Mitterrand afirma que Espa?a ingresar¨¢ en la CEE cuando la Comunidad resuelva su crisis
En respuesta al discurso del Rey de Espa?a, el presidente de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Mitterrand, dijo, entre otras cosas:"Se?or, en vuestro discurso de bienvenida hab¨¦is planteado francamente un cierto n¨²mero de problemas que ya he tenido ocasi¨®n de debatir con vos y que ma?ana discutir¨¦ todav¨ªa con varios representantes de Espa?a, y ante todo con el presidente del Gobierno".
"En primer lugar, el problema planteado por la entrada de Espa?a en la Comunidad Europea. Una visi¨®n demasiado simple de las cosas, que no es la vuestra, tiende a caricaturizar este debate. Se perciben sus ecos en la Prensa de nuestros dos pa¨ªses, lo cual expresa, despu¨¦s de todo, un sentimiento real. No se trata de cosas inventadas. Hay una especie de conflicto latente en la medida en que Francia alza objeciones, no en lo que se refiere a la entrada de Espa?a en la Comunidad de Europa, puesto que es un pa¨ªs europeo por todas sus fibras, la geograf¨ªa, la historia, la cultura, los sacrificios consentidos, los ejemplos dados. No hay ninguna dificultad sobre ese principio: el problema es simplemente la puesta en pr¨¢ctica".
"Para Francia se plantean cuestiones muy simples. Nosotros, que somos fundadores de esta Comunidad, comprobamos que no ha sabido dotarse de reglas suficientes para su propia pol¨ªtica agr¨ªcola, ni de un estatuto o reglamentos para las producciones mediterr¨¢neas, las que ustedes producen, las que nosotros producimos. Para nuestros productos no existen hoy, en el interior de la Comunidad, reglas comparables a las que hay para las producciones que proceden de otras partes del norte y del centro de Europa. De tal manera, que la llegada de Espa?a corresponder¨ªa a un lamentable estado de anarqu¨ªa, deseado y realizado por los pa¨ªses que actualmente son miembros de la Comunidad. Yo espero beneficios de la entrada de Espa?a en el Mercado Com¨²n, en la medida en que, pasado el momento dif¨ªcil de la negociaci¨®n, naturalmente Espa?a se encontrar¨¢ r¨¢pidamente -repito- del mismo lado. Ella defender¨¢ las mismas causas, puesto que defender¨¢ a los mismos trabajadores, los mismos productores, a condici¨®n de que eso no comience por un desastre, por un desorden suplementario, por una especie de guerra econ¨®mica interior suplementaria, en el interior de una Europa que no siempre ha sabido dominarlas. Es preciso hablar tan claramente como lo hab¨¦is hecho vos mismo, en un discurso amistoso y perfectamente diplom¨¢tico, pero muy perceptible para un o¨ªdo fino".
"?Debe entrar Espa?a en la Comunidad? S¨ª. ?En qu¨¦ condiciones?: hablemos de ello. Lo que me parece m¨¢s notable en esta crisis es que jam¨¢s se haya llegado a hablar. Por supuesto, ha habido muchas conversaciones, quiz¨¢ habladur¨ªas. Pero nunca se ha hablado claramente para decir que, puesto que el destino hist¨®rico quiere que Espa?a est¨¦ en esta Europa, ?qu¨¦ se puede hacer para evitar una crisis econ¨®mica entre Francia y Espa?a, en el interior de una Europa que se encuentra ella misma en crisis? ?Qu¨¦ hacer para que Europa no estalle en una zona de libre cambio, cuando Europa ha sido constituida sobre la base de una uni¨®n aduanera, de tarifas preferenciales y de un Mercado Com¨²n cuya misi¨®n es la de constituir una base capaz de resistir a prescripciones venidas del exterior o, llegado el caso, a competencias desleales?"
"Del lado de Francia, la puerta no est¨¢ cerrada, no puede estarlo ni lo estar¨¢. Solamente podr¨ªais quejaros de que permanece demasiado tiempo entreabierta. Discutamos, pues, yo estoy dispuesto: veamos de qu¨¦ forma podemos vivir juntos, hablando de cosas pr¨¢cticas y precisas en los planos agr¨ªcola, industrial, de la pesca, de las econom¨ªas regionales".
"Hay una voluntad pol¨ªtica evidente de conseguirlo. Lo que puedo deciros, Se?or, es que yo tengo esa voluntad pol¨ªtica. Pero no me arriesgar¨¦ a a?adir una miseria suplementaria a las actuales miserias de Europa. No servir¨ªa de nada fabricar lazos nuevos cuando los antiguos no solamente podr¨ªan distenderse, sino romperse. La Europa del Mercado Com¨²n tal como existe, la de los diez, y no a¨²n la de los once o los doce, es una Europa que est¨¢ lejos de haber superado las dificultades o contestado a los interrogantes que le proponemos".
El derecho es el derecho
"En las relaciones entre Espa?a y Francia hab¨¦is citado un problema, de una manera delicada y extremadamente cort¨¦s: el problema del terrorismo, que en el esp¨ªritu de vuestras palabras se aplicaba -imagino- a la situaci¨®n vasca y a lo que se llama indebidamente el santuario franc¨¦s. ?Se puede imaginar que un pa¨ªs como Francia, con todos sus defectos, no es un pa¨ªs lleno de libertad? Nosotros no estamos al abrigo. Problemas sociales han suscitado el terrorismo en Italia. Las causas son diferentes en Alemania, muy diferentes incluso en Espa?a. Es muy posible que Francia conozca ella misma, en los dolores de las sociedades que cambian, momentos dif¨ªciles".
"Yo dir¨¦, como vos, que la libertad y el derecho deben prevalecer, que los hombres violentos deben ser aislados, que no deben ser sostenidos. Pero he aqu¨ª que el derecho es el derecho y nosotros tenemos nuestras propias leyes. A menudo es dif¨ªcil distinguir lo que es oposici¨®n pol¨ªtica y lo que es el crimen, el crimen bestial, el gusto por la destrucci¨®n, la muerte por la muerte. Nos encontramos constantemente enfrentados a ese problema. ?Ah, si no hubiera m¨¢s que Espa?a! Pero diez, doce pa¨ªses, quince pa¨ªses en el mundo solicitan de Francia respuestas que no pueden ser satisfechas. Si se trata de organizar nuestra defensa com¨²n contra el terrorismo, de impedir que los actos violentos sean realizados, si se trata de prevenirlos, si se trata tambi¨¦n de castigar los que hayan sido cometidos, Francia est¨¢ dispuesta. Francia no va a permitir, en la medida de su poder -es decir, dentro de su territorio-, las tentativas contra el renacimiento de la democracia espa?ola y contra el equilibrio de ese pa¨ªs al que todos vosotros, obreros de una gran tarea, est¨¢is consagrados desde hace ya algunos a?os"'.
"Francia, es verdad, tiene sus deberes, y las conversaciones que tendr¨¦ ma?ana (por hoy) me permitir¨¢n demostrar que no solamente estamos preparados, sino
Discurso del presidente de la Rep¨²blica francesa
que hemos cumplido ya mucho m¨¢s de lo que se quiere decir. Pues la naturaleza misma de las dificultades a menudo van m¨¢s lejos que los simples problemas de orden p¨²blico. Si yo he venido aqu¨ª, si he tenido el placer de ser recibido en este bello palacio real, en esta sala donde en seguida se siente uno asaltado por lo que podr¨ªa llamarse la historia de Espa?a, por su cultura y su capacidad de creaci¨®n art¨ªstica, es porque, a pesar de numerosos obst¨¢culos, que no ignoro, yo quer¨ªa demostrar que deseaba situarme en el terreno del entendimiento"."Hab¨¦is evocado algunos otros problemas, sobre todo las guerras que desgarran hoy el planeta. Nosotros deseamos que el Consejo de Seguridad y la Organizaci¨®n de Naciones Unidas retomen con m¨¢s vigor y claridad la misi¨®n que les incumbe. Nuestra amistad por Gran Breta?a, los lazos contra¨ªdos desde hace tres cuartos de siglo, dos guerras mundiales soportadas en com¨²n, la presencia vigilante de ese pueblo en la hora del mayor desgarro franc¨¦s en 1940: todo eso imped¨ªa a Francia separarse de aquel pa¨ªs, por poco que fuera, despu¨¦s de haber sufrido una agresi¨®n. Francia no ha reconocido el derecho de soberan¨ªa de Gran Breta?a sobre las islas Falklands, pero era preciso. que fuera resuelta por la discusi¨®n o por el derecho internacional y no por una intervenci¨®n violenta".
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