La Alianza hace suyo el comienzo de las START

Los aliados europeos consideran como una victoria propia el anuncio de la apertura de negociaciones entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica para la reducci¨®n de armas nucleares estrat¨¦gicas (conversaciones START).Fuentes pr¨®ximas a la OTAN resaltaron que la noticia ha sido hecha p¨²blica escasos d¨ªas ante! de que el presidente Ronald Reagan inicie su primera gira europea y asista en Bonn a la cumbre de los diecis¨¦is pa¨ªses miembros de la Alianza.

Medios aliados afirmaron que la Administraci¨®n Reagan ha modificado su actitud inicial respecto al control y reducci¨®n de armamentos nucleares y que han sido los europeos, y muy fundamentalmente la Rep¨²blica Federal de Alemania, quienes han logrado en menos de un a?o influenciar a Washington y reducir las tensiones transatl¨¢nticas que exist¨ªan a este respecto. Las mismas fuentes no ocultaron, sin embargo, que en este cambio de actitud de Reagan ha intervenido tambi¨¦n el hecho de que EE UU aprobase el m¨¢s importante presupuesto militar de su historia en tiempo de paz.

Los expertos de la Alianza resaltan que, pese al absoluto desacuerdo de partida que existe entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre el alcance y objetivos de las START, al menos existe un elemento positivo: la aceptaci¨®n por parte de la URSS del cambio de denominaci¨®n de las conversaciones. Las START buscan la reducci¨®n del armamento nuclear estrat¨¦gico (es decir, intercontinental) y no su mera limitaci¨®n, como ocurr¨ªa en las conversaciones SALT I y SALT II. Es, de hecho, el ¨²nico punto de convergencia.

Seg¨²n los expertos aliados, los misiles bal¨ªsticos basados en tierra son los m¨¢s desestabilizadores, porque, al ser f¨¢cilmente detectables, deben ser lanzados con una enor me rapidez, antes de ser destruidos en tierra. Es decir, son misiles de lanzamiento inmediato una vez tomada la decisi¨®n de emplear armas at¨®micas, mientras que los instalados en submarinos -dif¨ªcilmente localizables- pueden entrar en funcionamiento de forma m¨¢s escalonada y lenta. La principal dificultad de la propuesta de Reagan, seg¨²n los mismos expertos, es que la URSS posee un n¨²mero incomparablemente mayor de misiles bal¨ªsticos intercontinentales en tierra que en submarinos, mientras que la proporci¨®n es menor en el caso estadounidense.

Las conversaciones START exigir¨¢n largos debates, y los europeos, que saben que de su buena marcha depende tambi¨¦n el ¨¦xito, al menos parcial, de las conversaciones de Ginebra para la reducci¨®n de armas nucleares de alcance intermedio (los euromisiles y SS-20) instaladas en suelo europeo, del Este y del Oeste, desean estar informados puntualmente. El secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, prometi¨® en su ¨²ltimo viaje a Bruselas que Washington respetar¨ªa su compromiso de consultar a sus aliados.

La satisfacci¨®n de los europeos por el inicio de las START se empa?a, sin embargo, con el temor de que Estados Unidos exija en contrapartida de sus aliados una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s estricta con respecto a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y los pa¨ªses del Pacto de Varsovia.