ETA y el declive econ¨®mico vasco
No se puede decir -porque es mentira- que Euskadi ocupar¨¢ en breve un puesto entre las zonas m¨¢s pobres de Espa?a. No se puede decir que las acciones etarras son culpables del paro en las Vascongadas. No se puede decir que la productividad del Pa¨ªs Vasco es hoy la m¨¢s baja de Espa?a. No se puede decir que, si Lem¨®niz no se pone en funcionamiento, Euskadi se quedar¨¢ a oscuras. No se puede decir que el Pa¨ªs Vasco s¨®lo se autoabastece hoy en un 2% en sus necesidades el¨¦ctricas. Y no se pueden decir estas y m¨¢s cosas porque, sencillamente, son falsedades.Quienes, tales cosas propalan tan s¨®lo revelan un desconocimiento total de la realidad socioecon¨®mica y estructural de Euskadi y una manipulaci¨®n tan evidente corno falaz de las estad¨ªsticas, que est¨¢n al alcance de cualquier interesado en consultarlas con un m¨ªnimo de buena fe y af¨¢n de objetividad o, al menos, de no parcialidad.
La influencia que ETA haya tenido y pueda tener en la econom¨ªa vasca es imposible de evaluar (salvo el monto del impuesto revolucionario, el coste de los atentados contra subestaciones el¨¦ctricas y las p¨¦rdidas que la no puesta en marcha de Lem¨®niz suponen de retraso en que Euskadi logre su pleno autoabastecimiento energ¨¦tico el¨¦ctrico. Todo ello es, sin duda, tan negativo como importante (aunque mucho m¨¢s lo sean las p¨¦rdidas de vidas humanas).
No se puede decir que Euskadi ocupar¨¢ en breve un puesto entre las zonas m¨¢s pobres de Espa?a porque, pese a su descenso econ¨®mico, es hoy la tercera por su renta per c¨¢pita (tras Catalu?a y Madrid). No se puede decir que su productividad es la m¨¢s baja de Espa?a porque es la tercera (tras Madrid y Catalu?a). No se puede decir que las acciones etarras han generado el desempleo en el Pa¨ªs Vasco cuando ya en 1977 las previsiones del INE y de las c¨¢maras de comercio vaticinaban que el paro en Euskadi podr¨ªa situarse en el primer puesto de Espa?a, y ello debido a su industria, en buena parte obsoleta, y al excesivo monocultivo industrial (en met¨¢licas b¨¢sicas y transformados met¨¢licos), paralizaci¨®n de la actividad constructora (al haberse ultimado las autopistas, el superpuerto, etc¨¦tera) y, crisis generalizada de la industria. Pese a ello, su tasa de paro es inferior a la madrile?a, a la extreme?a, a la andaluza, a la canaria y casi igual a la murciana y la catalana.
No se puede decir que, si Lem¨®niz no entra en funcionamiento, Euskadi quedar¨¢ a oscuras y que el Pa¨ªs Vasco s¨®lo se autoabastece en un 2% de su consumo el¨¦ctrico, porque se autoabastece en un 50%, aproximadamente, en la actualidad. ("El Pa¨ªs Vasco depende hoy en un 50% de la energ¨ªa el¨¦ctrica producida en otras regiones", seg¨²n declaraciones de J. M. Barandiar¨¢n, mano derecha del asesinado ingeniero de Iberduero Ryan.) No se puede decir que los empresarios vascos han huido y huyen en desbandada de su tierra para instalarse en otras regiones, y que Neguri est¨¢ vac¨ªo, porque es falso. Que se diga d¨®nde se han instalado esos grandes empresarios vascos, d¨®nde han ido a invertir sus capitales, qui¨¦nes son. Jos¨¦ Mar¨ªa Vizca¨ªno, presidente de la patronal guipuzcoana Adegui, que fue nombrado el a?o pasado "empresario del a?o", dec¨ªa en mayo de 1981: "No creo en absoluto que haya huidas de personas y capital vasco. De mejorar un poco la situaci¨®n econ¨®mica, el empresario vasco seguir¨¢ invirtiendo aqu¨ª".
Un punto decisorio
Con ETA o sin ETA, el Pa¨ªs Vasco -desde un punto de vista estrictamente econ¨®mico- estar¨ªa atravesando hoy una situaci¨®n muy parecida a la que tiene. (Y eso no quita el que, indudablemente, las acciones de ETA hayan representado y sigan haci¨¦ndolo un punto negro, un punto negativo en su desenvolvimiento econ¨®mico; pero un punto no decisorio, porque -para cualquier persona m¨¢s o menos enterada de la marcha econ¨®mica de Espa?a y sus nacionalidades y/o regiones- es m¨¢s que conocido el hecho de que el declive de Euskadi se inici¨® mediada la d¨¦cada de los a?os sesenta.)
S¨¦ que parecer¨¢ feo, por inmodesto, autocitarme; pero hace ya trece a?os, en 1969, cuando realic¨¦ para Informaciones la denominada "Cr¨®nica de Espa?a", dediqu¨¦ cinco de los diez cap¨ªtulos que abordaban el tema del Pa¨ªs Vasco al "declive econ¨®mico vascongado". Era cosa cantada, y as¨ª se desprend¨ªa de largos estudios llevados a cabo sobre Vizcaya por la C¨¢mara de Comercio, Industria y Navegaci¨®n de Bilbao (An¨¢lisis de la econom¨ªa vizca¨ªna, 1968, en dos tomos); de Alava, por otros dos tomos elaborados por el Instituto de Investigaciones Sociales (ISPA), bajo el patrocinio de la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria y la Instituci¨®n Sancho el Sabio, y de Guip¨²zcoa, por los cuatro vol¨²menes realizados por Dioxiadis Ib¨¦rica, SA (empresa de consulting), por encargo de la Diputaci¨®n Provincial donostiarra. Y se a?ad¨ªa a ello el estudio del desaparecido Consejo Econ¨®mico Sindical Interprovincial del Norte (CESIN). Ya entonces, otro cap¨ªtulo de esa serie de la "Cr¨®nica de Espa?a" referida a Euskadi se titulaba "La renta per c¨¢pita, frenada". Bastar¨ªa un repaso a la revista mensual Informaci¨®n, de la C¨¢mara bilba¨ªna, para seguir paso a paso el declive vasco y saber sus causas. O referirnos al n¨²mero dedicado por la revista oficial Informaci¨®n Comercial Espa?ola (agosto 1972) a la regi¨®n vasco-navarro-riojana, etc¨¦tera.
Por otra parte, habr¨ªa que matizar cuidadosamente que el declive o retroceso de Euskadi s¨®lo se ha dado de forma acentuada en Vizcaya, pero no en Guip¨²zcoa (su territorio etarra por excelencia) ni en Alava. Las causas ya estaban cantadas en los a?os sesenta, y eran y son de car¨¢cter estructural: monocultivo y absoluta preponderancia de la sider¨²rgica b¨¢sica y transformadora, la construcci¨®n naval, los bienes de equipo, la industria auxiliar del autom¨®vil, papel, etc¨¦tera.
Y as¨ª, cuando lleg¨® la crisis econ¨®mica mundial -que en Espa?a se inici¨®, con algo de retraso, en 1974-, todos los sectores de m¨¢xima especializaci¨®n en Vizcaya hicieron agua... El sector sider¨²rgico fue el m¨¢s afectado -con una ca¨ªda en vertical-, muy por encima de los dem¨¢s sectores. Por tanto, la velocidad en el deterioro de su situaci¨®n socioecon¨®mica general de la provincia vizca¨ªna ha sido superior desde entonces a la media nacional.. Como dec¨ªa en 1975 Jes¨²s Dorao Lanzagorta, hoy secretario de la C¨¢mara bilba¨ªna, y por los a?os sesenta y setenta jefe de su servicio de estudios: "Ni siquiera hemos tocado fondo en esta crisis", refiri¨¦ndose al "fuerte peso espec¨ªfico que ejerce en la provincia de Vizcaya el sector sider¨²rgico, la construcci¨®n naval y los bienes de inversi¨®n, cuyo derrumbamiento ha resultado espectacular".
Ayudas nefastas
Para terminar de arreglar la situaci¨®n, el Gobierno se dedic¨® a poner parches, a remendar industrias sin salvaci¨®n, a conceder a sus due?os cuantiosos cr¨¦ditos, desgravaciones y ayudas, lo que impidi¨® a la industria vizca¨ªna su renovaci¨®n. Es decir, se intent¨® su reconversi¨®n (cosa que nadie entiende, porque no se puede reconvertir lo que ha quedado obsoleto y sin futuro: es como querer resucitar a un muerto); pero s¨ª se pueden y deben apoyar los caminos de la renovaci¨®n, de la innovaci¨®n, de la b¨²squeda de nuevos sectores o subsectores con capacidad agresiva y exportadora. ?Ah!..., pero la oligarqu¨ªa de Neguri pesaba, y pesa, en exceso.
Y de ah¨ª los miles y miles de millones que se come o se comieron Altos Hornos, Babcock Wilcox, Nervacero, Aceros Echeverr¨ªa, etc¨¦tera, y el nulo o escaso apoyo para potenciar sectores -sobre todo, guipuzcoanos- de gran potencial agresivo cara al exterior.
Otro ejemplo nada anecd¨®tico que nos muestra fehacientemente c¨®mo la crisis vasca en general y la vizca¨ªna en particular, y m¨¢s notoriamente se ven¨ªa perge?ando desde los ¨²ltimos a?os de los sesenta, nos lo da el hecho migratorio.
En el estudio del Banco de Bilbao al que hac¨ªa referencia al inicio de este art¨ªculo se ve c¨®mo las regiones m¨¢s industrializadas son las que han llevado la peor parte en la crisis, junto a las regiones latifundistas. Madrid se ha derrumbado industrialmente y s¨®lo le ha salvado contar con una amplia burocracia centralizadora y ser una sociedad ya m¨¢s volcada a los servicios. Catalu?a, con parecida crisis industrial, cuenta con una gran gama de actividades comerciales, de servicios, tur¨ªstica, etc¨¦tera, am¨¦n de con un centralismo regional muy acentuado. De ah¨ª que son muy reveladoras las cifras que se obtienen examinando el comportamiento de nuestras migraciones interiores desde 1970 a 1975 (es decir, desde poco antes de la crisis hasta su presencia viva). ?Ad¨®nde se dirigieron nuestros emigrantes? Por primera vez en la historia, el Pa¨ªs Valenciano recibi¨® en ese per¨ªodo, 1970-1975, 275.000 emigrantes m¨¢s que el Pa¨ªs Vasco, 110.000 m¨¢s que Catalu?a y 17.000 m¨¢s que Madrid.
Han sido desde entonces los a?os en que el Pa¨ªs Valenciano desbanc¨® a Euskadi de su tercer puesto en aportaci¨®n al producto nacional.
Sobran razones para condenar a ETA -humanas, pol¨ªticas y sociales-, pero, desde luego, si la econom¨ªa vascongada est¨¢ en declive, no se debe de forma ni principal, ni ¨²nica, ni en exceso relevante, a las acciones etarras. Sin ellas, qu¨¦ duda cabe, podr¨ªa marchar la econom¨ªa de Euskadi mejor; pero, si los empresarios no invierten en el Pais Vasco, tampoco lo hacen en parte alguna de la naci¨®n espa?ola. Hace muchos a?os que padecemos huelga de inversiones en todas y cada una de las regiones y/o nacionalidades de Espa?a.
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