El Reino Unido acept¨® una soluci¨®n provisional para su aportaci¨®n al presupuesto comunitario
![Soledad Gallego-D¨ªaz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F59d0121e-34c2-42ae-9720-96991394acc9.png?auth=9618d8510e6d38fb4af0fc3320ebbd584c15c5aa49a79f467985675046e6d666&width=100&height=100&smart=true)
El Reino Unido acept¨® ayer finalmente, tras cinco meses de dif¨ªciles y tensas negociaciones, una soluci¨®n provisional para el problema de su aportaci¨®n al presupuesto de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). El ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico, Francis Pym, anunci¨® a las 2.45 horas, despu¨¦s de siete horas de discusi¨®n ininterrumpida con sus colegas de los nueve reunidos en Bruselas, que Londres se daba por satisfecho en 1982 con una devoluci¨®n de 850 millones de d¨®lares, cifra netamente inferior a la exigida inflexiblemente por Margaret Thatcher, hasta veinticuatro horas antes. El arreglo es provisional porque los nueve se han comprometido a negociar con Londres una soluci¨®n plurianual.
Despojado del arma del veto para el aumento de los precios agr¨ªcolas y teniendo que agradecer la solidaridad indefinida de siete de sus socios en la CEE, en el conflicto de las Malvinas, el Gobierno brit¨¢nico se ha visto obligado a tirar la toalla y salvar la cara con una guinda, los cincuenta millones de d¨®lares que los nueve aceptaron sumar a la oferta de ochocientos millones, que manten¨ªan desde hace m¨¢s de un mes. Y aun para aprobar el regalo final fue necesario que el ministro de Asuntos Exteriores de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Hans Dietrich Genscher, telefoneara a las 2.00 de la madrugada al canciller Schmidt y al ministro de Hacienda, Otto de Lambsdorff, para pedir autorizaci¨®n, y que el propio Schmidt telefoneara a su vez a Margaret Thatcher, para asegurarse de que la promesa brit¨¢nica de conformarse era aut¨¦ntica.La cifra de 850 millones de d¨®lares que los nueve devolver¨¢n a Londres a finales de este a?o supone que el Reino Unido habr¨¢ aportado en 1982 a las arcas de la CEE 680 millones, si se cumplen las previsiones de los expertos, seg¨²n las cuales la contribuci¨®n brit¨¢nica ascender¨¢ a 1.530 millones de d¨®lares. Los 850 millones que deja de pagar correr¨¢n a cargo de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Francia, Pa¨ªses Bajos, B¨¦lgica, Luxemburgo y Dinamarca, puesto que Grecia, Irlanda e Italia entran dentro de la categor¨ªa de pa¨ªses pobres de la Comunidad y se mantienen al margen.
Cansancio y preocupaci¨®n
Las caras a las 3.00 de la madrugada en el palacio de Egmont mostraban un¨¢nimemente cansancio y preocupaci¨®n. S¨®lo el ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Claude Cheysson, os¨® ironizar: "Jam¨¢s han sido tan buenas las relaciones entre el Reino Unido y la CEE como esta noche". Cheysson se felicit¨® por la rapidez con la que Londres hab¨ªa cambiado de actitud. Su colega brit¨¢nico no ten¨ªa el ¨¢nimo para bromas. Pym se limit¨® a calificar el resultado de tolerable. Un alto funcionario de su delegaci¨®n fue algo m¨¢s expl¨ªcito: "No es ideal, pero era lo mejor que pod¨ªamos obtener dadas las circunstancias". Los brit¨¢nicos no ocultaban que, en Londres, Margaret Thatcher estaba decepcionada por sus socios europeos.
Los expertos de la Comisi¨®n intentaban atenuar la impresi¨®n de fracaso de las pretensiones brit¨¢nicas, pero con poco ¨¦xito. Cuando a finales de 1981 Margaret Thatcher inici¨® su ataque para "solucionar definitivamente el problema brit¨¢nico en la CEE", Londres exig¨ªa un arreglo para siete a?os (cinco, seg¨²n rectificaron despu¨¦s) y una devoluci¨®n del orden de 1.300 millones de d¨®lares (mil millones hasta anteayer). El resultado es bastante m¨¢s magro.
"Supongo que van a escribir ustedes que el arreglo al que se lleg¨® esta ma?ana es pr¨¢cticamente el mismo que estaba en la mesa desde hace tiempo", afirm¨® cansinamente el presidente de la Comisi¨®n Europea, el luxemburgu¨¦s Gaston Thorn, en una conferencia de Prensa celebrada al mediod¨ªa. "Tienen raz¨®n, pero tengan en cuenta que eso siempre pasa en grandes negociaciones como las que se han venido desarrollando. Thorn reconoci¨® que "un c¨²mulo de circunstancias" puede haber aumentado la sensibilidad del pueblo brit¨¢nico contra la CEE, ya bastante a flor de piel sin necesidad de acuerdos como el de ayer. "Espero que nuestros amigos brit¨¢nicos, con su tradicional sangre fr¨ªa, comprender¨¢n que la soluci¨®n aprobada ayer es una respuesta europea y comunitaria y que, en el fondo, es solidaria con el Reino Unido".
Los expertos de la Comisi¨®n y las delegaciones de los distintos pa¨ªses saben bien que nadie puede echar las campanas al vuelo. Los diez s¨®lo han sido capaces de aplazar el problema b¨¢sico y de ganar un poco de tiempo. Antes de finales de a?o la crisis volver¨¢ a abrirse y el enfrentamiento Reino Unido-CEE se reproducir¨¢, aunque esta vez quiz¨¢ m¨¢s cuidadosamente velado.
Los nueve se han comprometido a negociar con Londres una soluci¨®n plurianual antes de 1983. "La negociaci¨®n va a ser muy dura", anunci¨® Thorn, "porque adem¨¢s de solucionar el problema brit¨¢nico a largo plazo tendremos tambi¨¦n que hacer frente a otra realidad: la RFA anunci¨® ayer que a partir de ahora s¨®lo quiere contribuir al presupuesto de la CEE con el 50% de su contribuci¨®n actual". La RFA paga hoy dila el 35,09% de todos los gastos comunitarios.
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