La afici¨®n, con media en las agujas

Lleva la afici¨®n "media en las agujas", con la temporadita que le est¨¢ dando el taurineo por esas plazas, y ahora tambi¨¦n en Madrid, donde parec¨ªa que la seriedad hab¨ªa tomado carta de naturaleza. Ni en Madrid se pueden ver toros ya.Salen aqu¨ª con trap¨ªo, m¨¢s que en ning¨²n otro sitio, pero se caen como si fuera Bilbao. El taurineo afirma que la culpa de las ca¨ªdas la tiene los ganaderos, que no saben criar sus reses. Pero la afici¨®n no se lo cree, ni aunque se lo repitan de rodillas. La afici¨®n sospecha -y nosotros con ella- que algo pasa; algo doloso y espeso, lo cual se comete con alevos¨ªa y mediante siniestro artificio, cuando falta poco para que los toros salten al ruedo.

Hasta no hace mucho, las ca¨ªdas se produc¨ªan principalmente en los toros de las figuras, mientras que, ahora, se han generalizado. Y esta es la gran coartada. Te dicen los taurinos: ?Que fuerza tienen Almendralito de Membibre, Chiquito del Metro-Portazgo o Diamantino Dirceu, que s¨®lo contratan una corrida al a?o y casi por casualidad, para exigir que les adulteren los toros?. Dir¨¢n de los diestros de ayer: ?Cual podr¨ªa ser la influencia de Benjumea, Calatrave?o y Rodr¨ªguez, para conseguir que el ganado les saliera inv¨¢lido?. Y ser¨¢ oportuno responderles que la debilidad del toro no s¨®lo favorece al matador pues existen muchos y encontrados intereses, empezando por el de la coartada, siguiendo por cuantos se han de poner delante del toro, caballos incluidos (y el amo de los mismos, que los ve sufrir, y se acongoja) y terminando por la banda que se gana los duros al hacer la "operaci¨®n" si es que existen tal banda y tal operaci¨®n, por supuesto.

El caso es que, desde luego algo pasa. Un toro limpio de polvo y paja, nacido para la lidia, criado de regalo, corpulento y fi¨¦ro tal cual se le ve, no es l¨®gico que ruede por la arena simplemente por correr. No tiene sentido que en una corrida como la de ayer salgan dos toros fuertes, broncos, duros, y los cuatro restantes aparezcan pegando tumbos.

Precisamente esta temporada, que era clave para el futuro del espect¨¢culo, pues hab¨ªan retornado los viejos aficionados y acud¨ªan a los cosos las nuevas promociones, se est¨¢ echando de nuevo al p¨²blico, afici¨®n incluida, y de ¨¦sta ya no vuelven, ni unos ni otros. Los propios taurinos, que ingenian sofisticadas argumentaciones para justificar el fraude, deber¨ªan comprender que sin toro la fiesta es imposible y que tanto ingenio deber¨ªan aplicarlo a devolver el toro y recuperar la fiesta. Pero ?qui¨¢!.

Uno, que ha venido de Almer¨ªa en plena Operaci¨®n Retomo tirando millas, aterrando aves del co rral, sorteando argelinos al volante -que eso s¨ª tiene peligro- para no perderse la corrida en plenitud que est¨¢ obligada a dar la empresa de Las Ventas, se ha encontrado, como los miles de ilusionados clientes que hab¨ªa en los tendidos, con que esa corrida era un fraude. Ha visto pasar penas a los pundonorosos espadas, y ha visto c¨®mo se derrumbaban los toros. Uno, tambi¨¦n lleva, por esto, media en las agujas.