Concierto-batiburrillo de Wagner

Creo que los conciertos hechos a base de retales oper¨ªsticos no son, en principio, deseables. Ni los int¨¦rpretes ni el p¨²blico tienen oportunidad ni tiempo para "situarse" an¨ªmicamente en el n¨²cleo de la acci¨®n dram¨¢tica correspondiente, ni tan siquiera en el significado del texto concreto cantado en cada intervenci¨®n (y no servido, en esta ocasi¨®n, en el programa de mano). Es claro tambi¨¦n que este razonamiento hace aguas en cuanto se sit¨²a delante de la orquesta una voz excepcional (Una voce molto fa!), y no porque cesen o cambien las razones, sino porque esa calidad vocal, si nos arrebata, resulta suficiente por s¨ª misma. No fue el caso de la larga y calurosa velada wagneriana, a cargo de los solistas, coro y orquesta de Leipzig, que se ofreci¨® en el teatro de la Zarzuela, en sesi¨®n fuera de abono incluida en la presente temporada oper¨ªstica.Correcci¨®n y dignidad

Comentando la versi¨®n de Maestros cantores hablaba de correcci¨®n y dignidad art¨ªsticas que hac¨ªan positivos los resultados de la representaci¨®n. La misma correcci¨®n y dignidad, en conciertobatiburrillo, no da, a m¨ª entender, tan plausibles resultados. Salvados alg¨²n desajuste y alguna imprecisi¨®n en el ataque, me reafirmo en admirar, sobre todo los componentes del elenco, a la disciplinada y biensonante Orquesta del Gewandhaus, capaz de las mayores sutilezas en la familia de las cuerdas y quiz¨¢ con el punto m¨¢s d¨¦bil en el grupo de trombones. Creo, no obstante, que este conjunto puede dar m¨¢s de s¨ª, pero en las seis horas que lo he observado bajo la batuta -por otra parte, de intachable oficio- de Andr¨¦ Rieu, no se le ha pedido nada m¨¢s all¨¢ de la pura correcci¨®n. Los fragmentos de Holand¨¦s errante y Trist¨¢n, as¨ª como los Wesendonk-Lieder, fueron dirigidos por Gert Bahner con algo m¨¢s de nervio e intenci¨®n.

Lo mejor del concierto

Precisamente en las dos ¨²ltimas interpretaciones estuvo lo mejor del concierto: la soprano Jan Marsh alcanz¨® la m¨¢xima altura de la noche haciendo los Lieder con poderosa, afinada y expresiva l¨ªnea vocal. Finalmente, la soprano Sigrid Kehl hizo el papel de Isolda con buenos tintes dram¨¢ticos, en el maravilloso d¨ªptico Preludio y muerte. Con anterioridad, se hab¨ªa aplaudido a Hanna Lisowska en varias intervenciones que evidenciaron su mejor disposici¨®n para la viabraci¨®n dram¨¢tica que para el lirismo contenido, por ejemplo, en los m¨¢s bellos pasajes de la Balada de Senta. Todo lo dem¨¢s no rebas¨® la median¨ªa, y en concreto el Coro anduvo por debajo de este list¨®n, sobre todo en el grupo femenino, tremeolante e inseguro en demasiados momentos.