Disoluci¨®n de un servicio parapolicial gaullista
El Gobierno socialista franc¨¦s ha disuelto el Servicio de Acci¨®n C¨ªvica (SAC), una especie de polic¨ªa paralela nacida como servicio de orden del gaullismo y que a lo largo de la vida de la Rep¨²blica estuvo mezclada en asuntos de la m¨¢s variada especie. La oposici¨®n conservadora-liberal califica este gesto como "un ajuste de cuentas pol¨ªtico".El Gobierno argument¨® su decisi¨®n en que "la acci¨®n de esta organizaci¨®n se funda en la violencia y en las pr¨¢cticas pr¨®ximas al bandidaje". A?ade el considerando oficial que "el SAC estaba ligado a asuntos monetarios y sangrientos".
Una ley francesa de 1936 autoriza al Gobierno a disolver este tipo de organizaciones por simple decreto. En el curso de la V Rep¨²blica, fundada por el general Charles de Gaulle en 1958, los sucesivos Gobiernos han suprimido de este modo a 38 organizaciones, trece de extrema izquierda, catorce de extrema derecha y once movimientos autonomistas. La liquidaci¨®n del SAC ha sido precedida de una investigaci¨®n parlamentaria, en la que los miembros de la oposici¨®n, neogaullistas y liberales, no quisieron participar. Los representantes socialistas y comunistas de esa comisi¨®n, en su informe, abundaban en el sentido de la disoluci¨®n del SAC, pero no de manera expl¨ªcita, y advert¨ªan al Gobierno de que, como ha ocurrido en casos semejantes, esta organizaci¨®n, considerada de extrema derecha, podr¨ªa reaparecer con otras siglas.
A lo largo de un cuarto de siglo de existencia, el SAC realiz¨® servicios de todo tipo. Durante el mandato presidencial del general De Gaulle fue la belle ¨¦poque de su existencia. El SAC fue el garante oficial y secreto del orden republicano. Jacques Foccart, eminencia gris del general, fue dirigente de la organizaci¨®n. En aquella ¨¦poca lleg¨® a contar con 20.000 militantes, repartidos por todo el territorio.
Aunque no de manera oficial, sus lazos con los sucesores de De Gaulle se mantuvieron. Los 5.000 miembros con que contaba en la actualidad hab¨ªan evolucionado de distinta forma en los ¨²ltimos a?os. Adem¨¢s de venderse como brazos de hierro de los hombres pol¨ªticos en las campa?as electorales, algunos de sus nombres han aparecido en matanzas, robos y sucesos extra?os.
Se cree que el Gobierno, a sabiendas de que el SAC puede resucitar, m¨¢s o menos inmediatamente, con otra raz¨®n social, ha querido dar prueba de su autoridad en un momento en que sospecha que la oposici¨®n de derechas m¨¢s conservadora se sirve de todos los medios para crear un clima de agitaci¨®n desestabilizadora.
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