Los l¨ªderes occidentales pasar¨¢n revista a la situaci¨®n mundial durante los tres pr¨®ximos d¨ªas
Ma?ana comienza en el castillo del Rey Sol, en Versalles, la octava cumbre anual del denominado club de los siete, es decir, de los siete grandes pa¨ªses industrializados del mundo occidental, que se prolongar¨¢ hasta el pr¨®ximo domingo.
Los jefes de Estado o de Gobierno presentes ser¨¢n Ronald Reagan, que lleg¨® anoche a Par¨ªs, presidente de Estados Unidos; Pierre-Eliot Trudeau, primer ministro de Canad¨¢; Margaret Thatcher, jefa del Gobierno brit¨¢nico; Helmut Schmidt, canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania; Giovanni Spadolini, jefe del Gobierno de Italia; Zenko Suzuki, primer ministro de Jap¨®n, y Fran?ois Mitterrand, presidente de la Rep¨²blica Francesa, potencia anfitriona en esta ocasi¨®n.Los reunidos tratar¨¢n los grandes problemas econ¨®micos, monetarios y pol¨ªticos del momento en el mundo. La guerra de las Malvinas, o sus consecuencias, estar¨¢n presentes en el castillo de Luis XIV. En ning¨²n dominio se esperan decisiones espectaculares, pero s¨ª un importante intercambio de confidencias.
Durante veintitr¨¦s horas de conversaciones (tiempo r¨¦cord en este tipo de reuniones), los siete van a chequear al mundo de 1982. Un consejero del presidente Mitterrand, el historiador Claude Maceron, declar¨® ayer: "La raz¨®n de ser de esta conferencia es el relanzamiento del futuro del mundo"
Llamamiento del obispo
El obispo de Versalles, un protagonista local del acontecimiento, no se ha privado de alertar a sus fieles: "Esta es la cumbre de la paz y de la libertad del mundo". Las dos citas precedentes ilustran las buenas intenciones del happening monumental organizado esta vez por el nuevo poder socialista franc¨¦s.
Otra cosa ser¨¢ el examen del paciente, es decir, del mundo en general y de Occidente con m¨¢s precisi¨®n. Todas las cuestiones pol¨ªticas ser¨¢n abordadas: las relaciones Este-Oeste, el desarme, y las consecuencias de la guerra de las Malvinas.
Una parte sustancial de la reunion versallesa ser¨¢ absorbida por los problemas macroecon¨®micos, monetarios, comerciales, del di¨¢logo Norte-Sur y de la energ¨ªa. Los europeos, unos m¨¢s y otros menos, les reprochar¨¢n a los americanos su impostura monetaria con las altas tasas del dinero. Todos los occidentales acusar¨¢n de proteccionistas a los japoneses. Y el presidente Reagan acusar¨¢ a todos sus colegas de prestarles demasiado dinero, y a tasas rid¨ªculas, a los sovi¨¦ticos "para favorecer su reforzamiento militar", seg¨²n una declaraci¨®n suya de anteayer.
Lo m¨¢s tangible, y lo ¨²nico tangible, en un primer tiempo al menos de esta gran superproducci¨®n pol¨ªtica-econ¨®mica-telem¨¢tica-gastronomica-art¨ªstica-policial de Versalles, ser¨¢ el montaje de la misma, iniciado hace ya nueve meses por los sherpas de cada uno de los siete (un sherpa es algo as¨ª como el alma, la sombra y la imaginaci¨®n de un jefe de Estado).
Las 811 hect¨¢reas del castillo de Versalles, sus setecientas habitaciones, los 8.000 cuadros y las 2.000 esculturas han sido injertadas de electr¨®nica para recrear las potencialidades del llamado mundo industrializado. Todo el fasto secular y futurista del que es capaz este pa¨ªs ha sido puesto en pi¨¦ de guerra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.