Kevin Mulcahy: "La Administracion Carter conoc¨ªa la operaci¨®n de venta de armas a Libia"
Kevin Mulcahy, el ex agente de la CIA que descubri¨® hace ya seis a?os uno de los mayores esc¨¢ndalos sobre las actividades de este servicio de espionaje, en el cual dos de sus agentes estaban vendiendo armamento sofisticado e informaci¨®n con fidencial a Libia, expresa ahora, en una entrevista exclusiva para EL PA?S, su falta de confianza en las oscuras operaciones de la agencia norteamericana.
Kevin Mulcahy, que desde aquella ¨¦poca vive con nombre falso, asustado porque hasta el mismo Gobiemo le persigue por revelar informaci¨®n del funcionamiento intemo de la Agencia, ha relatado a este peri¨®dico el desarrollo de aquella famosa operaci¨®n y las actuales actividades de sus dos mayores enemigos: Frank Terpil y Ed Wilson, los ex agentes de la CIA que negociaron con Libia y colocaron al Gobierno de EE UU en una delicada situaci¨®n. Kevin Mulcahy ha venido a Espa?a para ayudar a Gary Korkala, un hombre de la CIA que fue detenido en Espa?a y sobre el que pesa una solicitud de extradici¨®n cursada por el Gobierno de Estados Unidos. El caso ya ha pasado a la Audiencia Nacional y est¨¢ a punto de resolverse. "Gary ha sido enga?ado por Terpil. El no estaba implicado en ninguna operaci¨®n y ahora se le est¨¢ buscando como chivo expiatorio", afirma Mulcahy, quien a?ad¨ªa que Korkala "hab¨ªa trabajado para m¨¢s de veinte agencias del Gobierno federal, tales como, el servicio secreto del presidente, el Ej¨¦rcito, en la CIA, en el Departamento del Tesoro; tambi¨¦n trabaj¨® para Scotland Yard y con las autoridades mexicanas para detener el terrorismo internacional, como experto en detecci¨®n de bombas y otros mecanismos".Gary Korkala, fue condenado a 53 a?os de prisi¨®n por intentar vender armas en Nueva York. El asunto vuelve a tomar los tintes de un gran enredo. De infiltrados, de dobles agentes, de negocios sin escr¨²pulos...
Kevin Mulcahy procede de una familia estrechamente ligada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Su padre y tres de sus hermanos trabajaron para esta agencia durante largos a?os. El, siguiendo la tradici¨®n familiar, tambi¨¦n comenz¨® a prestar sus servicios en ella hasta que descubriera la venta de armas a Libia. "Todos cre¨ªamos en el servicio que est¨¢bamos haciendo, todos cre¨ªamos en la CIA, incluso durante la guerra de Vietnam", afirma Mulcahy; pero en 1968 todo se volvi¨® contra ¨¦l.
En el oto?o de 1974, Mulcahy hab¨ªa logrado superar su alcoholismo y comenz¨® a trabajar para crear hogares para ex alcoh¨®licos y ex drogadictos, pero una simple casualidad le uni¨® al que es ahora su mayor enemigo: Mulcahy alquil¨® una casa a una tal B¨¢rbara Wilson, la esposa de Ed Wilson, quien introducir¨ªa al poco tiempo a Mulcahy en sus negocios.
Pregunta. ?Por qu¨¦ dej¨® su trabajo en la Agencia?
Respuesta. Sal¨ª de la CIA en 1968 porque quer¨ªa tener una familia y ganarme la vida de otra manera. Fue muy dificil para m¨ª, pero no tuve m¨¢s remedio, aunque estuve muy ligado a ella y le fui fiel hasta junio de 1981.
P. ?Se arrepinti¨® alguna vez de ese trabajo?
R. No; nunca lo he lamentado, porque creo que los servicios de inteligencia, si son controlados adecuadamente, en una democracia constituyen la primera l¨ªnea de defensa de un pa¨ªs y jam¨¢s ser¨ªa necesaria la intervenci¨®n de los militares. Creo que actualmente la crisis de las Malvinas constituye un buen ejemplo de c¨®mo la ruptura de comunicaciones y la falta de intercambio de informaci¨®n entre naciones est¨¢ haciendo posible que mueran hombres gratuitamente.
P. ?No le ha preocupado alguna vez, cuando trabajaba en la CIA, el ser utilizado, o no cree que los que ahora lo hacen no conocen, en la mayor¨ªa de los casos, los objetivos que se propone conseguir la agencia?
R. Creo que a algunos s¨ª les preocupa. Desde que revel¨¦ p¨²blicamente a The New York Times todo el caso de la venta de armas a Libia me he convertido en un fuera de la ley para el Gobierno de Estados Unidos. Tienen miedo de que la gente me escuche. Les comprometer¨ªa. En el caso de Wilson y Terpil, s¨®lo hubo una persona encarcelada, y esa persona, que era la que figuraba como propietaria de la empresa que hizo el env¨ªo de explosivos a Libia, s¨®lo pas¨® entre rejas cuatro meses en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad: John Brown.
P. ?Qu¨¦ conclusiones ha sacado, despu¨¦s de esos seis largos a?os, sobre la historia de la venta de armamento a Libia que usted descubri¨® y en la que estaban implicados los famosos ex agentes de la CIA Terpil y Wilson?
R. Yo estaba muy interesado en investigar el caso. Y lo que he descubierto es que el Gobierno federal no hab¨ªa hecho mucho para llevar el caso a los tribunales en el sentido de que no se trataba tanto de lo que hab¨ªan hecho como de lo que deber¨ªan haber hecho, y no hicieron nada para detener el flujo de explosivos a Libia y, sobre todo, los detonadores. Estos hombres estaban fabricando detonadores de relojer¨ªa.
P. ?Sab¨ªa el Gobierno de Estados Unidos las operaciones que estaban realizando Wilson y Terpil?
R. S¨ª; todo el mundo lo sab¨ªa. Todos los funcionarios de la Administraci¨®n Carter conoc¨ªan la operaci¨®n con Libia.
P. ?Se persigue a Terpil y a Wilson o es una simple tapadera para darles cobertura?
R. Desde hace seis a?os yo me estoy haciendo la misma pregunta. Pero lo que ha sucedido en el ¨²ltimo a?o es que la Prensa ha descubierto muchos asuntos y el Gobierno ha tomado inter¨¦s porque todo parezca m¨¢s limpio, aunque sea atacando a gente sin importancia, como creo que es el caso de Korkala.
P. Se ha dicho que la operaci¨®n de la venta de armas en Nueva York en la que aparecieron implicados Terpil y Korkala habla sido montada por el propio Gobierno de forma que aparecieran como fugitivos, pero con el fin de crearles una cobertura en Oriente Pr¨®ximo. ?Es cierto?
R. Korkala cre¨ªa que la operaci¨®n era una treta de la CIA para darles cobertura en Oriente Pr¨®ximo. A Terpil y a Korkala se les orden¨® abandonar Estados Unidos, y as¨ª lo hicieron porque se lo dijo un agente del FBI. No les anularon sus pasaportes hasta, al menos, nueve meses despu¨¦s.
P. El Gobierno, pues, apoy¨® esta operaci¨®n, a esar de que Terpil y su socio en el asunto libio, Wilson, continuaban trabajando con fines nada claros y mucho tiempo despu¨¦s de que se conocieran sus operaciones con Libia.
R. Me inclino por pensar que el Gobierno lo conoc¨ªa; lo que no me explico es que durante m¨¢s de tres a?os no hicieran nada por detener
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las actividades de estos hombres.
P. ?Qu¨¦ actividades tienen encomendadas ahora?
R. Desde 1976 no creo que est¨¦ cualificado para responder a esa pregunta. Terpil est¨¢ en Beirut. Estuvo ayudando durante alg¨²n tiempo a Idi Amin. Yo tengo una grabaci¨®n de Terpil hablando con Idi Amin y copias de contratos de ventas de armas y explosivos que el primero vendi¨® al segundo. El otro, Wilson, est¨¢ viviendo en Tr¨ªpoli. (La entrevista fue realizada antes de que Wilson fuese detenido, la semana pasada, en Santo Domingo y trasladado a Estados Unidos. Ver informaci¨®n en estas mismas p¨¢gina).
P. ?Qu¨¦ opina de las ventas de armas de Wilson y Terpil a estos Gobiernos?
R. Ning¨²n comentario. Lo que m¨¢s me preocupa, y es algo que me parece muy extra?o sobre este caso, es que m¨¢s de una treintena. de personas que trabajaban en la CIA, con su actuaci¨®n, ayudaron a Wilson y a Terpil en sus operaciones, y a todos ellos no se les acus¨® de nada. Creo que desde la llegada de Reagan al Gobierno es cuando se han dado los m¨¢s importantes intentos por limpiar este caso.
P. ?C¨®mo no se ha llegado hasta el fondo en este asunto? ?Hay nombres importantes detr¨¢s de la operaci¨®n?
R. Lo que ocurre es que hay diferentes secciones investigando el asunto de forma independiente sin compartir entre s¨ª la informaci¨®n. Estaban implicados pol¨ªticos importantes que mantienen contactos con Wilson. Gente muy importante en el Gobierno federal, y se hicieron acusaciones muy graves de que Wilson les estaba pagando.
Sabemos con toda seguridad que William Weisenberger, de la CIA, recibi¨® grandes cantidades de dinero, unos 8.500 d¨®lares, por ejemplo, en el edificio Page, para la fabricaci¨®n del primer lote de detonadores digitales destinados a Libia. Le pag¨® una persona que trabajaba para Wilson. Su nombre es Eula Harper, esposa de uno de los hombres que fueron a Libia. Los dos eran agentes de la CIA.
Harper fue a Libia a montar el primer laboratorio de fabricaci¨®n de bombas. En aquella ¨¦poca, Weisenberger estaba trabajando todos los d¨ªas en la sede central de la CIA en Virginia. Trabajaba en el departamento de servicios t¨¦cnicos, m¨¢s conocido por el de gente sucia. A este hombre no se le ha molestado nada y ahora trabaja para la empresa que fabrica los detonadores. Y es curioso, porque est¨¢ negociando ahora con Oriente Pr¨®ximo.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n tiene de Terpil?
R. Terpil es un fraude. Es una mierda, y no quiero decir m¨¢s. No es m¨¢s que un timador. Es un hombre que estar¨ªa dispuesto a hacer negocios con el diablo y seguramente saldr¨ªa beneficiado.
P. ?Y Wilson?
R. Desde septiembre de 1976 no le he visto ni he hablado con ¨¦l. Ha hecho todo lo posible por desacreditarme vali¨¦ndose de sus contactos con gente muy importante, llegando al punto de que el subdirector de operaciones de la CIA falsificara mi historial en la Agencia. Wilson es la persona m¨¢s peligrosa que he conocido en toda mi vida. La biblia de Wilson es el d¨®lar. S¨¦ que Wilson se mantuvo activo hasta octubre del a?o pasado.
Se averigu¨® que ten¨ªa un contrato para reclutar pilotos, equipar y mantener las fuerzas armadas libias y se coment¨® su apoyo a la invasi¨®n de Chad. Fueron los hombres de Wilson los que llevaron a cabo la invasi¨®n de Chad para Libia. Ahora creo que sigue manteniendo relaciones con la CIA, que env¨ªa informes a la CIA en El Cairo. Esa es la raz¨®n por la que no ha sido detenido. Es un hombre que tiene tantos conocimientos y tanta informaci¨®n que podr¨ªa cerrar la CIA, y ya ha amenzado con ello.
P. ?Est¨¢ trabajando la CIA o Estados Unidos en alguna operaci¨®n en Espa?a?
R. No quiero hacer ning¨²n comentario a este respecto. Ahora no. Tengo que regresar a Estados Unidos y tengo miedo.
P. ?No es posible que la CIA apoye al grupo terrorista ETA, por ejemplo?
R. No quiero responder a esa pregunta. Responder¨¦ a esa pregunta ante los tribunales en Espa?a si a Gary Korkala se le trata como se le ha estado tratando hasta ahora.
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