Una minor¨ªa isl¨¢mica revolucionaria

La mayor¨ªa de los chiitas cree que el duod¨¦cimo sucesor de Al¨ª, que desapareci¨® misteriosamente en el a?o 878, sigue todav¨ªa con vida y que regresar¨¢ alg¨²n d¨ªa, como el Mahdi (el gu¨ªa elegido por la divinidad), un mes¨ªas que establecer¨¢ una rep¨²blica de Dios sobre la Tierra. Los dirigentes religiosos chiitas, como el ayatollah Jomeini, de Ir¨¢n, son los que aconsejan a los fieles sobre la presunta voluntad del "im¨¢n oculto".En Ir¨¢n viven 33 millones de chiitas, que constituyen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. En Irak, los chiitas suponen casi la mitad de los habitantes del pa¨ªs. Su presencia es tambi¨¦n notable en otros pa¨ªses del golfo P¨¦rsico, en Pakist¨¢n, Afanist¨¢n y en L¨ªbano.

Si bien sunnitas y chiitas han vivido de espaldas buena parte de su historia, Jomeini ha introducido la variante de tratar respetuosamente a los primeros y ha intentado repetidamente mitigar las distintas concepciones doctrinales, cuya m¨¢s importante l¨ªnea de demarcaci¨®n se sit¨²a en la identificaci¨®n que los chiitas hacen entre religi¨®n y pol¨ªtica. El ayatollah Jomeini y la mayor parte de los dirigentes iran¨ªes tienen la convicci¨®n de que la revoluci¨®n isl¨¢mica acabar¨¢ imponi¨¦ndose, pero no s¨®lo en Ir¨¢n, sino tambi¨¦n en la vasta franja de pa¨ªses musulmanes que se extiende desde la costa occidental de Africa hasta Filipinas.

De los aproximadamente mil millones de musulmanes que existen en el mundo, unos noventa millones pertenecen a la secta de los chiitas (en ¨¢rabe, chia significa secta).

El resto de los mahometanos es mayoritariamente sunnita (palabra que en ¨¢rabe quiere decir fieles a la tradici¨®n del profeta). Sobre el plano puramente teol¨®gico y doctrinal, no hay ninguna diferencia esencial entre sunnitas y chiitas.