Reflexiones de un psicoanalista acerca del problema vasco
Como reacci¨®n al reciente atentado que en Renter¨ªa ha herido gravemente a un ni?o se han comenzado a o¨ªr declaraciones en el Pa¨ªs Vasco en las que se hace autocr¨ªtica de una cierta actitud del pueblo vasco, o al menos de una parte de ¨¦l. Actitud que se resume en la idea: "Ellos son los malos; nosotros, los vascos, somos los buenos". Esta actitud, que en psicopatolog¨ªa se califica de paranoide, es una actitud o mecanismo psicol¨®gico mediante el cual se niega la culpa y agresi¨®n propias, y se le atribuye (proyecta) a otro, que de esta forma se convierte en un enemigo perseguidor odiado y atacado. Este mecanismo adolece de una trampa infernal: el enemigo as¨ª creado, o irrealmente agrandado y exagerado, es ferozmente atacado, y a m¨¢s ataque mayor sentimiento de culpa, que ha de ser de nuevo proyectada en el supuesto enemigo, condicionando un nuevo ataque.Ahora bien, la culpa nunca es absolutamente evacuada, exige un autocastigo y, por tanto, la agresi¨®n no es exclusivamente dirigida hacia el exterior. De ah¨ª que dicho ataque posea graves e importantes aspectos masoquistas; pensemos en la destrucci¨®n econ¨®mica y cultural a que est¨¢ dirigi¨¦ndose el Pa¨ªs Vasco. La imagen de ese ni?o vasco ciego, castrado y cojo puede ser un exacto s¨ªmbolo de lo que pueden acabar haciendo los orates de ETA con el pueblo que dicen defender.
Evidentemente, los graves errores policiales, la respuesta a la provocaci¨®n, pueden facilitar enormemente la evacuaci¨®n de los sentimientos de culpa, y la justificaci¨®n de la propia agresi¨®n.
Pero esta agresi¨®n comenz¨® alguna vez, y es ingenuo suponer que es una simple respuesta a la represi¨®n dictatorial centralista. Otros pueblos de Espa?a han sido reprimidos en sus libertades, en su econom¨ªa y en su identidad tanto o m¨¢s que el pueblo vasco.
Pienso que un factor importante en el nacimiento de la agresi¨®n terrorista ha sido precisamente un cierto trato de privilegio al que acompa?¨®, en un doble mensaje enloquecedor, la actitud de represi¨®n brutal. Durante la dictadura el ser vasco fue, durante un tiempo al menos, casi un signo de superioridad, econ¨®micamente fue una regi¨®n privilegiada. ETA surge precisamente de las juventudes del PNV, un partido relativamente tolerado, y proced¨ªa de una burgues¨ªa vasca tratada privilegiadamente. Y, al lado de estos privilegios, la negaci¨®n cerril, y desgraciadamente no s¨®lo de la dictadura, del reconocimiento de una peculiaridad espec¨ªfica hist¨®rica, cultural, ling¨¹¨ªstica e incluso biol¨®gica respecto al resto de los pueblos de Espa?a.
Imaginemos a un ni?o malcriado, caprichosamente mimado y maltratado, y podremos esperar cualquier resultado.
Un problema de identidad
Por otra parte, el pueblo vasco sufre un viejo problema de identidad en cuanto tal pueblo. Un pueblo con un gran aislamiento geogr¨¢fico e hist¨®rico, que recibe tarde y mal las influencias culturales. Pr¨¢cticamente no romanizado, al que la cristianizaci¨®n llega muy avanzada la Edad Media. Con un folklore y mitolog¨ªa cargados de restos at¨¢vicos. La conciencia de unidad de pueblo ha sido muy poco favorecida porla peculiar orograf¨ªa del territorio.
La ausencia de un sentimiento profundo de identidad y la inferioridad cultural se resuelven en un mecanismo megaloman¨ªaco infantil: "Somos los mejores" y mediante la creaci¨®n de un enemigo externo. Enemigo externo que es uno de los acicates m¨¢s poderosos para la cohesi¨®n grupal.
En el siglo pasado, el Pa¨ªs Vasco comienza una ¨¦poca de esplendor econ¨®mico que refuerza el narcisismo, la autovaloraci¨®n del pueblo vasco. Pero este esplendor econ¨®mico tiene puntos flacos. Parte de la exportaci¨®n de mineral de hierro que elabora otro pueblo industrialmente m¨¢s capaz, y se asienta posteriormente en el mercado protegido y f¨¢cil del resto de Espa?a. Es decir, la autovaloraci¨®n conseguida por el despegue econ¨®mico est¨¢ en buena medida minada.
Pero, lo que es m¨¢s importante, desde este punto de vista, es que dicho esplendor econ¨®mico arrastra una corriente inmigratoria tan intensa que pone en serio peligro la identidad de un pueblo que, por las caracter¨ªsticas hist¨®ricas que he apuntado, puede muy dif¨ªcilmente absorber e integrar tan masiva aportaci¨®n de elementos extra?os. Quiz¨¢ por ello sea por lo que el inmigrante en el Pa¨ªs Vasco se sienta forzado tan intensamente a adquirir una seudoidentidad vasca. Bajo esa presi¨®n a la identificaci¨®n forzada, los frutos del resentimiento y la desconfianza son comprensibles. El inmigrado, inseguro, hace apolog¨ªa de vasquismo, y el vasco, desconfiado ante tan r¨¢pida asimilaci¨®n, se hace m¨¢s exigente. La intransigencia que el pueblo vasco est¨¢ demostrando con su lengua es muy significativa.
El conflicto de identidad se agrava, y la necesidad del enemigo exterior se convierte en una exigencia.
Evidentemente, hay muchas razones de otros ¨®rdenes, econ¨®micas, sociales, hist¨®ricas, etc¨¦tera, que caen fuera de mi capacidad de an¨¢lisis, pero pienso que estas reflexiones puedan aportar algo de luz al embrollo del Pa¨ªs Vasco.
?Qu¨¦ soluci¨®n podr¨ªa proponer un psicoanalista a este problema? En psiquismo individual, la resoluci¨®n de los conflictos pasa por la toma de conciencia, la aceptaci¨®n de los sentimientos de culpa, la responsabilidad en las p¨¦rdidas dolorosas y la aceptaci¨®n de las propias limitaciones. Y s¨®lo tras ello el individuo, m¨¢s libre, puede imaginar nuevas soluciones a sus conflictos y su vida, y no seguir insistiendo en aquellas v¨ªas que se han demostrado una y otra vez in¨²tiles. De modo paralelo, en una situaci¨®n colectiva, el acrecentamiento de la propia cultura, de una verdadera cultura vasca m¨¢s all¨¢ de la glorificaci¨®n hueca del eusquera, la apertura de un verdadero debate en el interior del pueblo vasco, totalmente lejano de la imposici¨®n sectaria, y la aceptaci¨®n de las propias limitaciones econ¨®micas, geogr¨¢ficas e hist¨®ricas, solamente estos planteamientos pueden dar al pueblo vasco la capacidad y energ¨ªa para enfrentarse con sus graves problemas.
Para todo esto hace falta mucha valent¨ªa; las ¨²ltimas declaraciones hacen concebir la esperanza de que el pueblo vasco puede tenerla.
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