Balmain, s¨ªntesis de la elegancia y del rigor
En el mismo momento en que el ministro franc¨¦s de Cultura, Jack Lang, inauguraba en Par¨ªs, la semana pasada, el museo de las Artes y la Moda, ubicado en el pabell¨®n Marsan de las Tuller¨ªas, fallec¨ªa en la capital francesa Pierre Balmain, uno de los elegidos de la alta costura para figurar en este nuevo templo de la posteridad. La s¨ªntesis de la elegancia y del rigor, simbolizada por Balmain, fueron el traje de noche de dos generaciones de estrellas de cine y de cabezas coronadas.
Balmain muri¨®, de un tumor maligno, como hab¨ªa vivido, silenciosa y rigurosamente. Durante treinta a?os, hasta el ¨²ltimo minuto de su vida (poco d¨ªas antes del segundo fatal se encontraba en Jap¨®n, donde cada a?o organizaba un desfile de sus modelos), Balmain fue la joya del mundo parisiense creador de la elegancia. Su arte, oficializado como tal el mismo d¨ªa de su muerte por el ministro de Cultura, Jack Lang, brillaba como brilla a¨²n el de Yves Saint-Laurent, Andr¨¦ Courreges o Pierre Cardin, pero estos ¨²ltimos, adem¨¢s, se han convertido en estrellas callejeras.El firmamento del hombre Balmain, como el del costurero era "el rigor, siempre el rigor". El mundo entero reaccionaba al pronunciar el nombre de Balmain, pero muy pocos lo reconoc¨ªan en su m¨¢scara de banquero de 68 a?os.
Desde que present¨® su primera colecci¨®n en 1945, sus tailleurs estrictos y sus trajes de noche bordados quedaron consagrados para siempre. Sof¨ªa Loren, Brigitte Bardot, Marlene Dietrich, Cyd Charisse, Joan Fontaine, la reina Fabiola de B¨¦lgica, la condesa de Par¨ªs, las princesas de la casa real de Francia, fueron el escaparate del buen tono de sus modelos, sobre los que ¨¦l mismo escrib¨ªa en sus Notas sobre la elegancia: "Ateneos a los principios elementales de la moda y siempre estar¨¦is en armon¨ªa con las tendencias, del momento, sin arruinaros". Este principio se lo aplicaba a s¨ª mismo, incluso en los momentos m¨¢s devastadores, como el que represent¨® la minifalda. Balmain fue de los pocos que resistieron a la irresistible ascensi¨®n de aquel invento brit¨¢nico.
Conferenciante y artista
Viajante de su propia mercanc¨ªa, conferenciante en universidades y colegios, en su pa¨ªs y los Estados Unidos, Balmain, hombre de rigor y de detalles, fue algo as¨ª como el fil¨®sofo, el artista, el modelador y tambi¨¦n el industrial de la mujer de buen tono. Sobre las cualidades de un creador de alta costura detallaba: "Una s¨®lida cultura general, sentido art¨ªstico muy desarrollado y no s¨®lo en lo que toca a las artes pl¨¢sticas, sino en materia de m¨²sica y ballet. Un conocimiento completo del arte y de la escultura es m¨¢s importante a¨²n que el conocimiento esencial del dibujo y la pintura, porque el creador trabaja en tres dimensiones. Adem¨¢s, este ¨²ltimo debe conocer tambi¨¦n la sociolog¨ªa, la psicolog¨ªa y la evoluci¨®n del pensamiento humano, porque la moda debe construirse sobre bases art¨ªsticas, pero tambi¨¦n ha de reflejar la evoluci¨®n de los tiempos y del ritmo de la vida".
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