. Ni pensar en editoriales que superen las fronteras de esta o aquella provincia.Tambi¨¦n la emigraci¨®n, que se llev¨® mucha fuerza manual a otras zonas espa?olas o al extranjero ha privado a Andaluc¨ªa de creadores relevantes en el campo de la poes¨ªa, el teatro, la narrativa y la pintura, asfixiados por el ambiente provinciano de la cuarentena reci¨¦n pasada y atra¨ªdos, l¨®gicamente, por el se?uelo de Madrid. Lo malo es que, a estas alturas, ser¨ªa milagroso que los intelectuales del exilio decidan regresar a su patria chica, lo que hace a este empobrecimiento pr¨¢cticamente irreversible.
A pesar de todos estos pesares, el florecimiento cultural es un hecho patente. Las iniciativas han surgido por todas partes, y en respuesta a dos preocupaciones fundamentales. La primera, hacer cultura para la mayor¨ªa, se ha canalizado a trav¨¦s de semanas y jornadas culturales, centros creados en barrios y pueblos por centenares y la acci¨®n, dispersa, pero pertinaz, de muchas concejal¨ªas de Cultura de los ayuntamientos elegidos en 1979. Tambi¨¦n habr¨ªa que destacar la tarea de las obras culturales de las Cajas de Ahorro que han establecido una san¨ªsima competencia por financiar acontecimientos culturales de relieve, as¨ª como la de las diputaciones provinciales y los servicios de publicaciones de las universidades.
La otra preocupaci¨®n insistentemente sentida por los actuales creadores de cultura en Andaluc¨ªa es la b¨²squeda de la identidad de este pueblo a todos los niveles. Recuperaci¨®n y rescate son algunas de las palabras que m¨¢s se repiten en los cen¨¢culos actuales de la cultura, interesados, por otra parte, por explicar y entroncarse por las ra¨ªces populares de la tierra. Por desgracia, este buceo en las entra?as de Andaluc¨ªa ha provocado una obsesi¨®n por el ensayo, que ha ido en detrimento de la narrativa y la poes¨ªa.
Son muy numerosos los investigadores que est¨¢n destripando la compleja historia andaluza y disolviendo t¨®picos tan propagados como faltos de rigor (por ejemplo, Antonio Dom¨ªguez Ort¨ªz advierte que "reducir la historia de Andaluc¨ªa al episodio brillante de la ocupaci¨®n musulmana resulta empobrecedor").
Despu¨¦s de un largo per¨ªodo de par¨¢lisis, la consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa ha encaminado en esa direcci¨®n parte de sus esfuerzos, promoviendo un seminario permanente de historia de Andaluc¨ªa.
Cruce de culturas
Hay que apresurarse a se?alar, adem¨¢s, que el d¨¦ficit de cultura convencional no debe hacernos olvidar que el pueblo andaluz est¨¢ en posesi¨®n de una rica cultura -en el sentido m¨¢s profundo del t¨¦rmino-, basada en la universalidad y s¨ªntesis original de las civilizaciones que lo han moldeado a lo largo de los siglos, y no siempre a trav¨¦s de la conquista. Andaluc¨ªa ha sido llamada, con toda raz¨®n, conquistadora de sus conquistadores, por su enorme capacidad para asimilar al invasor, aprendiendo de ¨¦l, pero dej¨¢ndole tambi¨¦n su impronta. Fue Ortega y Gasset quien escribi¨® "de todas las regiones espa?olas, es Andaluc¨ªa la que posee una cultura m¨¢s radicalmente suya".Este cruce de culturas, que ha hecho del andaluz un pueblo sabio, receptivo, imaginativo y un tanto esc¨¦ptico, ha ido generando un acervo riqu¨ªsimo que va desde un patrimonio hist¨®rico y art¨ªstico incalculable a la variedad y profundidad de sus fiestas y expresiones multitudinarias (Semana Santa, romerias, cruces de mayo, fiestas de moros y cristianos, carnavales, ferias) y otras manifestaciones de la creatividad popular, como la cer¨¢mica, la arquitectura rural, el folklore -"Andaluc¨ªa es el hogar de la danza", dijo un tratadista europeo- y el flamenco, la versi¨®n m¨¢s peculiar y depurada de la queja y la angustia, al tiempo, de la alegr¨ªa y el desenfado.
No hay, por el contrario, un cine andaluz digno de tal nombre. El teatro s¨ª registra un auge extraordinario, tal vez porque se adapta muy bien a la mentalidad l¨²dica del andaluz y porque no exige. derroche de medios. Son innumerables los grupos de aficionados en pueblos y barrios, y bastante menos los profesionales que han podido subsistir con ¨¦xito. Y de nuevo es preciso referirse a la falta de infraestructa. Hace cuatro a?os hab¨ªa en toda la regi¨®n unos cincuenta teatros (para m¨¢s de seis millones de habitantes), de los que solamente cuatro se hab¨ªan construido en los ¨²ltimos veinte a?os. Desde entonces, la mayor¨ªa de estas salas se han visto obligadas a cerrar o a alternar una programaci¨®n teatral espor¨¢dica con proyecciones cinematogr¨¢ficas.
Uno de los intentos totalizadores de contemplar la situaci¨®n cultural se desarroll¨® en la organizaci¨®n del Congreso de Cultura Andaluza, celebrado el 2 de abril de 1978 en la mezquita de C¨®rdoba, despu¨¦s de una amplia campa?a de actos y trabajos de comisiones. El congreso estudi¨® los elementos culturales propios, con estudios concretos en los niveles estructural, relacional, ideol¨®gico y de expresi¨®n, con sectores que abarcan desde el medio f¨ªsico, agricultura, industria, educaci¨®n, deporte, Historia, Derecho y Antropolog¨ªa a flamenco, artes pl¨¢sticas, literatura, cine y teatro.
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