Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel: una pareja feliz
lnscrito en el programa de las fiestas de San Isidro, el recital de Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel, precedidos de Luis Pastor e Hilario Camacho en el escenarlo del Palacio de Deportes de Madrid, dur¨® desde las diez de la noche del viernes, hasta las dos y pico de la madrugada de ayer. El p¨²blico abarrotaba el recinto. Hab¨ªa all¨ª buena voluntad y resignaci¨®n militante frente a un sonido desastroso durante las dos primeras actuaciones. Hubo luego entusiasmo, ovaciones, mecheros encendidos y bengalas.Luis Pastor -pelo de recluta, pantalones vaqueros y polo blanco-tuvo que escuchar un incesante gemido procedente de las alturas: "?Que no se entiende-! Desde el foso s¨ª se entend¨ªa algo: "Mujer, / tu cuerpo tiene en mis manos/ sabor a t¨¦". El cantante vallecano aguantaba estoicamente el chaparr¨®n. Mientras intentaba hacerse entender con otros temas sin perder la pinta de Antonio Fetres rejuvenecido, uno se entretiene observando la falta de entendimiento del servicio de orden para tratar con los periodistas.
El cacao sonoro se acrecienta con Hilario Camacho, empe?ado en vender su mercanc¨ªa: Volar es para los p¨¢jaros, La misma piedra, Madrid amanece, Creo que mejor te digo adi¨®s...
Y que Hilarlo Camacho se culpe a s¨ª mismo por atreverse a preguntar como truco introductorio a Me siento bien, lo inoportuno: "?Os sent¨ªs bien?" Alarido de las masas rebeldes: "?Nooo!". Comentario castizo: "Pues os vais a fastidiar". Y sigue. Y se le grita: "?Enano!". Tampoco ¨¦l entiende.
Entendimiento perfecto, en cambio, el de Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel, entre ellos y con el p¨²blico. Ana, ataviada graciosamente, aunque sin el sombrero barroco y frutal de Carmen Miranda, inicia el parrandeo de aromas tropicales: Balanc¨¦. V¨ªctor, arropado por el fervor instant¨¢neo del personal y por la proximidad de Ana, canta Un coraz¨®n sentado al sol. Alternan y complementan sus cantos. Ella insiste: "Existe un pa¨ªs en los tr¨®picos/ donde el sol es un sol de verdad / y, a la sombra de bosques ex¨®ticos,/ imag¨ªnate lo bien que se est¨¢". Logra que todo quisque se lo imagine gracias a su voz persuasiva, a su risa siempre fresca y al movimiento jubiloso de sus caderas.
V¨ªctor, m¨¢s propenso esta noche a lo testimonial, aborda un poema, Asturias, original del poeta cordob¨¦s Pedro Garfias. Y, pronto, las canciones se entrecruzan.
No hay en Ana Bel¨¦n ni la menor mancha de aquel patetismo que tan mal le cuadraba a su sensibilidad libre y comunicativa. Est¨¢ espl¨¦ndida de voz, de regodeo, de instinto e inteligencia. V¨ªctor Manuel ha elegido, acaso como contrapunto eficaz, un repertorio m¨¢s grave. Lo importante es que no cae en el planfleto ni en el remolino del muermo, Hoy anda suelto. Y hace cre¨ªble cuanto interpreta.
Ambos hilvanan un recital mod¨¦lico en el que no faltan ni la cara ni la cruz, por igual v¨¢lidas si hay verdad y don, de la m¨²sica popular. Ambos permanecen en el recuerdo con un halo de lun¨¢tica alegreza.
Babelia
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