La 'Primera historia d'Esther', de Salvador Espriu, recuperada para la cultura catalana
La obra teatral Primera historia d'Esther, de Salvador Espriu, fue estrenada el pasado jueves d¨ªa 27 en el teatro Romea, de Barcelona, sede del Centro Dram¨¢tico de la Generalidad. Esta pieza, cuyo primer estreno se produjo el 13 de marzo de 1957, fue representada por la compa?¨ªa del Teatre Lilure de Barcelona, dirigida por Lluis Pasqual, con m¨²sica de Josep Mar¨ªa Arrizabalaga y figurines y espacio esc¨¦nico de Fabi¨¢ Puigserver. Hab¨ªa expectaci¨®n en Barcelona por ver si Primera historia d'Esther, escrita en 1949 resist¨ªa el paso del tiempo. Lo ha hecho. Sigue teniendo vigor pleno. M¨¢s a¨²n si a ello se a?ade un excelente montaje por parte de Lluis Pasqual.
El reto era grande, porque a la comparaci¨®n con la m¨ªtica representaci¨®n del 13 de marzo de 19571 que muchos por edad no vimos, se a?ad¨ªa la versi¨®n realizada por Riard Salvat en 1972, llena tambi¨¦n de evocaciones. Pasqual lo supera con un montaje radicalmente distinto.Hay variaciones sobre el texto original de Espriu -la principal de ellas, la conversi¨®n de las marionetas que representan la obra, subtitulada precisamente Improvisaci¨®n para marionetas, por figuras; sacadas de la tradici¨®n teatral catalana, en especial de la Passio, que se representa en Catalu?a durante la Semana Santa, y de Els pastorets (Los pastorcillos), escenificaci¨®n del nacimiento de Cristo tambi¨¦n tradicional en Catalu?a-.
Al exito contribuye el buen hacer del conjunto de los actores, y, sobre todo, el texto, que no pod¨ªa quedar sepultado entre im¨¢genes, por bellas que ¨¦stas fueran. Y no queda; al contrario: el discurso es resaltado por la interpretaci¨®n y el montaje. Un texto que, adem¨¢s de narrar una historia, interpretable como la persecuci¨®n de Catalu?a bajo el franquismo (montaje de Salvat), o como la denuncia del abuso del poder a que tienden los poderosos siempre y en todo lugar (caso de Pasqual), tiene en s¨ª mismo su justificaci¨®n. Un texto que no es exequia, sino renacimiento de una lengua.
Recuperar los nombres de las cosas, las palabras, es la ardua tarea emprendida por Espriu. Pero no es s¨®lo una lengua la perseguida, lo es la cultura. El poder no s¨®lo amenaza las vidas de los perdedores, empieza siempre por intentar arrebatarles el lenguaje. Posiblemente no sea una simple casualidad que Primera historia d'Esther y 1984, de Orwell, sean ambas del mismo a?o. Y entonces la universalidad de la obra de Espriu se comprende m¨¢s, si cabe. Esa universalidad es la que ha sabido resaltar Lluis Pasqual. Israel no es ya Catalu?a, no hay ya h¨¦roes colectivos. El verdadero protagonista de la historia pasa a ser la portera.
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