Soledad Becerril pide cordura a los poderosos

., La ministra espa?ola de Cultura, Soledad Becerril, dijo ante la conferencia de la Unesco que la cultura, como bien de demanda universal, se ve amenazada por quienes controlan el mercado de la industria cultural. Apel¨® a su cordura y a una autolimitaci¨®n de sus ambiciones, m¨¢s comerciales que culturales, para que no se produzca un empobrecimiento general de la humanidad.

"Toda imposici¨®n de un pueblo sobre otro", a?adi¨®, "en sus costumbres y ¨¢mbitos, en su forma de resolver los problemas, se traduce en una merma de la capacidad de ¨¦ste para resolverlos. La imaginaci¨®n y la iniciativa del hombre precisan de la libertad, el respeto y la confianza en s¨ª mismas para desarrollarse, teniendo como punto de partida el respeto hacia la pluralidad".

Compromiso arriesgado

A su juicio, la Unesco se halla frente a uno de sus m¨¢s arriesgados compromisos: "Si la organizaci¨®n no es capaz de garantizar el acceso generalizado a la enorme riqueza de informaciones y conocimientos de los pueblos desarrollados; si no es capaz de evitar que la transferencia de nuevas tecnolog¨ªas se utilice como arma de dominio; si no pone a punto los instrumentos de vigilancia que impidan la masificaci¨®n, la uniformidad y el avasallamiento por parte de las naciones adelantadas; si estas no aplican la cordura en sentido cr¨ªtico a su predominio material; si esas grandes industrias culturales se empe?an en colocar a los pa¨ªses medios y peque?os los subproductos que rechazan en el pa¨ªs de origen; si se entiende el principio de permeabilidad y de mutua influencia como un camino abierto a la astucia comercial y al lucro, entonces la Unesco habr¨¢ fracasado ante los nuevos retos y de su fracaso derivar¨¢ una situaci¨®n internacional de desorden y penuria".