"Trato de hacer un puente entre Uruguay y el exilio"

.Mario Benedetti lleva ya m¨¢s de treinta a?os escribiendo y publicando en todos los g¨¦neros de la imaginaci¨®n escrita: el teatro, la poes¨ªa, la narrativa, y es adem¨¢s un veterano de la lucha de los intelectuales contra las dictaduras parafascistas de Latinoam¨¦rica. Por eso est¨¢ exiliado de Uruguay, su pa¨ªs, y este exilio -que alcanza a medio mill¨®n de los tres millones de ciudadanos uruguayos- es, seg¨²n sus propias palabras, el tema central de su obra ¨²ltima. Mario Benedetti publica ahora sus Cuentos, con Alianza Editorial, y una nueva novela, Primavera con una esquina rota, con Nueva Imagen, de M¨¦xico. En ella, dice, trata de "hacer un puente entre Uruguay y el exilio".

La importancia, de Mario Benedetti es mucha: aparte de lo estrictamente literario, ¨¦l es una de las encarnaciones evidentes de esa figura, rom¨¢ntica seguramente, que es el intelectual comprometido. Un compromiso que fue creciendo y cambiando a lo largo de su biograf¨ªa, y que ¨¦l remite a la evoluci¨®n de su novela. "Es que", dice, "en las novelas se han ido reflejando, sin que yo quisiera, mis estados de ¨¢nimo y mi evoluci¨®n como ser humano, pero en mi propio desarrollo tambi¨¦n se hab¨ªan ido reflejando los cambios sufridos por mi pa¨ªs"."Primavera con una esquina rota es mi quinta novela", explica. "La primera cont¨® un tri¨¢ngulo amoroso, intimista. En La tregua hab¨ªa una historia de amor muy peculiar, la de un cincuent¨®n con una adolescente, y ya estaba inmersa en ¨¦l conflicto social. Eran una pareja despareja que ya no vive en una isla. La tercera, Gracias por el fuego, narra tres niveles generacionales de una familia. En el segundo, que es el protagonista, surge una conciencia cr¨ªtica, pero todav¨ªa sin voluntad de acci¨®n. Por lo tanto, acaba frustr¨¢ndose".

"Cumplea?os de Juan Angel, que es la cuarta novela, y que tiene la pretensi¨®n de ser, un relato en verso, tiene tambi¨¦n un personaje que es, como los otros, de clase media, pero que se decide ya francamente por la acci¨®n pol¨ªtica. Por fin", dice, Primavera con una esquina rota, es tambi¨¦n el balance de una derrota, que por supuesto es provisional, pero que no es el que podr¨ªa hacer un ensayista, sino un narrador, y surge por tanto de las acciones y las reacciones, los sentimientos, las angustias, las frustraciones y las esperanzas de los personajes".

Mario Benedetti, un hombre menudo de ojos extra?amente vivos, que ha sido periodista muchos a?os, responde con profesionalidad y rigor poco com¨²n a la entrevista. Su cara surcada de profundas arrugas -es flaco y expresivo- s¨®lo se ensombrece cuando habla del exilio y del pa¨ªs dejado, que en su caso es, sobre todo, una ciudad: Montevideo. "Como siempre, en esta novela hablo de mi pa¨ªs, o mejor, de mi ciudad. Es una de las limitaciones que confieso: yo no s¨¦ hablar sino de Montevideo. Esta novela ¨²ltima trata de ser un puente entre las dos regiones en que hoy se divide Uruguay por causa de la represi¨®n. Por un lado, los que se quedaron, representados en el libro por las cartas de un preso. Por otro, el Uruguay del exilio, regi¨®n muy vasta y desperdigada que se extiende de Australia al Canad¨¢, de M¨¦xico a Espa?a, de Suecia al Per¨². Medio mill¨®n de hombres por lo menos, y si se considera que la poblaci¨®n entera de Uruguay es de tres millones, el porcentaje es casi monstruoso... La novela cuenta la vida cotidiana de la familia del preso, en el exilio, en un pa¨ªs latinoamericano que nunca se nombra porque quiere ser el promedio de todos en los que vivimos".

En lo que se refiere a los cuentos, se trata ahora de una selecci¨®n hecha por el propio autor, seg¨²n su gusto. "Son", dice, "muy distintos entre s¨ª. En los cuentos es donde se ve m¨¢s la influencia de la realidad. A veces, se contin¨²a la historia que le ocurri¨® a uno, o que uno conoci¨®. Otras, se le inventa el pr¨®logo. A veces se escribe exactamente lo contrario a lo ocurrido... Muy raras veces la realidad se da ya hecha literatura, pero algunas veces me ha pasado. Entonces el trabajo de escritor es, precisamente, reconocer y aislar esa isla de literatura en la vida... Como dec¨ªa Antonio Machado, 'tambi¨¦n la verdad se inventa'. Yo, como escritor, he tratado de inventar verdades".