El compositor Goffredo Petrassi, un cl¨¢sico del siglo XX, recibe un homenaje en Espa?a
El Grupo Koan interpreta cuatro obras del creador del 'nuevo barroco romano'
Esta tarde, en los salones de la Fundaci¨®n March, de Madrid, se celebra un homenaje a Goffredo Petrassi, presentado por Carmelo Bernaola. Cuatro obras de diversa ¨¦poca y significaci¨®n -Serenata, 1958; Tre per sette, 1964; Souffel, 1969, y Grand Septuor, 1978- ser¨¢n interpretadas por el Grupo Koan, dirigido por Jose Ram¨®n Encinar. Estar¨¢ presente el homenajeado, maestro Petrassi.
La significaci¨®n de Petrassi, rigurosamente contempor¨¢neo de Dallap¨ªccola, es bien sencilla: estamos ante uno de los maestros de nuestro tiempo en el que Se re¨²nen las condiciones de ser un cl¨¢sico del siglo XX y un permanente y avizorado innovador.Cumplidos los 77 a?os, el compositor de Zagarolo (Roma) est¨¢ en la vida y en la historia, presente, activo y resisti¨¦ndose a cualquier g¨¦nero de encasillamiento o color de etiqueta. Protagonista del denominado nuevo barroco romano, seg¨²n la divisa lanzada por Gavazzeni en 1933, o representante latino de la nueva objetividad, seg¨²n concepto de curso m¨¢s acomodaticio que legal, ni una ni otra clasificaci¨®n sirven para apresar m¨ªnimamente el impulso creador de Petrassi, la variada riqueza de su larga producci¨®n y el hondo humanismo que albergan unas estructuras cuidadas minuciosamente en el detalle.
Petrassi es un hombre l¨²cido y sereno en medio del fragor de las co m.entes musicales. Desde joven supo escuchar y analizar cuanto le rodeaba, o cuanto la inquietud: de su tiempo proporcionaba para seguir despu¨¦s su propio camino, sin ceder, a cantos de sirena, tentacio nes de a?os cero o invitaciones a f¨¢ciles y espectaculares posiciones. A trav¨¦s del acto composicional, Petrassi se busca a s¨ª mismo. Crear es su manera de existir, porque es, tambi¨¦n, su radical modo de ser. Y cuanto sabe de su tiempo, sabe igualmente de su pasado, con el que enlaza sin continuismo, sino, con, el fidelidad de quien retoma el hilo de la historia para saber de d¨®nde viene y ad¨®nde va. Tal es la primera impresi¨®n que produce una partitura de Petrassi: firmeza de pensiero, seguridad de realizaci¨®n.
Latino
Inteligencia e instinto profundamente latinos, tanto como lo fuera la m¨¢s expl¨ªcita latinidad de Alfredo Casella, Goffredo Petrassi ama las formas netas, la claridad de luces y contornos, la riqueza del color, el dramatismo teatral o instrumental. Entusiasta conocedor de la pintura (est¨¢ casado con una pintora, Rosetta Acerbi), sutil diferenciador del aire que vibra sobre cada paisaje o cada ciudad, amoroso cultivador de los grandes cl¨¢sicos (Ariosto, Cervantes o san Juan de la Cruz), en Petrassi toma cuerpo, con natural perfecci¨®n, la simbiosis tradici¨®n y modemidad, tal se?alara agudamente Roman VIad.Desde la Partita (1933), hasta el Septeto (estrenado en 1979), Flou y Violasola (1980), la obra de Petrassi sigue una trayectoria cuyas variantes no pueden hacemos olvidar la voluntad rectil¨ªnea que la anima. Por eso, nada me parece m¨¢s err¨®neo que hablar de eclecticismo en tomo al autor de la Noche oscura y el Coro di morti. Ni puede hablarse de la obra religiosa, de tan ¨ªntima y pl¨¢stica belleza, como de lo m¨¢s importante de una invenci¨®n que cuenta en lo sinf¨®nico con la soberana columna vertebral de los concerti.
Arte aut¨¦ntico, el de Petrassi posee capacidad perdurable. Si recibe aliento del tiempo en que naci¨®, goza de soplo abierto hacia el futuro. Del tan comentado barroco romano permanece en los pentagramas de Petrassi el sentido de la continuidad y el movimiento; de la nueva objetividad queda la huella de un constructivisirno s¨®lido y aireado, esbelto y sin ret¨®rica; del profundo: mirar, las combinaciones t¨ªmbricas ligadas al pensamiento sonoro desde su mismo nacimiento y renuentes a la pincelada de animaci¨®n; del orden y la mesura, la exigencia de una po¨¦tica libre dentro de ciertas normas: una po¨¦tica, dir¨ªamos, de sonetista; del concepto dram¨¢tico, la emoci¨®n del Salmo IX, la Noche o el Coro de muertos, tan sustantiva como en los viejos laudas de Italia, o la gracia, a lo Banchieri, de los Non-Sense.
Todav¨ªa deber¨ªamos recordar el magisterio de Petrassi, su dedicaci¨®n a una ense?anza ingentiva que no dicta leyes, ni impone normas: ense?a a analizar, proporciona instrumentos para descubrir y entusiasma. Entre los disc¨ªpulos de Petrassi -Par¨ªs, Pesko, Cardew, Kosma, Borena y tantos otros- cuenta un crecido n¨²mero de espa?oles. Basta recordar a Carmelo Bernaola, Jes¨²s Villa Rojo, Angel Oliver, Claudio Prieto, Garc¨ªa Abril, Amando Blanquer, Miguel Alonso y Alejandro Yag¨¹e.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.