La 'cumbre' de Versalles
LA CONFERENCIA econ¨®mica de Versalles, entre los dirigentes de los siete principales pa¨ªses industriales de Occidente, tendr¨¢ su continuaci¨®n en Bonn, d¨ªas despu¨¦s, sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y militar de los pa¨ªses de la OTAN. Las dos est¨¢n estrechamente relacionadas y, sin duda, el mejor medio que tienen los Estados Unidos de imponer sus puntos de vista en la OTAN no es otro que el de haber restablecido la confianza ante los espinosos temas econ¨®micos que aguardan en Versalles. Por eso, aunque exista un -comunicado oficial de esta reuni¨®n, el an¨¢lisis hay que situarlo en estos momentos a nivel de posturas de partida y, posteriormente, realizar un examen global con cierta perspectiva de los resultados reales de esta cumbre en dos etapas.La anterior cumbre econ¨®mica de Ottawa tuvo lugar poco despu¨¦s de la toma de posesi¨®n de Reagan y Mitterrand. La econom¨ªa americana estaba entonces plena de dinamismo y se confiaba en una r¨¢pida recuperaci¨®n europea; el descenso de los altos tipos de inter¨¦s en el mercado americano, como requisito previo a su reducci¨®n en los otros pa¨ªses, se pens¨® tambi¨¦n que era cuesti¨®n, de poco tiempo. Los hechos han ido por otros derroteros. La econom¨ªa mundial ha entrado en una profunda recesi¨®n y el paro ha alcanzado l¨ªmites desconocidos desde el final de la segunda guerra mundial.
Los dirigentes de los pa¨ªses europeos se ven ahora fuertemente presionados por su opini¨®n p¨²blica para exigir a los Estados Unidos una especie de compromiso sobre el futuro de su pol¨ªtica presupuestaria. Es decir, sobre un d¨¦ficit en parte impulsado por un incremento de los gastos de defensa y que est¨¢ condicionando el nivel de los tipos de inter¨¦s y, de alguna manera, la recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial. Los americanos, por su parte, con el apoyo de alemanes y japoneses, insistir¨¢n en la necesidad de mantener sin desmayo una lucha contra la inflaci¨®n -su pol¨ªtica monetaria y las cotas de los tipos de inter¨¦s, argumentar¨¢n, son una pieza en el dise?o de su estrategia- mientras tratar¨¢n de impedir que prospere la iniciativa italiana, y sobre todo francesa, de estimular el crecimiento a trav¨¦s de una reactivaci¨®n de la demanda mediante mayores d¨¦ficit presupuestarios y pol¨ªticas monetarias m¨¢s expansivas.
En este tira y afloja, los americanos presionar¨¢n por conseguir o por obtener los m¨¢ximos compromisos de los aliados en la liberalizaci¨®n de los intercambios, de manera que ning¨²n pa¨ªs, como en crisis anteriores, acabe siguiendo su propia v¨ªa hacia el aislacionismo. Los europeos tratar¨¢n de exigir a las autoridades estadounidenses garant¨ªas de una mayor estabilidad del d¨®lar, bien mediante la intervenci¨®n de los mercados de cambio o, por lo menos, dulcificando su ret¨®rica sobre la no intervenci¨®n y al mismo tiempo intensificando las consultas mutuas que eviten las alzas y bajas bruscas de las cotizaciones de las monedas. En el terreno comercial, europeos y americanos, cada uno con un punto de mira distinto, discutir¨¢n sobre la conveniencia o no de desarrollar o reducir los intercambios con el bloque de pa¨ªses comunistas.
En resumen, el gasoducto siberiano, la pol¨ªtica proteccionista agraria de la CEE, las subvenciones a los productos sider¨²rgicos europeos ser¨¢n los temas espec¨ªficos de debate. Si se logra ah¨ª un m¨ªnimo de entendimiento, se habr¨¢ conseguido rebajar el nivel de tensi¨®n existente entre los aliados econ¨®micos occidentales y, por lo menos, de mantener la confianza.
Por supuesto, el gran tema de la recuperaci¨®n econ¨®mica y el firme compromiso de una nueva liberalizaci¨®n comercial, como pr¨®logo del GATT en noviembre, no parece que puedan ni siquiera desarrollarse en Versalles. Los graves problemas a corto plazo y la debilidad econ¨®mica, incluso pol¨ªtica, como en el caso del canciller Smith, impiden por ahora una estrategia ambiciosa que exigir¨ªa grandes sacrificios econ¨®micos y pol¨ªticos para el ajuste de las econom¨ªas. Los d¨¦ficit presupuestarios y los niveles de inflaci¨®n s¨®lo ceder¨¢n con lentitud, mientras persiste una estructura distributiva de los ingresos muy honerosa para la situaci¨®n actual de las econom¨ªas y contin¨²a el estancamiento o la disminuci¨®n de la inversi¨®n productiva. El presidente Mitterrand introducir¨¢ como novedad el tema de la alta tecnolog¨ªa como remedio para reanimar a las econom¨ªas de los pa¨ªses industriales e incrementar los niveles de empleo. Sin embargo, los dem¨¢s participantes de la cumbre no parecen compartir el optimismo franc¨¦s. En definitiva, pocas grandes esperanzas, pero s¨ª el consuelo de que las cosas no ir¨¢n probablemente a peor. Continuaremos en recesi¨®n mientras se trata de seguir evitando la crisis.
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