Antisemitismo
Soy espa?ol, cat¨®lico, residente temporal en EE UU y actualmente de vacaciones en mi tierra, antiguo lector habitual de su peri¨®dico, que no le¨ªa desde hace casi dos a?os, dada la imposibilidad de encontrarlo en Los Angeles, ciudad de mi residencia. A pesar de la evidente evoluci¨®n de la sociedad espa?ola en este tiempo hay algunos temas que permanecen inalterables en algunos sectores de dicha sociedad, prueba de ello es el profundo y paranoico antisemitismo que se refleja en el art¨ªculo firmado por el se?or Roberto Mesa, publicado en su diario el pasado d¨ªa 14, que merec¨ªa pertenecer a las cr¨®nicas medievales de los autos de fe o, m¨¢s modernamente, a los informes oficiales del III Reich sobre el destino del pueblo jud¨ªo.Israel no naci¨®, como ¨¦l asegura, en 1948, basado en la pr¨¢ctica del terror, sino precisamente como una consecuencia del terror ejercido sistem¨¢ticamente contra el pueblo jud¨ªo y que en ese momento acababa de rematar su obra con el exterminio de seis millones de sus miembros. El hecho de que se responsabilice de ellos al III Reich es algo hist¨®ricamente anecd¨®tico. A lo largo de la historia ha habido otros muchos pa¨ªses que han tenido su chivo expiatorio en el pueblo jud¨ªo. Espa?a entre ellos, que en uno de los cap¨ªtulos m¨¢s desafortunados de nuestra historia decidi¨® su expulsi¨®n en momentos en que la sociedad jud¨ªa constitu¨ªa el sector m¨¢s floreciente y culto de la ¨¦poca.
La ¨²nica garant¨ªa que tiene el pueblo jud¨ªo de que esos genocidios c¨ªclicos no se vuelvan a repetir es precisamente la exisencia de un Estado de Israel fuerte y poderoso que mantenga su independencia al margen de las confusas e interesadas reivindicaciones territoriales de sus vecinos (m¨¢s de ochocientos millones, los m¨¢s ricos y poderosos del mundo). En cuanto al derecho a la existencia del pueblo palestino, nadie, ni siquiera Israel, pone en duda ese derecho, siempre y cuando no est¨¦ basado en la absurda pretensi¨®n de disput¨¢rselo territorialmente a Israel, pa¨ªs al que hist¨®rica, social y pol¨ªticamente le pertenece mucho antes de que los palestinos tuviesen conciencia de pueblo y fuesen algo m¨¢s que n¨®madas en correr¨ªas permanentes por el desierto. Por ¨²ltimo, involucrar a Espa?a en una pretendida conferencia de paz en la cual el interlocutor v¨¢lido fuese el grupo terrorista OLP no har¨ªa m¨¢s que a?adir m¨¢s confusi¨®n a la ya de por s¨ª desconcertante pol¨ªtica exterior espa?ola en lo referente a este tema, que sigue empe?ada en no reconocer la existencia del Estado de Israel en base a unos hipot¨¦ticos privilegios con los pa¨ªses ¨¢rabes, que parece que pueden m¨¢s que su derecho a mantener una pol¨ªtica exterior independiente como cualquier pa¨ªs soberano y democr¨¢tico. Para la mitad del pueblo jud¨ªo disperso por el mundo ser¨ªa la recuperaci¨®n espiritual de la querida y a?orada Sefarad, que, como una madre desnaturalizada, sigue absurdamente ignorando su verdadera historia. Claro que todav¨ªa existen Torquemadas-Mesa, ?habr¨¢ que esperar otros quinientos a?os? /
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