S¨®lo un golpe militar puede impedir el triunfo del socialdem¨®crata Salvador Jorge Blanco
Dos caudillos del m¨¢s puro estilo latinoamericano buscan hoy en la Rep¨²blica Dominicana, con casi nulas posibilidades de ¨¦xito, su ¨²ltima oportunidad de alcanzar esta vez la presidencia por las urnas: el trujillista Joaqu¨ªn Balaguer, de 75 a?os, y el marxista Juan Bosch, de 73. La ¨¦poca de los caudillajes parece tocar a su fin cuando todas las encuestas dan como seguro ganador, incluso por mayr¨ªa absoluta, a Salvador Jorge Blanco, un ahogado de 56 a?os que, a falta de carisma popular, cuenta con el, aparato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), afiliado a la Internacional Socialista.
El ¨²nico camino para impedir un segundo mandato del PRD parece ser, una vez m¨¢s, el golpe militar. que va se intent¨® en 1978 Y que par¨® la Administraci¨®n Carter bajo la amenaza de cortar toda ayuda si no se respetaba el resultado de las urnas. Ayer, todos los efectivos militares y, de la polic¨ªa fueron acuartelados hasta que finalice el proceso electoral.Los militareis balagueristas, que ya se hab¨ªan apoderado de las urnas en un golpe de mano, tuvieron que dar marcha atr¨¢s no sin un enjuague que dio a su partido la mayor¨ªa en el Senado. Ahora no ver¨ªan con malos ojos un golpe que cerrase el paso a Jorge Blanco.
El rumor alcanz¨® tanta fuerza que forz¨® a la Administraci¨®n Reagan a dar un ment¨ªs, que la Embajada de Santo Domingo dio a conocer a todos los partidos contendientes. Estados Unidos asegura su neutralidad en el proceso y el apoyo a cualquiera que sea el partido ganador.
El hecho de que los dos viejos l¨ªderes hayan centrado sus ataques casi exclusivamente en el PRD ya demuestra, por encima de una eventual alianza, que ser¨ªa antinatural que ambos consideren a Jorge Blanco como el enemigo a batir.
Bosch ni siquiera ha mencionado el pasado trujillista de Balaguer, ni los centenares de muertos desaparecidos durante sus doce a?os de presidente, ni el intento golpista que protagonizaron sus militares en 1978. Ha hablado, y mucho, del desastre econ¨®mico del Gobierno actual perrede¨ªsta. de sus luchas intestinas, de su corrupci¨®n.
Balaguer tampoco ha recordado la militancia marxista de Bosch, ni su cercan¨ªa a Fidel Castro en un pa¨ªs donde Cuba despierta viejos recelos, ni ha esgrimido la amenaza comunista. Con una oferta electoral de corte populista, ha hablado del hambre v de la falta de viviendas, que, seg¨²n ¨¦l es el fruto de cuatro a?os de Gobierno del. PRD. Este l¨ªder de la derecha dominicana ni siquiera se ha dignado exponer un programa coherente: ah¨ª est¨¢n sus doce a?os al frente del pa¨ªs.
Jorge Blanco es quien ha usado todos los argumentos que los dos. caudillos no han querido arrojarse mutuamente. Con eso, un programa prioritario de reforma agrar¨ªa , lucha contra la inflaci¨®n, el desempleo y la falta de viviendas, y sobre todo el apoyo del PRD, logr¨® reunir el pasado domingo a medio mill¨®n de personas (un 20% de los dominicanos con derecho a voto).
De ah¨ª que los sondeos le auguren m¨¢s del 50% de votos, seguido muy de lejos por Balaguer y Bosch. Ninguno de los restantes partidos tiene opci¨®n para llegar al 5% que exige la ley Electoral para mantener su registro.
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