Las falsas luces verdes
Desde la Casa Rosada consulta, al llegar marzo, diariamente con la agregadur¨ªa Militar en Washington. "No hay dificultad", le responden, seg¨²n fuentes bien situadas, "aqu¨ª no pasa nada", locuci¨®n que significa "no hay peligro". Los galtieristas enfatizan que "el Pent¨¢gono y la Casa Blanca estaban al tanto de todo". La superbase en las Malvinas y otras bases en el extremo austral parec¨ªan conjurar toda aprehensi¨®n "mientras la Thatcher se trague: el ricino", respond¨ªan los poderes f¨¢cticos del gran aliado natural", que, seg¨²n Galtieri y otros altos jefes, era Estados Unidos.Aqu¨ª se abre el gran foso donde se precipitar¨ªa al abismo todo el proyecto mesi¨¢nico que salvar¨ªa a las Fuerzas Armadas del s¨ªndrome N¨¹renberg y de la ilevantable responsabilidad por la destrucci¨®n de la econom¨ªa nacional en favor de la invasi¨®n multinacional. No era s¨®lo Galtieri, sino muchos altos mandos de las tres fuerzas quienes entend¨ªan que, "en Argentina, la negrada se tiene que acostumbrar a comer s¨®lo un plato de tallarines por d¨ªa". En el pa¨ªs del cereal, las boutiques comenzaron a exhibir spaguettis made in Italy.
El plan contemplaba alejarse ostensiblemente del Movimiento de Pa¨ªses No Alineados (NOAL) y recabar apoyos en la "internacional negra", o, seg¨²n los liberales del Capitolio, "el Club de los Resentidos Temporarios o Cr¨®nicos", con aspectos de la pol¨ªtica estadounidense, entre los que incluyen a Sur¨¢frica, Taiwan, Israel, Corea del Sur y las dictaduras latinoamericanas. Por estos conductos, la Administraci¨®n Reagan completaba algunos detalles no muy precisados por Galtieri, acusan sus creyentes. El abismo sobre el que reposaba toda la fat¨ªdica frivolidad log¨ªstica y pol¨ªtica del proyecto -que por ello mismo perjudic¨® el inter¨¦s nacional de recuperar las islas- lo confes¨® el propio Galtieri a la periodista Oriana Fallaci, en la conocida entrevista insertada en The Times. "No cre¨ªamos", admite Galtieri, en plural que la Gran Breta?a se movilizar¨ªa por las Malvinas. Quiero decir, no nos parec¨ªa un hecho probable ( ... ). No lo esperaba nadie" ?Qui¨¦nes?
Tal error de c¨¢lculo cost¨® la vida a millares de soldados (de reem plazo, de 18 a?os) y de suboficiales. Pero introdujo en el seno de las Fuerzas Armadas un masivo debate in¨¦dito acerca del papel que deben asumir en la situaci¨®n interna e internacional. La autointoxicaci¨®n, ayudada por luces verdes auspiciosas, decidi¨® el fracaso a¨²n antes del 2 de abril. En el plano estrictamente militar -entienden los expertos-, la guerra se decidi¨® cuando el 21 de mayo los altos mandos no pudieron impedir que la Task Force desembarcara y consolidara una cabeza de playa en la bah¨ªa de San Carlos.
Los 'votos seguros'
Las fuentes coincidentes que abonan este informe se?alan que a principios de abril, requerido espec¨ªficamente por Galtieri, Costa M¨¦ndez le asegura que Argentina contar¨¢, en el Consejo de Seguridad de la ONU, con "los votos seguros", entre otros, de la URSS y de Espa?a. Expertos diplom¨¢ticos eval¨²an que "Espa?a perdi¨®, el 3 de abril, una oportunidad hist¨®rica para mediar en el conflicto, que la beneficiar¨ªa, incluso desde un punto de vista derechista, en sus problem¨¢ticas con Washington, la CEE y la OTAN". A la abstenci¨®n de Madrid se sum¨® la de la URS S.
Seg¨²n el ex presidente argentino de facto, general Roberto Levingston, Mosc¨² "realiz¨® una jugada magistral, dejando que la crisis afectara exclusivamente" a sus tres protagonistas y al campo occidental. En resumen, los verdes sem¨¢foros procedentes de Washington y los informes diplom¨¢ticos se confabularon extra?amente para precipitar el fracaso, ya impl¨ªcito por la escasa y superficial preparaci¨®n log¨ªstica y pol¨ªtica de la operaci¨®n b¨¦lica", indican las fuentes.
Despu¨¦s que la primera ministra Margaret Thatcher dijo claramente -por tel¨¦fono- a Reagan, el 3 de abril, que enviar¨ªa a la Task Force "cueste lo que cueste", el presidente norteamericano llam¨¦ a Galtieri para indicarle que "deb¨ªa retirarse para no echarlo todo a perder", seg¨²n las fuentes. Galtieri no pod¨ªa creerlo, pero ya no pod¨ªa dar un paso atr¨¢s, a riesgo de atraer la ira de una sociedad a la que intentaba, precisamente, cautivar con su proyecto. El resto es conocido: Washington se aline¨® con su principal aliado en la OTAN -que no se "trag¨® el ricino"- y el r¨¦gimen militar debi¨® acudir de prisa, en procura de ayuda, al Tercer Mundo de credos diversos, puntos cardinales m¨²ltiples y razas visiblemente no arias. Los militares argentinos a¨²n apostrofan la "traici¨®n yanqui".
Pero las gentes se lo hab¨ªan tomado a pecho, el 15 de junio, al conocer la rendici¨®n. "?Por qu¨¦ no pedimos ayuda a los cubanos y los rusos?", clamaban, en las calles, incluso los antimarxistas. La pol¨ªtica Galtieri-Costa M¨¦ndez -para muchos analistas serenos- no pas¨® de "un puro y torpe contoneo para conseguir votos en la ONU y dar celos al aliado natural que los dejaba por la otra" alternativa. En las propias Fuerzas Armadas cund¨ªa el rechazo al ultraliberalismo econ¨®mico que debilit¨® al pa¨ªs en beneficio, casualmente, de sus dos enemigos de guerra. El jefe de la Fuerza A¨¦rea, brigadier Basilio Lami Dozo, prestigiado por el arrojo de sus j¨®venes pilotos, se atrev¨ªa a explicitar su postura de tipo desarrollista: "El pa¨ªs", dijo, "debe dejar de ser laboratorio de modelos econ¨®micos ajenos".
El lobby petrolero multinacional mantiene su influencia en el Buenos Aires oficial, mientras la crisis pol¨ªtica afecta no s¨®lo al campo militar, sino a los propios partidos masivos de centroizquierda, donde las direcciones que aceptan la "transici¨®n concertada" propuesta por el nuevo jefe del Ej¨¦rcito, general Cristino Nicolaides, son cuestionadas por otros dirigentes que exigen "democracia, ahora".
Esa concertaci¨®n civil-militar ya estaba contemplada antes del operativo Malvinas. El proyecto militar de estatuto para los partidos pol¨ªticos establece que "no debe efectuarse ninguna revisi¨®n de lo actuado durante el per¨ªodo de lucha contra la subversi¨®n", o sea, el tema crucial de los desaparecidos. Nicolaides lo glosa de la siguiente forma: "Garantizar, por todos los medios honorables", el repliegue del poder militar. El lenguaje no deja de ser, a la vez, el de la derrota pol¨ªtica.
Entretanto, la deuda externa argentina llegar¨¢, a fin de a?o, a los 40.000 millones de d¨®lares, con vencimientos de 9.000 millones por capital y otros 5.000 millones por intereses, s¨®lo en 1982. Entre julio y septiembre vencen unos 4.000 millones, con s¨®lo unos 500 millones de reservas disponibles. Ya The New York Times exhort¨®, sugestivamente, a recomponer las relaciones con el r¨¦gimen del general Reynaldo Bignone.
Entretanto, los observadores advierten entre la poblaci¨®n una especie de amargura activa, de asunci¨®n social generalizada acerca de la verdadera situaci¨®n, perspectivas y necesidades del pa¨ªs. "Desde San Mart¨ªn para ac¨¢", dec¨ªa un opositor civil, "Argentina siempre jug¨® el papel del lim¨®n exprimido. San Mart¨ªn y Evita, con sus renunciamientos; el Che Guevara, con su crucifixi¨®n solitaria en Bolivia. Que otros deseen buenamente esto o lo otro de Argentina, est¨¢ en la naturaleza de la historia. El asunto es qu¨¦ hacemos nosotros con nuestro pa¨ªs. Y eso es resporisabilidad e incumbencia exclusivamente nuestra".
Desaparecidos
Mientras tanto, y como todos los jueves, las Madres de Plaza de Mayo hac¨ªan su ronda sobrecogedora, las cabezas tocadas por pa?uelos, frente a la Casa de Gobierno. Ese d¨ªa asum¨ªa la presidencia nominal el general Bignone en virtual soledad.
A pocos metros, a la vera de la plaza, otras madres -y padres-hac¨ªan cola frente a una dependencia oficial para averiguar el paradero de sus hijos. Hab¨ªan desaparecido en las sucesivas derrotas y retiradas en la isla Soledad, con armas que no funcionaban y sin abrigos adecuados al g¨¦lido fr¨ªo austral. Unas y otras se aproximaron, al igual que los polic¨ªas secretos que vigilaban ambas angustias filiales. Pese a ello, rebrot¨® el lerria del 15 de junio: "Los chicos murieron, los jefes los vendieron".
El capell¨¢n castrense, sacerdote Salvador Cantore, fundador y director del peri¨®dico -oficial- La Gaceta Argentina, que se edit¨® en las Malvinas hasta la rendici¨®n, pidi¨® un juicio de responsabilidad para quienes "tornaron la decisi¨®n" de recuperar las islas en "circunstancias inapropiadas". Sostuvo que "toda la Junta Militar debi¨® haber renunciado porque es responsable de lo que pas¨® all¨¢. Carec¨ªamos hasta de informaci¨®n, s¨®lo escuch¨¢bamos la BBC y radios uruguayas y chilenas", y abund¨® en detalles sobre las imprevisiones log¨ªsticas y pol¨ªticas.
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