La Monarqu¨ªa espa?ola no se consolidar¨¢ hasta que no se reabsorban las secuelas del 23-F

"Cuando el Rey salv¨® la democracia el 23 de febrero de 1981 fue coherente con su condici¨®n de Monarca y se encontr¨® respaldado por una autoridad indiscutida. Pero ni la Monarqu¨ªa, ni la Constituci¨®n, ni la democracia espa?ola pueden sentirse consolidadas en tanto no se reabsorban las secuelas del fallido intento de golpe de Estado de aquella fecha y la eventualidad de un triunfo socialista". Esta es una de -las conclusiones del curso, que durante dos semanas, se ha celebrando en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santander.El curso, titulado La Corona en las democracias occidentales europeas y dirigido por el vicerrector del UIMP y catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico, Pablo Lucas Verd¨², ha estudiado detenidamente los problemas concernientes a la magistratura del Estado, a la forma mon¨¢rquica, a la Corona como s¨ªmbolo y como instituci¨®n pol¨ªtica y a su regulaci¨®n en la Constituci¨®n espa?ola. En relaci¨®n con el car¨¢cter de la Monarqu¨ªa, "en cuanto aparece como algo exterior y por encima del entramado pol¨ªtico", se se?ala en las citadas conclusiones esta: "Tiene una clara funci¨®n integradora -incluso de la oposici¨®n- en los momentos de crisis de la democracia representativa o, como ha sucedido en Espa?a, en el paso de un r¨¦gimen autocr¨¢tico a uno democr¨¢tico", un cambio que, seg¨²n se se?ala, no ha estado exento de dificultades dado el escaso arraigo de la instituci¨®n mon¨¢rquica en Espa?a a la extinci¨®n del franquismo. "Escepticismo" en la opini¨®n p¨²blica acerca de la naturaleza de la Monarqu¨ªa y de sus posibilidades de suscitar un cambio pol¨ªtico en el pa¨ªs, se modifican sustancialmente en la transici¨®n pol¨ªtica.

"La democracia", se dice en las conclusiones elaboradas por el secretario del curso, el profesor Antonio Torres del Moral, "s¨®lo podr¨ªa traerla el pueblo, pero en Espa?a el pueblo ha contado con el est¨ªmulo, las facilidades y el trabajo del Rey y de las fuerzas democr¨¢ticas que representan el pluralismo pol¨ªtico-social que supieron interpretar ese deseo de cambio". La coincidencia que se establece, por ello, entre la legitimidad hist¨®rica de la Corona y la democr¨¢tica del pluralismo de las fuerzas pol¨ªticas y sindicales "dan sentido a todo el sistema pol¨ªtico constitucional espa?ol, viniendo a ser", precisa, "la verdadera Constituci¨®n sustancial".

El corte profundo que supone la Monarqu¨ªa constitucional encarnada por Juan Carlos I en relaci¨®n con la dise?ada por el general Franco queda. evidenciado, para los rectores del curso citado, por las palabras pronunciadas por el Rey ante las Cortes espa?olas tras las elecciones democr¨¢ticas de 1977, al definir el papel de la Corona como "arbitral e integrador, sin que le incumbiera desarrollar programas pol¨ªticos concretos". "Y la Constituci¨®n", se a?ade, "dio el ¨²nico paso que faltaba para legar a la Monarqu¨ªa parlamentaria".

Finalmente, las conclusiones recogen la necesidad de que ciertos actos regios, citando en concreto los discursos a las Fuerzas Armadas, "que son actos de Estado de los que es responsable el Gobierno, parezcan", se precisa, "p¨²blicamente como tales actos de Estado y no como actos personales del Rey".