Los fuegos de artificio clausuraron, la semana de las madrile?as Fiestas de San Isidro
Despu¨¦s de una semana intensa en festejos y alegr¨ªas callejeras, las fiestas del patr¨®n de Madrid, san Isidro, terminaron ayer entre el estruendo de los fuegos artificiales y la tristeza de los m¨¢s rezagados, que parec¨ªan negarse a dar por concluidas las verbenas. Atr¨¢s quedaron siete d¨ªas de diversi¨®n generalizada y el recuerdo de la carga que la Polic¨ªa Nacional realiz¨® en El Retiro el pasado martes, sin que a¨²n se hayan aclarado las razones ¨²ltimas por las que actu¨®, ya que la Polic¨ªa Municipal mantiene su postura sobre el hecho de que no solicit¨® la presencia de los antidisturbios. San Isidro termin¨®, aunque las corridas de la feria contin¨²en.
Romer¨ªas bajo la lluvia, verbena por doquier y buena gente en todos sitios recuperaron las fiestas madrile?as que el propio alcalde quiz¨¢ no llegara nunca a pensar que renacieran, al menos de esta manera. Porque varios cientos de mi les de madrile?os, de adopci¨®n nacimiento, secundaron la iniciativa municipal de, en palabras corrientes de Enrique Tierno, "recuperar Madrid para los, madrile?os", durante una semana cuanto menos. Y todo ello a pesar de lo botes de humo, las carreras y los supuestos vendedores ambulantes que el parque del Retiro, como anfitri¨®n, recogi¨® la noche del martes.Recuperar Madrid con tradicionales chotis, canciones de siempre, mambo o rurriba, en la plaza de Las Vistillas; marcha y rock duro, en el Paseo de Coches, o Ana Bel¨¦n, Victor Manuel, Georges Moustaki, Jos¨¦ Menese y Paco Ib¨¢?ez, entre otros muchos, en el Palacio de Deportes. Todo ello en medio de entusiasmos y chocolate con churros o porros a granel, el homenaje de las casas regionales a Madrid, ayer en la Plaza Mayor, o el festival de folk castellano del s¨¢bado.
Recuperar Madrid, para los madrile?os. Con incidentes en la Se mana Gastron¨®mica, cuando Enrique Tierno fue democr¨¢ticamente criticado pors sus convecinos que no llevaban la necesaria invitaci¨®n que permit¨ªa degustar los manjares castizos o los importados de provincias pr¨®ximas. Con las igualmente cr¨ªticas protestas de los feriantes del Manzanares, que se vieron sin la presencia y el gasto de los cientos de j¨®venes que visitan las t¨®mbolas y coches de choque instaladas junto al r¨ªo.
Y nuevos disturbios. Las fiesta de san Isidro han pasado entre incidentes y verbenas. Miles de j¨®venes pretend¨ªan ver y oir al rockero Miguel Rios en el Palacio de Deportes, pero las entradas no daban para tantas personas. Muchos de ellos tuvieron, por tanto, que que darse en la calle, otros se vieron obligados a pagar entre 1.500 y 2000 pesetas para conseguir, en la reventa, una entrada de trescientas pesetas a ¨²ltima hora. La Polic¨ªa Municipal, una vez m¨¢s, intervino: identificaci¨®n de transe¨²ntes, carreras, golpes.
Diversi¨®n que no falt¨® tampoco en la tradicional romer¨ªa de la Casa de Campo, a pesar de la fugaz tormenta que sorprendi¨® a los madrile?os la ma?ana del s¨¢bado. M¨¢s de treinta casetas ofrec¨ªan insistentemente bocadillos y pinchos castizos a los miles de personas que asistieron. Charangas para ni?os y cuca?a para mayores. Al final, el domingo por la noche, los madrile?os se desped¨ªan de su fiesta, aunque los toros no acaben a¨²n. Cansinos, nost¨¢igicos y resignados ante la llegada del lunes, los turismos circulaban por las calles. En algunas carreteras, como la de Vic¨¢lvaro, alg¨²n control policial deten¨ªa el tr¨¢fico. Despu¨¦s de comprobar la identidad de los ocupantes de los coches, sus conductores emprend¨ªan nuevamente la marcha. Otro control, en unas fiestas de incidentes y verbenas.
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