Emigrantes marroqu¨ªes y franceses sufren numerosos atracos cuando se detienen para descansar
Las carreteras burgalesas de m¨¢s tr¨¢fico la nacional I, ruta desde Francia hacia el Sur, y la 620, que va hasta Portugal, son escenario durante los meses de verano de una importante escalada de robos. Las v¨ªctimas son los viajeros, muchos de ellos emigrantes portugueses o norteafricanos en cualquier pa¨ªs europeo que hacen su trayecto anual para disfrutar las vacaciones es casa. Agotados por el viaje se detienen al borde de la carretera a echar una cabezadita. Al despertar, se encuentran con que la luna del coche ha sido rota y les han robado todas su pertenencias.
Para los sufridos Mohamed o Joao que, con el coche cargado de bultos hasta arriba, cruzan la frontera espa?ola camino de su tierra en espera de pasar unas buenas vacaciones, la llegada a la provincia de Burgos suele ser una especie de liberaci¨®n. Detr¨¢s quedan, generalmente, miles de kil¨®metros de buenas autopistas, aptas para correr, pero sin una sola arboleda o fuente donde parar a comer o a descabezar un sue?o. El emigrante medio portugu¨¦s o marroqu¨ª que circula por estas tierras no suele hacer uso de los restaurantes y hoteles de carretera. Por eso, cuando entran en la provincia de Burgos suelen llegar agotados; algunos llevan hasta diecisiete horas al volante y, al caer la tarde, aprovechando el primer recodo con ¨¢rboles, aparcan su coche y se disponen a pasar una buena noche.A veces aparcan en grupos de cuatro o cinco coches, pero esto no es obst¨¢culo para los ladrones que, limpiamente, sin despertar a los ocupantes, rompen el cristal delantero o trasero del veh¨ªculo y roban la bolsa en la que las v¨ªctimas llevan sus documentos, dinero y joyas.
Los robos suelen ser sustanciosos. A juzgar por las denuncias presentadas, los emigrantes viajan con fuertes cantidades de dinero y joyas, y es frecuente que el importe de lo robado se fije en cantidades que casi nunca bajan de las 150.000 pesetas y alcanzan, en algunos casos, las 600.000.
Los puntos 'negros' de la carretera
Desde que se entra por la nacional I a la localidad de Miranda de Ebro, los laterales de la carretera hasta Burgos presentan diversas zonas de arbolado, algunas de ellas acompa?adas de merenderos y fuentes. Estos suelen ser los lugares donde al mediod¨ªa y la noche aparcan los turismos y donde se cometen la mayor¨ªa de los robos.La salida de Miranda de Ebro, Pancorbo, La Br¨²jula, y Rubena, suelen ser los puntos m¨¢s peligrosos. Pero tambi¨¦n se cometen numerosos atracos en las zonas de acceso y salida de la ciudad: Villafr¨ªa y El Parral. En este ¨²ltimo lugar, una gran arboleda al inicio de la carretera de Portugal y punto muy concurrido por los emigrantes de este pa¨ªs, se produjo recientemente un triple robo en el que, al parecer, hubo algunos disparos intimidatorios contra las v¨ªctimas, si bien este punto no est¨¢ muy claro para el comisario de Burgos.
En general, los robos se producen sin ning¨²n tipo de violencia f¨ªsica, ya que los ocupantes de los veh¨ªculos atracados duermen profundamente y no se enteran de la presencia de los ladrones. No obstante, en alguna ocasi¨®n no ocurre esto y se producen agresiones a los ocupantes. Tal es el caso de un robo cometido el d¨ªa 15 de julio en el interior de un veh¨ªculo de matr¨ªcula francesa aparcado en el t¨¦rmino de Miranda de Ebro; tres individuos robaron y atracaron a su propietario, Bernard Authier, ocasion¨¢ndole heridas de diversa consideraci¨®n por las que hubo de ser ingresado en la residencia sanitaria de Vitoria.
El otro tramo de la Nacional I, Burgos-Madrid, tampoco se libra de robos por estas fechas. Si bien suelen ser menos numerosos en esta zona, se han producido varios en las localidades de Lerma y Milagros.
Vigilar todas las zonas de la carretera donde se suelen cometer estos robos puede resultar una tarea ardua, al igual que es imposible convencer a los automovilistas de que utilicen los hoteles o campings que se encuentran cerca de la ruta. La soluci¨®n podr¨ªa estar en potenciar iniciativas como la llevada.a cabo por los gobiernos portugu¨¦s y espa?ol, a trav¨¦s de tr¨¢fico y turismo, que el pasado a?o organizaron una campa?a de seguridad vial, que se ha repetido este verano, en favor de los emigrantes portugueses que circulan por las carreteras espa?olas.
La campa?a, todav¨ªa muy reducida, consta fundamentalmente de unos puestos de informaci¨®n atendidos por funcionarios lusitanos y espa?oles, que se encuentran en sitio visible, al lado de la carretera que va a Portugal, y de zonas protegidas para que el viajero pueda descansar o pernoctar con seguridad.
En estos puestos el viajero puede informarse en su idioma de cuestiones relacionadas con el estado de las carreteras, horario de cierre de aduanas, talleres de reparaci¨®n o lugares donde pernoctar. Esto supone, sobre todo, una gran ayuda ps¨ªquica para el conductor, que a estas alturas del viaje suele llevar una gran tensi¨®n y cansancio encima.
El problema estriba en que los servicios son insuficientes, apenas dos puestos de informaci¨®n en toda la carretera de Ir¨²n a Portugal que, adem¨¢s, solo funcionan en fechas claves de intenso tr¨¢fico, como los finales de mes. Por otra parte, estos servicios solo existen para portugueses, cuando la poblaci¨®n norteafricana que atraviesa nuestro pa¨ªs por estas fechas es numeros¨ªsima.
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