El Reino Unido culmina la reconquista del archipi¨¦lago de Ias Malvinas con la captura de las Sandwich del Sur
Tras la captura de la isla de Thule, en el archipi¨¦lago de las Sandwich del Sur, todas las dependencias de las islas Malvinas han vuelto a manos brit¨¢nicas. En un brev¨ªsimo comunicado del Ministerio de Defensa, Londres anunci¨® ayer tarde que a las 14.30 (hora de Madrid) se hab¨ªan rendido a las fuerzas brit¨¢nicas los argentinos destacados en Thule. "A¨²n se esperan detalles completos, pero los informes iniciale sugieren que no hubo combates", se?al¨® el Ministerio.
Este no dio m¨¢s detalles sobre la operaci¨®n ni sobre los argentinos que se encontraban en Thule. Seg¨²n la British Broadcasting Corporation (BBC), hab¨ªa una decena de cient¨ªficos. Otras fuentes hab¨ªan hablado en d¨ªas pasados de la presencia de tropas argentinas.Los argentinos ocuparon ?legalmente Thule, seg¨²n los brit¨¢nicos, en 1976, supuestamente para instalar una estaci¨®n cient¨ªfica. El Foreign. Office reconoci¨® estos hechos de nuevo el 3 de abril, al d¨ªa siguiente de la invasi¨®n argentina de las Malvinas.
Un portavoz afirm¨® ayer que, aunque se hab¨ªa contemplado la posibilidad de firmar un acuerdo con Argentina sobre esta estaci¨®n, nunca hab¨ªa quedado formalmente rubricado. La acci¨®n argentina constitu¨ªa pues una violaci¨®n de la soberan¨ªa brit¨¢nica. En febrero pasado, la delegaci¨®n brit¨¢nica volvi¨® a protestar sobre esta cuesti¨®n ante los argentinos en el curso de las negociaciones de Nueva York sobre las Malvinas.
Londres busca la rendici¨®n completa
La propia primera ministra, Margaret Thatcher, declar¨® el martes pasado en el Parlamento que el acuerdo que buscaba sobre una "rendici¨®n" argentina no se refer¨ªa s¨®lo a las Malvinas, "sino tambi¨¦n a la gente que ha quedado en las dependencias, y ¨¦stas incluyen Thule del Sur".
Aunque el t¨¦rmino rendici¨®n ha quedado algo obsoleto, Londres sigue esperando una confirmaci¨®n autorizada de Buenos Aires sobre el cese de todas las hostilidades enel Atl¨¢ntico sur. El desembarco en Thule, seg¨²n los observadores brit¨¢nicos, puede dificultar esta confirmaci¨®n.
La operaci¨®n brit¨¢nica viene a subrayar la determinaci¨®n de Londres a hacer valer su plena soberan¨ªa sobre los territorios del Atl¨¢ntico sur y confirma que Margaret Thatcher no est¨¢ dispuesta a acoger el llamamiento argentino para resolver definitivamente el conflicto en el marco de las Naciones Unidas.
El gesto brit¨¢nico ha levantado pol¨¦micas. El laborista Tam Dalyell ha exigido una aclaraci¨®n a Thatcher pues "es buscarse problemas el hacer algo que forzar¨¢ a los firmantes del Tratado del Ant¨¢rtico a sentirse directamente implicados y entre ellos est¨¢, naturalmente, la Uni¨®n Sovi¨¦tica".
Aparentemente, hay otros problemas. Los argentinos, seg¨²n The Sunday Times, que citaba altas fuentes de inteligencia norteamericanas, tienen en su poder a siete miembros de un comando SAS (Special Air Service), que se introdujeron en Argentina para controlar y sabotear los vuelos de cazabombarderos Super Etendard y Skyhawk desde la base de R¨ªo Gallegos.
Silencio sobre operaciones especiales
Este, seg¨²n versi¨®n de The Sunday Times, ha sido el secreto mejor guardado de la guerra. Los siete SAS -tres oficiales y cuatro soldados- pudieron haber llegado a Argentina en el helic¨®ptero Sea King que se estrell¨® en Punta Arenas (Chile) el 20 de mayo.
El comando utiliz¨®, seg¨²n esta versi¨®n, unidades de radar port¨¢tiles fabricadas por la compa?¨ªa ITT para su labor de control. Es posible que llevara a cabo algunos sabotajes.
El Ministerio de Defensa afirm¨® ayer no tener informaci¨®n sobre estos supuestos hechos, pero a?adi¨® que "nunca discutimos las operaciones de nuestros servicios especiales".
Argentina captur¨® a este comando y, seg¨²n este peri¨®dico, los tiene en custodia secreta. Ni siquiera la Cruz Roja Internacional ha podido visitarlos. Los argentinos tienen otro prisionero de guerra en su poder, el piloto de Harrier Jeffrey Glover.
Esta versi¨®n puede ilustrar una de las razones por las cuales Gran Bretafia no quiere dejar en libertad a todos los prisioneros de guerra. Otros 2.700 prisioneros partieron ayer de Port Stanley a bordo del ferry Norland y del buque hospital argentino Bah¨ªa Para¨ªso seg¨²n un corresponsal de guerra.
Quedan entre tres y cuatro mil argentinos en manos de los brit¨¢ nicos, y Londres se propone rete ner a un buen n¨²mero de oficiales y soldados hasta que Argentina declare el fin de las hostilidades.
El Reino Unido se apoya para esta pol¨ªtica en la Convenci¨®n de Ginebra, cuyo art¨ªculo 118 sefiala que los prisioneros de guerra de ben ser repatriados despu¨¦s del cese de las hostilidades activas.
Repatriaci¨®n sin demora
Pero el mismo art¨ªculo obliga a que esta repatriaci¨®n sea ejecuta da sin demora una vez que hayan terminado los combates, aunque una de las partes considere que prosiguen las hostilidades.
El conflicto de las Malvinas ha hecho sentirse m¨¢s orgullosos de ser brit¨¢nicos a un 81% de la poblaci¨®n, seg¨²n una encuesta de opini¨®n realizada el viernes para The Sunday Times. S¨®lo un 2% siente lo contrario. Un 81% de los encuestados considera adecuada la decisi¨®n de enviar el destacamento naval al Atl¨¢ntico sur a pesar del coste en vidas y dinero. Un 14% a¨²n era contrario a esta decisi¨®n. Una gran mayor¨ªa pensaba que con esta guerra hab¨ªa aumentado la influencia del Reino Unido en el mundo.
En cuanto a intenciones de voto, los conservadores se encuentran en cabeza (52%), seguidos de los laboristas (29%) y de la Alianza Liberal Socialdem¨®crata (17%). Sin embargo, una tormenta se acerca al partido conservador.
El ministro de Defensa, John Nott, est¨¢ decidido, seg¨²n la impresi¨®n general de la Prensa brit¨¢nica, a publicar su Libro Blanco de Defensa sin cambios sustancia es, a pesar de la batalla de las Malvinas. Este conflicto retras¨® la publicaci¨®n de este informe en el que Nott mantiene la necesidad de recortar el n¨²mero de unidades de la flota de superficie.
Margaret Thatcher debe anunciar tambi¨¦n esta semana el inicio de la investigaci¨®n oficial sobre la crisis de las Malvinas. Quiere que se examine la pol¨ªtica de sucesivos Gobiernos y no ¨²nicamente, como pretende la oposici¨®n, los acontecimientos inmediatamente anteriores a la invasi¨®n argentina del 2 de abril.
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