El cat¨¢logo del libertino

La ¨®pera de Mozart Don Juan responde a su t¨ªtulo alternativo, El Disoluto castigado, con toda la ambig¨¹edad que esconde el calificativo de dramma giocoso. La alegr¨ªa de la destrucci¨®n. El placer de acariciar la mano de Zerlina y el gozo violento de estrechar la zarpa g¨¦lida del Comendador que le acompa?ar¨¢ al infierno.?Al infierno? ?D¨®nde est¨¢? Descrito como lugar de llamas, de guisos can¨ªbales, de humaredas, don Juan lo identifica con la vida cotidiana. Y huye del tormento de la normalidad, pues la sabe poblada de pa?uelos empapados en l¨¢grimas, de pazguatos como Ottavio y Masetto, de la p¨¦rfida costumbre de madrugar. Vive de noche, se embosca, trepa, no se detiene un instante a reponer el perdido resuello.

Don Juan es un genio del aturdimiento. Si lo que se practica como vida resulta tan tedioso, tan triste, hay siempre alrededor gente abnegada que salpica, m¨¢s vale estrujar como un trapo, como una esponja de agua fresca, el tiempo que nos separa de la muerte. El frenes¨ª es el camino m¨¢s corto entre un bostezo y la caldera de Satan¨¢s. Y a¨²n le quedan ganas de dar ejemplo.

Don Juan es un modelo que aspira a la imitaci¨®n. Quiz¨¢ no resulte convincente como santo patrono del esplendor sexual (act¨²a con la velocidad de un p¨¢jaro carpintero), el l¨¢nguido abandono exige un horario menos apretado, pero resulta impecable como paradigina de la lucidez. Cada instante es un pastelillo exquisito que es preciso engullir de un bocado.

Don Juan se emite hoy a las 20.45 por la segunda cadena.