Clima de completa normalidad en las elecciones colombianas
En un clima de completa normalidad, dieron comienzo, a las ocho de la ma?ana de ayer, las elecciones presidenciales colombianas, cuyo desenlace se prev¨¦ tan ajustado, que podr¨ªa definirse por foto finish, seg¨²n acertada expresi¨®n de un periodista local.
Contra lo que cab¨ªa pensar, la mayor amenaza a la concurrencia electoral no la constitu¨ªan los sabotajes anunciados por la guerrilla, que hasta el mediod¨ªa no se habian traducido en hechos concretos, sino las inundaciones registradas en varios departamentos.Dos horas despu¨¦s de abrirse los colegios, algunas urnas de Bogot¨¢ hab¨ªan triplicado el n¨²mero de sufragios respecto a las elecciones de marzo, lo que ven¨ªa a apoyar las previsiones de una votaci¨®n r¨¦cord, que podr¨ªa llegar a los siete millones, sobre un censo te¨®rico de unos trece millones.
Esto significa que dos millones de colombianos habr¨ªan acudido a las urnas por primera vez. De su comportamiento depende el resultado, que limita las posibilidades de victoria al candidato conservador Belisario Betancur y al representante del liberalismo, el ex presidente Alfonso L¨®pez Michelsen.
El primero vot¨® en el Capitolio nacional ocho minutos despu¨¦s de constituirse la mesa. Su fe en el triunfo tiene un argumento importante en la divisi¨®n del voto liberal entre L¨®pez Michelsen y el disidente Luis Carlos Gal¨¢n. Sus cuentas tienen ya el antecedente de 1946.
La confianza de L¨®pez Michelsen se basa en la victoria de las parlamentarias, en el posterior trasvase a sus filas de algunos liberales que apoyaron entonces a Gal¨¢n, en la fuerza del voto ¨²til y, por qu¨¦ no, en el peso electoral del apoyo de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que algunos analistas cifran en un m¨ªnimo de 100.000 votos.
Pero ni sus m¨¢s confiados partidarios ocultaban una cierta alarma ante el ascenso que, todas las auguraban a Gal¨¢n, hasta concederle m¨¢s de un mill¨®n de votos, lo que supondr¨ªa la derrota casi segura de L¨®pez Michelsen.
En seis meses, el nuevo liberalismo se ha configurado como una posibilidad de recambio de las gastadas figuras del partido liberal. Su crecimiento se basa en una renovaci¨®n moral de la vida pol¨ªtica y en un programa de moderados tintes socialdem¨®cratas. Con ese bagaje, se ha convertido en el ¨¢rbitro de la nueva legislatura, ya que los dos partidos tradicionales necesitar¨¢n los votos de su grupo parlamentario para obtener la mayor¨ªa en las dos C¨¢maras.
La principal aportaci¨®n de Gal¨¢n la constituye el rechazo del clientelismo electoral y la tradicional compra de votos, que en la costa atl¨¢ntica se cotizan, seg¨²n la Prensa de Bogot¨¢, a 1.500 pesos (unas 2.700 pesetas). En otros casos basta con una botella de aguardiente o unos bocados de sancocho, plato t¨ªpico nacional.
La diferencia horaria permiti¨® conocer a primera hora los resultados obtenidos por los candidatos en algunos consulados europeos. En el de Mosc¨² obtuvo Gerardo Molina, al que apoya el partido c¨®nJiunista, la que ser¨¢ probablemente su ¨²nica victoria parcial, por ampl¨ªsimo margen sobre los otros tres. En Par¨ªs y Madrid, algunas papeletas llevaban el nombre de Jaime Bateman, m¨¢ximo dirigente del M-19.
Bajas guerrilleras
Esta organizaci¨®n ha sufrido en las ¨²ltimas horas la ca¨ªda de dieciocho militantes, que, seg¨²n la polic¨ªa, constitu¨ªan una de las redes urbanas de Bogot¨¢. Se les acusa del atentado contra el palacio presidencial de Nari?o, del secuestro de un avi¨®n y la colocaci¨®n de varias bombas en la capital. Para la jornada de ayer preparaban atentados contra autobuses urbanos e instalaciones de agua y energ¨ªa el¨¦ctrica.En las veinticuatro horas anteriores a las elecciones, nueve bombas hicieron explosi¨®n en distintos puntos del pa¨ªs. El suceso m¨¢s grave ocurri¨® en Villapinz¨®n, donde un coche-bomba ocupado por seis supuestos guerrilleros estall¨® en una gasolinera, causando la, muerte a dos de sus ocupantes y heridas graves a otros dos.
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