Ponderada reacci¨®n del Gobierno a la sentencia del 23-F

La declaraci¨®n del Consejo de Ministros, por boca de su presidente, en referencia al fallo del tribunal militar sobre los acontecimientos del 23-F, ha provocado reacciones de dura cr¨ªtica contra el Ejecutivo. Como ciudadano, desear¨ªa dejar o¨ªr mi voz al respecto. Lo primero que habr¨ªa que determinar es la motivaci¨®n que est¨¢ detr¨¢s de semejante actitud. Las razones de los cr¨ªticos pueden ir desde una solidaridad moral con el golpismo hasta la irritaci¨®n por la supuesta lenidad en las expresiones del se?or presidente del Gobierno, pasando por el miedo a otro acto de fuerza como el que nos abochorn¨® a muchos espa?oles en aquellas aciagas fechas. Cada uno debe saber ahora d¨®nde se encuentra y si est¨¢ sinceramente a favor de una legalidad constitucional, que los espa?oles nos hemos dado en libertad, o prefiere la aventura d¨¦ cualquier expresi¨®n totalitaria del Estado.Aunque no soy jurista ni pol¨ªtico, entiendo que el Gobierno est¨¢ asistido por un derecho legal para hacer que se interponga recurso. Pero si el Ejecutivo tiene este derecho, tiene tambi¨¦n el deber de explicar su decisi¨®n a la ciudadan¨ªa y ha de hacerlo con claridad suficiente. Esto es obvio en un verdadero sistema democr¨¢tico, en que la soberan¨ªa reside fundamentalmente en un pueblo que jam¨¢s ha de quedar ayuno de iluminaci¨®n sobre las determinaciones pol¨ªticas que le afectan. Si esto es asi en situaciones normales y en condiciones corrientes, ha de pensarse que el ejecutivo est¨¢ a¨²n m¨¢s obligado a explicar con claridad al pueblo los motivos de sus decisiones cuando la materia de que se trata es grave. Creo que ¨¦ste es el fundamento jur¨ªdico, pol¨ªtico y'¨¦tico de la ponderada, respetuosa y sobria intervenci¨®n del se?or Cal vo Sotelo al final del Consejo de Ministros en que se trat¨® de la, sentencia por los hechos del 23-F.

Por fin, deseo manifestar que, de no haberse producido la clara e inequ¨ªvoca declaraci¨®n gubernamental, se hubiera prestado un flaco servicio a nuestras Fuerzas Armadas. En tal supuesto, los exaltados de rigor hubieran tenido una ocasi¨®n m¨¢s para encajar cr¨ªticas injustas e inconvenientes contra nuestros Ej¨¦rcitos. Ahora tendr¨¢n que volverse a apurar responsabi lidades sin que se d¨¦ pie a generafi zaciones carentes de equidad.

Calvo Sotelo y su Gobierno han estado en esta circunstancia donde est¨¢ la virtud, en el centro, y en un centro muy dedocr¨¢tico. Espe remos que actitudes como lista sirvan a UCD para conseguir de nuevo su atributo perdido, la uni¨®n.