La vaqueirada, pol¨¦mico homenaje a una 'raza maldita'
Se pasa as¨ª bruscamente del desprecio a la entrega, en el ¨²ltimo domingo de cada mes de julio, del t¨ªtulo honor¨ªfico de Vaqueiro de Honor a diversas personalidades. Este a?o ser¨¢n honrados con un t¨ªtulo, considerado anta?o como un insulto moral, Ricardo Larrainzar, gobernador civil de Asturias; Antonio Masip, consejero regional de Cultura y militante del PSOE, y el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Juan Velarde Fuertes, entre otros. El Pr¨ªncipe de Asturias, Felipe de Borb¨®n, ha sido nombrado presidente de honor del Gran Consejo Rector del festival.
Los miembros del Gran Consejo Rector, los vaqueiros de honor, la reina del festival y los vaqueiros mayores se desplazar¨¢n montados en caballer¨ªas al pueblo de Arist¨¦bano, donde se formar¨¢ la comitiva que acompa?ar¨¢ a un carro tirado por bueyes cargado con el ajuar de la novia hasta la capilla.
Una vez finalizada la ceremonia religiosa -la boda es aut¨¦ntica- los organizadores invitan a una copiosa comida de jam¨®n, chosco, chorizo a la sidra, empanada vaqueira, fresjuelos, natas de la bra?a montadas y caf¨¦ negro. Es la xant¨¢ o almuerzo en campo raso. Los bailes folkl¨®ricos y el Asturias, patria querida cerrar¨¢n la fiesta vaqueira.
Una raza misteriosa
El festival, declarado de inter¨¦s tur¨ªstico en 1964, experimenta un constante auge con el atractivo adicional de una fiesta dedicada a una raza misteriosa. Sin embargo, constituye una oportunidad no suficientemente aprovechada para convertirse en un escaparate magn¨ªfico de la vida tradicional vaqueira, seg¨²n Ram¨®n Baraga?o, autor del libro Los vaqueiros de alzada, de Ayalga. Baraga?o critica, por ejemplo, el uso del carro del pa¨ªs y la presencia de los gaiteros en la cabalgata que acompa?a a los novios a la iglesia. Los instrumentos musicales de los vaqueiros son el pandeiru (pandero) y la payecha (sart¨¦n), y no la gaita.Baraga?o anunci¨® en un art¨ªculo publicado en la Hoja del Lunes de Oviedo que el Ayuntamiento de Tineo organizar¨¢ el pr¨®ximo 16 de agosto un festival vaqueiro m¨¢s aut¨¦ntico y respetuoso con la tradici¨®n que el de Arist¨¦bano. Ramiro Mon, miembro del Gran Consejo Rector de la vaqueirada, le replic¨® para defender la autenticidad de la fiesta. "En 1921 ",afirma, "fui testigo de una boda celebrada tal como nosotros hacemos actualmente, con carro tirado por bueyes con el arca donde iba el ajuar de ropa de la novia". Tampoco existe acuerdo sobre el vestido de los vaqueiros en la fiesta. Al festival de Arist¨¦bano los varones acuden tocados con la montera picona y las mujeres con falda corta de colores en vez de llevar la ropa tradicional: chaqueta con mangas, faja amplia con vueltas a la cintura y sombrero negro de alas anchas sobre un pa?uelo ce?ido a la cabeza, en los hombres, y saya larga, refajo y gran mandil, en las mujeres. El contraste de las costumbres entre los aldeanos y los vaqueiros trashumantes y la tirantez de sus relaciones cre¨® la leyenda que considera a ¨¦stos descendientes de los moros expulsados de las Alpujarras en 1571. En una de las cartas a Antonio Ponz, Jovellanos se refiere a los vaqueiros de alzada como los moradores de cientos de pueblos fundados sobre las monta?as bajas y mar¨ªtimas del Principado de Asturias, en los concejos pr¨®ximos a Galicia. Reciben este nombre porque viven com¨²nmente de la cr¨ªa del ganado vacuno, y de alzada, porque no tienen asiento fijo, levantan su residencia y emigran anualmente con sus familias y ganados a las monta?as altas.
Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal compar¨® a los vaqueiros de alzada con los pasiegos, pueblos ambos trashumantes, que formaban un cuerpo extra?o en su medio rural. Todav¨ªa a finales del siglo pasado exist¨ªa en algunas iglesias una separaci¨®n, mediante una viga, de los aldeanos y los vaqueiros. Estos ¨²ltimos, considerados como gente extranjera y viandante, incluso recib¨ªan sepultura aparte de los vecinos de cada pueblo.
Acevedo Huelves rechaza que los vaqueiros sean normandos derrotados y Jovellanos no cree que desciendan de los esclavos romanos o de los moriscos de Granada.
Es muy veros¨ªmil, seg¨²n Men¨¦ndez Pidal, una emigraci¨®n a Espa?a de pueblos it¨¢licos, principalmente pastores atra¨ªdos por los antiguos colonos de Osca (Huesca), que se establecieron, con toda probabilidad, en los Pirineos para trasladarse despu¨¦s a las vertientes del monte Vindius, despobladas de astures por Augusto. El fil¨®logo supone que la parte de este monte que sirvi¨® de refugio a los vencidos defensores de Bergidum (Bierzo) el a?o 26 antes de Cristo es la de Dega?a, Leitariegos y Somiedo, zona asturiana en la que se encuentra m¨¢s arraigada la oclusiva cacuminal d, ds y ts. Estas pronunciaciones corresponden, en opini¨®n de Men¨¦ndez Pidal, al territorio de los vaqueiros de alzada, a quienes considera sucesores de los emigrantes antiguos, desgajados del grupo pirenaico. La poblaci¨®n vaqueira, sin embargo, no es m¨¢s que un grupo de asturianos que la costumbre hizo que fueran considerados distintos, seg¨²n la conclusi¨®n del estudio comparativo realizado por Pilar Hors y F¨¦lix G¨®mez con 350 asturianos puros y 200 vaqueiros puros.
Muchos vaqueiros de alzada emigraron a Madrid, donde llegaron a monopolizar los negocios de carnes y carbones. "El vaqueiro", escribe Acevedo y Huelves, "es bullicioso y expansivo en sus fiestas populares, como si con ellas quisiera pagarse de las tristezas que le agobiaron o de compensarse del duro trabajo a que se halla sometido".
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