Calvo Sotelo, ?el principio del fin?

El hombre que, desde el 26 de febrero de 1.981, ocupa la presidencia del Gobierno y, desde el 21 de noviembre pasado, la presidencia de UCD, parece haber comenzado a sufrir una operaci¨®n de acoso y derribo, en el interior de su propio partido, semejante a la que origin¨® la ca¨ªda de su antecesor, amigo y enemigo, Adolfo Su¨¢rez. Medios pr¨®ximos a La Moncloa hablan, incluso, de cierto des¨¢nimo presidencial: Calvo Sotelo habr¨ªa empezado a pensar en que no es ¨¦l el hombre para la situaci¨®n que viene.Y, sin embargo, Leopoldo Calvo Sotelo, contra lo que se ha llegado a afirmar, no ha dimitido ni de sus responsabilidades en el Gabinete ni en el partido. Contin¨²a, un tanto atrincherado en La Moncloa,a la b¨²squeda de soluciones pol¨ªticas para regenerar UCD. Quienes hace dos semanas se reclamaban leopoldistas comienzan a desertar, y Calvo Sotelo sabe que hoy apenas puede contar con un pufiado de ministros -no todos- y con algunas figuras enclavadas en el aparato centrista,como el presidente de UCD-Madrid, Miguel Dom¨¦nech, cu?ado del presidente. Su "desembarco liberal", b¨¢sicamente consistente en introducir a Antonio Garrigues en el sistema ucedista, parece definitivamente fracasado.

A sus 56 a?os, tras una mete¨®rica carrera que empez¨® cuando, en abril de 1.977, supo dimitir de su cargo de ministro de Obras P¨²blicas para organizar el naciente Centro Democr¨¢tico, Calvo Sotelo parece haber iniciado, con otras peculiaridades, el camino que hace dos a?os comenz¨® a recorrer Adolfo Su¨¢rez.