No hay que enterrar el caso

El car¨¢cter internacional quetienen hoy los medicamentos es al propio tiempo una garant¨ªa y un riesgo. Una garant¨ªa, porque un f¨¢rmaco, por,ejemplo en Estados Unidos, no se pone en circulaci¨®n sino tras mucho tiempo de pruebas rigurosas y variadas, de modo que la aceptaci¨®n final que del medicamento haga la Food and Drug; Administration se toma como motivo, suficiente de razonable seguridad.Una garant¨ªa tambi¨¦n, bien que expuesta a peligrosas incidencias, es la diversidad de Gobiernos y autoridades sanitarias que velan por la salud en un mundo solidario. En el caso del Bexopron, el medicamento para la artritis recientemente retirado, han sido las autoridades brit¨¢nicas las que han alertado a todos, tras llegar a la sospecha de que hab¨ªa podido tener efectos tales que provocaran la muerte de unas sesenta personas de edad avanzada. Contrasta, es cierto, con esa cifra la de dos personas en Alemania y ninguna en otros pa¨ªses. Por lo que hace a Espa?a, tan s¨®lo se hab¨ªan detectado irritaciones en la piel, al exponerse al sol, que hab¨ªan cesado al suspender el tratamiento. De Estados Unidos consta que se ha retirado de la venta el producto cuyo nombre comercial var¨ªa de un pa¨ªs a otro, pero no los efectos que se le atribuyen.

Si, en resumidas cuentas, podemos estar m¨¢s tranquilos que si s¨®lo de nosotros y de nuestras autoridades sanitarias dependiera, el riesgo consiste precisamente en que, por muchas razones, se descanse en la experiencia ajena. Hay quien dice que el uso hab¨ªa descendido recientemente y que los debates de un reciente congreso en Ginebra no dejaron de alertar a muchos sobre los efectos secundanos del f¨¢rmaco; y hay quien prev¨¦ que no le faltar¨¢n defensores, supuesto que no hay medicamento que no tenga efectos secundarios y ,que ¨¦stos pueden ser menores que la incidencia cierta que tiene en el alivio de la artritis. Algo as¨ª debe suceder en Alicante, donde, seg¨²n nos informan, algunas farmacias siguen vendiendo el Bexopron.(...)

11 de agosto