Los comunistas, en la antesala del poder en Nicosia
ENVIADO ESPECIALLa isla de Chipre es algo m¨¢s que un enorme portaviones anclado permanentemente en los confines de Asia y Europa. Miembro de la Mancomunidad Brit¨¢nica, la Rep¨²blica chipriota, incluso amputada de una parte sustancial de su territorio, sigue constituyendo un elemento importante dentro de la estrategia occidental, gracias a la existencia de dos enormes bases militares brit¨¢nicas. Nicosia pertenece, sin embargo, al movimiento de los pa¨ªses no alineados, del que es miembro fundador, y aspira a renovar el contrato de alquiler firmado con el Gobierno brit¨¢nico.
Bajo la mirada aparentemente tranquila de sus vecinos turcochipriotas, los partidos pol¨ªticos grecochipriotas se afanan en la preparaci¨®n de las elecciones presidenciales de febrero pr¨®ximo. La polarizaci¨®n actual, entre una izquierda y una derecha neutralizadas mutuamente, en beneficio de los centristas que gobiernan en Nicosia, va a dejar paso a nuevas alianzas susceptibles de transformar el abanico pol¨ªtico. Elemento clave de ese proceso lo constituye el resurgimiento del partido comunista AKEL, que practica una especie de eurocomunismo a la chipriota que hace fruncir las pobladas cajas de los dirigentes sovi¨¦ticas.
La URSS se enfrenta en Chipre a un delicado problema. Sus preferencias no parecen ir al AKEL del veterano Ezekias Papaioanu, al que se califica, y no sin raz¨®n, de moderado socialista. El AKEL ha cometido la imprudencia de exigir la salida de las tropas turcas, pero a Mosc¨² no le desagrada ver empantanados en Chipre a 40.000 militares turcos que, en otro caso, vendr¨ªan a engrosar el ala oriental de la OTAN. Ello exiplica el que, aun manteniendo relaciones amistosas con Papaioanu, los sovi¨¦ticos prefieren sostener al peque?o Partido Comunista turcochipriota.
Los comunistas grecochipriotas son, hoy d¨ªa, si se tienen en cuenta los ¨²ltimos sondeos preelectorales, la principal fuerza. Las estimaciones le otorgan cerca del 40% de los votos, seguidos de cerca por el partido derechista RALLY, de Glafkos Clerides,al que se atribuye el 32%.
Comparados a esos porcentajes, las dem¨¢s formaciones parecen condenadas a jugar un papel de segunda fila. El partido democr¨¢tico DIKO, del presidente Kyprianu, contar¨ªa con el 15% del electorado, y el partido socialista EDEK, de Vassos Lyssarides, con poco m¨¢s del 10%. El 3% restante se ver¨ªa repartido entre los dos partidos de centroderecha, Democracia Nueva de Aleccos Michaelides, un disidente del DIKO, y la Uni¨®n del Centro, de Tassos Papadopolus, un antiguo ministro del arzobispo Makarios.
Ni el comunista Papaioanu ni el derechista Clerides aspiran p¨²blicamente a ocupar la futura Presidencia chipriota, convencidos de que es preferible figurar como hombres de la sombra. Por lo menos, eso es lo que argumentan, para explicar, en el caso del AKEL, la coalici¨®n formada con el DIKO para catapultar a Kyprianu a un nuevo mandato, y en el del RALLY, las sucesivas ofertas hechas a Lyssarides para constituir una alianza rival que podr¨ªa prevalecerse del apoyo dado por los socialistas griegos del PASOK.
Lyssarides ha recusado la alianza con Clerides por estimar que ¨¦sta le obligar¨ªa a desistir en favor de los derechistas, ante una previsible segunda vuelta de los comicios. El sistema electoral chipriota, comprende una segunda vuelta, en el caso en que ninguno de los candidatos obtenga, en la primera. vez, la mayor¨ªa absoluta de los votos v¨¢lidos.
El objetivo de los socialistas; grecochipriotas es impedir una polarizaci¨®n de los comicios entre Kyprianu y Clerides, evitando as¨ª, en el caso de una victoria del primero, el acceso de los comunistas, a las riendas del poder, lo que podr¨ªa congelar la reanudaci¨®n de las, negociaciones sobre la reunificaci¨®n de la isla. En este sentido, el EDEK cuenta con el apoyo de los socialistas hel¨¦nicos, que han llegado a enviar, sistem¨¢ticamente, a uno de los ministros del actual Gabinete Papandreu para participarlos m¨ªtines de los socialistas chipriotas.
El programa com¨²n establecido por la coalici¨®n entre el DIKO del presidente Kyprianu y el AKEL de Papaioanu contiene una novedad de peso en lo que se refiere al proceso negociador entre las dos comunidades de la isla. Los dos partidos proponen la constituci¨®n de una conferencia internacional sobre el problema chipriota, paralelamente a la reanudaci¨®n de las conversaciones comunitarias, bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Para Kyprianu, esa iniciativa se justifica por la necesidad de lograr el impacto de la presi¨®n internacional sobre los turcos, a los que les vendr¨ªa bien mantener lo que, en Nicosia, se califica de indiferencia del mundo hacia la ocupaci¨®n de una parte de la isla.
Los grecochipriotas no han superado todav¨ªa el trauma de la invasi¨®n turca y la creaci¨®n de una frontera artificial infranqueable que corta incluso una parte de Nicosia. A pesar de ello, raros son los que se pronuncian por una soluci¨®n militar, al estilos de las acciones que llevara a cabo la legendaria EOKA del coronel Georges Grivas, fallecido en 1974, defensor de la Enosis (uni¨®n de Chipre con Grecia). La EOKA-B ha heredado la leyenda de Grivas, pero no ha sabido administrarla, vi¨¦ndose obligada a disolverse en 1978.
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