Las sinrazones de la neutralidad espa?ola en el conflicto do las Malvinas
La singular posici¨®n espa?ola de neutralidad en el grave conflicto que enfrenta al Reino Unido y a Argentina obliga, en mor de un m¨ªnimo de racionalidad, a hacer algunas consideraciones que den norte antes que la tormenta que nos separa en aliad¨®filos de la p¨¦rfida Albi¨®n y en amantes defensores de la hija m¨¢s querida de la madrepatria, se convierta en un diluvio que nos termine inundando de sensibler¨ªas.Consecuente a ese prop¨®sito de racionalidad, lo primero que quiz¨¢ deba plantearse es la importancia econ¨®mica que tienen para Espa?a las relaciones con la Comunidad Econ¨®mica Europea y con los pa¨ªses suramericanos para, de esta forma, valorar las p¨¦rdidas o beneficios que para nuestra econom¨ªa puede representar tomar partido por uno de los dos contendientes, ya que no es posible adoptar una as¨¦ptica neutralidad, m¨¢xime cuando por experiencia se sabe que degenera en una neutralidad beligerante que nadie agradece y que culmina en la figura del payaso que recibe todas las bofetadas.
La distribuci¨®n geogr¨¢fica del comercio exterior de Espa?a en 1979 y que se recoge en el cuadro siguiente muestra la importancia cuantitativa de esas relaciones econ¨®micas.
Una somera lectura de los datos anteriores no deja lugar a dudas sobre la relevancia que tiene nuestro comercio exterior con Europa, en general, y con la CEE, en particular. La comparaci¨®n de los flujos econ¨®micos de Am¨¦rica con los de Europa demuestra claramente en d¨®nde est¨¢n nuestros intereses. Pero esto no es todo, de los porcentajes que se agrupan en esa r¨²brica de Am¨¦rica habr¨ªa que descontar las cifras que corresponden a EE UU, que representan un 6,96% para las exportaciones y un 12,42% para las importaciones, y si adem¨¢s se restan las cantidades que corresponden al resto de los pa¨ªses americanos, con excepci¨®n de Argentina, quedar¨ªa que la incidencia de los flujos argentinos en nuestra econom¨ªa es significativamente insignificante. Esto es evidente y por evidente debe repetirse con insistencia.
Mantener una posici¨®n confusamente neutral s¨®lo puede entenderse de tres formas: 1. Que el bloqueo internacional a Argentina sea beneficioso para particulares y poderosos grupos de presi¨®n que ven la posibilidad de enriquecerse, sin considerar que el precio de lograr sus mezquinos intereses debe pagarlo la mayor¨ªa del pa¨ªs. 2. Que la reacci¨®n de los pa¨ªses de la CEE contra la neutralidad espa?ola se capitalice como medio de favorecer una involuci¨®n pol¨ªtica. 3. Por ¨²ltimo, se podr¨ªa decir que en Latinoam¨¦rica est¨¢ nuestro futuro econ¨®mico y parte de nuestra historia. Lo que ser¨ªa cierto si no fuera porque ese futuro est¨¢ demasiado lejos y la historia nos muestra un error esencial: el de no haber sido parte de una Europa que ha caminado a paso seguro por la senda del progreso.
La econom¨ªa argentina
En segundo lugar, habr¨ªa que tener en cuenta la grave situaci¨®n de la econom¨ªa argentina, lo cual podr¨ªa dar luz sobre la huida hacia el exterior que parece ser el objetivo del conflicto armado para la Junta Militar, que observ¨® c¨®mo la presi¨®n social alcanzaba cotas peligrosas para su estabilidad pol¨ªtica.
Es ya t¨®pico, y no por ello menos cierto, la gran riqueza natural de Argentina, riqueza que no cesa de aumentar con nuevos descubrimientos de yacimientos de petr¨®leo. Estos recursos econ¨®micos que se disponen en pr¨®digas cantidades contrastan vivamente con la utilizaci¨®n que de ellos se hace y cuyo fruto no es otro que p¨¦simos resultados econ¨®micos: la pol¨ªtica monetaria, la pol¨ªtica fiscal, en general la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno s¨®lo es letra muerta que trata de ocultar un rotundo fracaso: una inflaci¨®n galopante, una infrautilizaci¨®n de la mano de obra, un crecimiento negativo del producto nacional, una baj¨ªsima productividad..., son la cotidiana realidad econ¨®mica.
La econom¨ªa argentina padece de una end¨¦mica miseria de la que las fuentes estad¨ªsticas internacionales dejan cumplida constancia. Algunos datos pueden avalar lo dicho: a) Inflaci¨®n: el ¨ªndice de precios al consumidor experiment¨® una subida en 1979 de un 159,5%, siendo ya en julio de 1980 de un 115%. b) Balanza de pagos: presenta un d¨¦ficit de 4.000 millones de d¨®lares en 1980, siendo el m¨¢s alto de Suram¨¦rica, al igual que lo es el nivel inflacionario. c) Crecimiento del producto nacional: fue nulo su crecimiento en 1980, siendo el m¨¢s bajo tambi¨¦n en esa fecha, exceptuando a El Salvador. d) Tipo de cambio: entre 12.000 y 14.000 pesos el d¨®lar. El mercado negro multiplica las cifras.
Este cuadro econ¨®mico no puede ser m¨¢s negativo para una poblaci¨®n que se concentra en las ciudades y desertiza las zonas rurales: el 84% de la poblaci¨®n es urbana, representando Buenos Aires s¨®lo el 35% del total; en tanto la densidad es de nueve habitantes por kil¨®metro cuadrado.
Situaci¨®n social catastr¨®fica
De lo dicho se desprende una situaci¨®n social catastr¨®fica. El hacinamiento de la poblaci¨®n en grandes n¨²cleos urbanos, el baj¨ªsimo poder adquisitivo de los salarios, en definitiva la falta de expectativas de futuro, dejan pocas salidas al pueblo argentino, que no cree en esos planes de gobierno, en esos decretos de orientaci¨®n, en esas leyes de organizaci¨®n, porque muy poco se planifica, menos se orienta y mal se organiza, con la salvedad de esa planificada, debidamente orientada y bien organizada represi¨®n militar que es consecuencia de una absoluta incapacidad para gobernar a un pueblo aterrorizado que est¨¢ perdiendo lo que nunca se debe perder: la cultura y la memoria.
Despu¨¦s de todo esto, dif¨ªcilmente puede admitirse la invasi¨®n de las Malvinas en raz¨®n a ese concepto vago, discutible y confuso que es la soberan¨ªa; ahora, eso s¨ª, amenazante para los habitantes de las islas que, teniendo derecho a su libre determinaci¨®n, han perdido su paz y corren el riesgo de perder su libertad. ?Pero a qui¨¦n pertenece el archipi¨¦lago, qui¨¦n tiene derecho sobre aquellas presumibles y abundantes riquezas? La respuesta no puede ser otra: el capital. Y ¨¦ste no tiene bandera, ni patria, ni honor, s¨®lo explota los recursos y obtiene beneficios.
La neutralidad espa?ola a favor de Argentina habr¨¢ de tener una explicaci¨®n que no sea la econ¨®mica, porque tampoco es, o no debe ser, la pol¨ªtica de la Junta Militar un modelo digno de encomio, y discutible a la postre es el razonamiento jur¨ªdico.
Porque quiz¨¢ nada de lo dicho sirva para cambiar nuestro especial rumbo neutral quiero hacer una proposici¨®n en mor de la coherencia: apoyemos al r¨¦gimen argentino y detengamos el progreso. Habremos vuelto a vivir ese viejo sue?o de detener la historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Dictadura argentina
- Argentina
- Guerra Malvinas
- Personas desaparecidas
- Comercio internacional
- Balanza comercial
- Comercio exterior
- Casos sin resolver
- Relaciones econ¨®micas
- Dictadura militar
- Reino Unido
- Casos judiciales
- Dictadura
- Pol¨ªtica exterior
- Europa occidental
- Historia contempor¨¢nea
- Sudam¨¦rica
- Comercio
- Gobierno
- Guerra
- Latinoam¨¦rica
- Conflictos
- Historia
- Administraci¨®n Estado