Carmen Mart¨ªn Gaite describe los ritos de los usos amorosos de la Espa?a de posguerra
Los usos amorosos de la Espa?a de la posguerra son conocidos en sus aspectos m¨¢s groseros pero no han sido suficientemente analizados desde el punto de vista de los condicionamientos, rituales y modos de comportamiento impuestos por el r¨¦gimen pol¨ªtico salido de la guerra civil. Estos usos amorosos han sido analizados por la novelista Carmen Mart¨ªn Gaite, autora de Usos amorosos del siglo XVIII en Espa?a, quien plante¨® ayer su conferencia en la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo como un pre¨¢mbulo de lo que ser¨¢ su pr¨®ximo libro.
Todo libro que intente revisar un aspecto concreto de un per¨ªodo hist¨®rico debe contar al menos con una teor¨ªa y una aportaci¨®n in¨¦dita. Carmen Mart¨ªn Gaite cumple la norma y establece que los a?os cuarenta se encuentran marcados por el signo del miedo al exceso, el miedo a gastar demasiado, propiciado por las consignas de racionamiento lanzadas por el r¨¦gimen, "tiene un desplazamiento sem¨¢ntico en el uso amoroso; al menos esta es mi teor¨ªa". En el cap¨ªtulo de nuevas aportaciones, la escritora afirma, en torno a las consecuencias de unos usos amorosos impuestos, regidos por c¨®digos rigurosos que no se pueden esquivar, que lo m¨¢s grave de todo no es, como se ha venido afirmando de forma reiterada y machacona, que haya habido una represi¨®n, sexual, que existi¨®, sino que se diera una represi¨®n de la amistad, que en mi opini¨®n es la que genera el amor"."Lo peor", afirm¨® la escritora, "no es que los condicionamientos sociales, religiosos o pol¨ªticos hicieran imposible que un hombre y una mujer se acostasen, sino que imped¨ªan que se conociesen". De esbozo, an¨¢lisis precario o peque?a cala en el tema motivo de la conferencia calific¨® Carmen Mart¨ªn Gaite su aportaci¨®n al conocimiento de los usos amorosos en los a?os cuarenta. Fue un an¨¢lisis del lenguaje utilizado, de las etapas que jalonaban el largo proceso que llevaba de la primera mirada a la presentaci¨®n, pasando por los primeros paseos, la declaraci¨®n y la boda. "C¨®digos rigurosos e inesquivables, ritual impuesto en las relaciones amorosas que te pod¨ªas saltar, pero cayendo en la marginaci¨®n". A continuaci¨®n expuso lo que se podr¨ªa llamar las fases f¨ªsicas de una relaci¨®n amorosa que en condiciones normales deber¨ªan de concluir en el matrimonio. "Una era el juego de miradas, por ejemplo, en el que se iniciaba la primera elecci¨®n, aunque esas miradas nunca eran secretas, pues eran advertidas por todos los presentes. Era el ¨²nico momento en el que los j¨®venes pod¨ªan expresarse sin grandes restricciones. Despu¨¦s ven¨ªa la declaraci¨®n, fase que no se resolv¨ªa inmediatamente, sino que a veces daba lugar a esperas prolongadas. Y m¨¢s tarde llegaba ¨¦l noviazgo, que quedaba legitimado con la entrada en casa de la novia".
Para la escritora estos modelos de comportamiento estaban condicionados primero por el entorno familiar, por los sermones religiosos en los p¨²lpitos o por la literatura, el cine o las canciones m¨¢s en boga. "?l cine y la literatura de la ¨¦poca sum¨ªan a las j¨®venes en un mundo ideal y de sue?os que no se correspond¨ªa con la realidad".
A ritmo de bolero
"Las novelas que se le¨ªan y las canciones de mayor ¨¦xito de la ¨¦poca, que revelan las preferencias del p¨²blico, no s¨®lo retrataban la situaci¨®n existente, sino que marcaban el modelo a seguir". Letras de canciones, especialmente boleros, que transmiten el mensaje del amor como algo-imposible, y del hombre como un ser difuso, inalcanzable, cuyas aspiraciones, deseos y necesidades no son conocidas y, por tanto, dif¨ªcilmente pueden cubrirse por la mujer. "Porque vale mejor una dicha pagada con llanto", entona Carmen Mart¨ªn Gaite con ritmo de bolero, "que es lo que s¨¦, hacer mejor". "Imposible, ya s¨¦ que tu destino nos separa, pero d¨¦jame amarte", prosigue recordando la escritora a modo de ejemplo de la relaci¨®n existente entre las normas dictadas por la sociedad y algunas de las expresiones musicales m¨¢s conocidas de la ¨¦poca.Unas normas que seg¨²n la escritora chocan frontalmente "en el recuerdo de los que ten¨ªamos entre los diez y quince a?os al terminar la guerra civil y que, a pesar de nuestra corta edad, durante la Rep¨²blica, manten¨ªamos el recuerdo de los debates parlamentarios sobre la ley del divorcio, de las publicaciones er¨®ticas, de la liberalizaci¨®n de las costumbres que se produjo en aquella etapa hist¨®rica, ya que, tras tres a?os de guerra, nos encontramos con el decreto firmado en mayo de 1939 que proh¨ªbe la coeducaci¨®n por ser contraria a los principios del movimiento nacional. La especificidad principal de esa ¨¦poca, que es el motivo de la conferencia, es el terrible contraste entre las dos ¨¦pocas". Se iniciaba una nueva etapa con la sociedad entera como un inmenso ojo vigilando las relaciones de las parejas", organiz¨¢ndolas, oficializ¨¢ndolas, aun en contra de los propios protagonistas, estableciendo barreras econ¨®micas, religiosas y sociales, encartonando, en definitiva, "lo que deb¨ªa ser una relaci¨®n libre, de amistad, de satisfacci¨®n".
La conferencia de Mart¨ªn Gaite se inscribe dentro del curso que, dirigido por Florencio Jim¨¦nez Burillo, trata de las Bases filos¨®ficas, antropol¨®gicas y psicol¨®gicas del amor, en el que han participado tambi¨¦n, adem¨¢s del director, que habl¨® de la perspectiva psicosocial del amor, el cr¨ªtico de arte Santiago Am¨®n, quien, citando a Plat¨®n, defini¨® la actividad art¨ªstica como ejercicio sublime del amor.
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