La pol¨ªtica de coaliciones crear¨¢ dos bloques centristas, pr¨®ximos a AP y al PSOE
Aunque a¨²n sometida a las mayores incertidumbres, la pol¨ªtica de coaliciones, clave ante las elecciones que, previsiblemente, tendr¨¢n lugar en noviembre, se perfila silenciosamente en este mes de agosto y amenaza con aportar, numerosas sorpresas en las pr¨®ximas semanas, con la previsible delimitaci¨®n de dos bloques, de centro-derecha y centro-izquierda, respectivamente.
La mayor parte de las declaraciones de los l¨ªderes de los partidos -de centro insisten en mantener una vocaci¨®n mayoritaria y el deseo de concurrir en solitario a las elecciones. Pero haciendo una salvedad: todos se atendr¨¢n a lo que decidan sus congresos nacionales o sus m¨¢ximos organismos rectores. Tanto el Centro Democr¨¢tico y Social de Adolfo Su¨¢rez, como el Partido Dem¨®crata Popular de Oscar Alzaga, el Dem¨®crata Liberal de Garrigues o el de Acci¨®n Democr¨¢tica de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, tienen pendientes de celebraci¨®n sus respectivos congresos.El punto principal en la agenda de todos estos actos, previstos para finales de septiembre o comienzos de octubre, se refiere a las coaliciones en que cada uno de ellos podr¨ªa entrlar para concurrir a las elecciones o despu¨¦s de las mismas. Las alianzas preelectorales que puedan formarse en esas fechas variar¨¢nde forma significativa el mapa pol¨ªtico espa?ol, que a¨²n se encuentra lejos de estar consolidado. Las respectivas comisiones formadas en Alianza Popular y en el PDP para ocuparse de posibles coaliciones preelectorales, mantienen reuniones peri¨®dicas, encaminadas a concluir el anunciado pacto entre ambas formaciones. La coalici¨®n con Fraga no parece, sin embargo, entusiasmar a las bases del PDP, que, paralelamente, no renuncian a llegar a alg¨²n tipo de acuerdo con los dirigentes de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, con quienes tambi¨¦n mantienen conversaciones. La conducta que, en este aspecto, vaya a seguir el partido gubernamental, constituye el verdadero eje de toda la pol¨ªtica de alianzas ante las pr¨®ximas elecciones.
Una cierta ambig¨¹edad en las declaraciones de sus l¨ªderes recu¨¦rdense las manifestaciones de Calvo Sotelo, en el vuelo hacia Quito-, unido a lo que todos los observadores consideran ineludible necesidad que UCD tiene de forzar alg¨²n tipo de pacto preelectoral, para lograr unos resultados siquiera dignos ante las urnas, hacen que todos est¨¦n pendientes de los pasos que el partido gubernamental pueda dar en este terreno. El n¨²mero dos centrista, Juan Antonio Ortega D¨ªaz Ambrona, en recientes declaraciones a EL PAIS, se refiri¨® a la necesidad que UCD tendr¨ªa de celebrar un Consejo Pol¨ªtico extraordinario si quisiese alterar la resoluci¨®n de concurrir en solitario a las elecciones, sin coaliciones previas de ning¨²n tipo.
El Partido Dem¨®crata Liberal, de Antonio Garrigues, se perfila como el candidato m¨¢s inmediato para una coalici¨®n con UCD: apenas existen divergencias ideol¨®gicas y, como UCD, el PDL se ha mostrado de forma inequ¨ªvoca contrario a un pacto con Fraga. La gran inc¨®gnita estribar¨ªa en saber si el PDP lograr¨ªa arrastrar a UCI) y PDI, hacia la meta de la mayor¨ªa natural fraguista -como, proclama incesantemente Alzaga- o si, por el contrario, acabar¨¢ por triunfar la l¨ªnea minoritaria existente en el PDP, contraria a la coalici¨®n con Alianza Popular -donde, por cierto, tambi¨¦n existe una corriente, encabezada por Fernando Su¨¢rez, poco simpatizante de coaligarse con Alzaga-. En ese ¨²ltimo caso, no ser¨ªa impensable contemplar una formaci¨®n UCD-PDP-PDL concurriendo conjuntamente a las elecciones de noviembre.
En cualquier caso, parece poco probable que Antonio Garrigues y sus liberales acaben asumiendo el riesgo pol¨ªtico y econ¨®mico que representar¨ªa para ellos presentarse en solitario a unas elecciones regidas por la actual ley electoral, que prima a los grandes y castiga severamente a las formaciones peque?as.
Confusi¨®n en el centro-izquierda
No resulta impensable que, una vez que Su¨¢rez, el gran enemigo de la corriente liberal, ha abandonado UCD, Garrigues se integrase en el partido actualmente en el poder, tras el congreso constituyente del PDL, que podr¨ªa resultar, adem¨¢s, disolvente de este partido.
Si confuso resulta el panorama en el centro-derecha, no lo es menos en el centro-izquierda, donde tanto el Centro Democr¨¢tico y Social de Adolfo Su¨¢rez, como el Partido de Acci¨®n Democr¨¢tica de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, han comenzado una carrera para llegar a cualquier tipo de alianza con los socialistas. Pero, a diferencia del PAD, el CDS mantiene su voluntad -"a reserva de lo que decida el congreso constituyente del partido"- de presentarse a las elecciones en solitario, y sin ning¨²n tipo de alianza, lo que no excluir¨ªa un acuerdo poselectoral con el PSOE. El partido de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, por el contrario, aceptar¨ªa integrarse en las listas electorales socialistas, donde encontrar¨ªa una acogida num¨¦ricamente escasa. El prudente silencio del PSOE ante las ofertas que se le dirigen desde CDS y PAD podr¨ªa acabar forzando un entendimiento de estos dos partidos, cuyos programas se encuentran bastante cercanos y a los que une, por principio, una f¨¦rrea voluntad de no pactar con el centro-derecha.
As¨ª, el horizonte pol¨ªtico parece dibujar dos grandes opciones electorales, de centro-derecha y centro-izquierda, susceptibles de formalizar pactos poselectorales con Alianza Popular y el PSOE, respectivamente. Pero, mientras llega el momento definitivo, se asiste a movimientos t¨¢cticos y de tanteo, movimientos que han empezado ya a producirse.
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