Carta apasionada a un amigo de V¨ªctor Garc¨ªa
Querido Vincent: S¨¦ que esta carta va a producirte un gran dolor y quiero ser yo, tan dolorida, quien te la escriba. V¨ªctor Garc¨ªa ha muerto. S¨ª. V¨ªctor ha muerto. S¨¦ que no me crees. Yo tampoco, lo creo. Pero lo s¨¦. Durante a?os, once, he pensado que V¨ªctor no. vivir¨ªa mucho, pero siempre cre¨ª que era inmortal. Hoy est¨¢ en la c¨¢mara frigor¨ªfica de un hospital de Par¨ªs esperando una autopsia que nos d¨¦ el in¨²til nombre del virus que le ha vencido -no ha sido la cirrosis, con la que luch¨® a vida o muerte durante diez a?os- y el entierro, espero que lluvioso, en el Pere La Chaisse.Muri¨® en la noche del viernes al s¨¢bado. No saben la hora, qu¨¦ m¨¢s da. Dorm¨ªa. O eso creen. Estaba solo.. Mi t¨², ni Armanducho, ni Ma?itas, ni Julieta, ni Alain... ni yo.
Los amigos que ven¨ªan de Par¨ªs me han repetido desde hace a?os: "V¨ªctor est¨¢ muy mal", y esa noticia triste y cotidiana se asociaba dentro de m¨ª solamente a su dificultad para el trabajo, para la creaci¨®n. Ten¨ªa 47 a?os, que podr¨ªan transformarse en veinticinco o en setenta, seg¨²n su temperatura espiritual. Hac¨ªa a?os que se hab¨ªa separado del sexo. En la inevitable elecci¨®n alcohol-destrucci¨®n, sexo-esperanza, no tuvo dudas. Y en el largo camino de nuestra amistad le vi alejarse, incluso verbalmente, de toda la esfera er¨®tica, acrecent¨¢ndose su desconfianza hacia hipot¨¦ticos enamoramientos que hubieran podido interferir en su protectora soledad.
Saberle solo
(Ayer, cenando, una muchacha argentina, que no le conoci¨® personalmente, me dijo que en los ¨²ltimos meses V¨ªctor durmi¨® varias noches en el metro y en los bancos de Par¨ªs, donde le abandonaban los compa?eros ocasionales de borrachera o donde le sacaban el ¨²ltimo franco los par¨¢sitos que revoloteaban alrededor de su generosidad. Saberle solo y clochard me perturb¨® de tal manera, que he necesitado toda la noche para reproducir esas im¨¢genes bajo una luz diferente. Tratar¨¦ de decirte c¨®mo lo veo ahora.
V¨ªctor siempre quiso tocar fondo. En sus espect¨¢culos y en su vida. Tocar fondo. Y t¨² y el corto etc¨¦tera se lo imped¨ªamos de alg¨²n modo. ?Trat¨¦ tantas veces de sacarle del pozo, un pozo incomprensible para m¨ª, con mi vida peque?a, convencional, con mis alegr¨ªas, mis penas, mis ambiciones peque?as, convencionales! Un pozo lleno de un dolor desconocido, donde le esperaban Artaud, Van Gogh, Genet, Baudelaire.,.. Y ¨¦l me amaba y me odiaba por eso. Como te amaba y te odiaba a ti. Le has querido de una manera tan sencilla, tan generosa, pudiste apartarle unos kil¨®metros de ese agujero; lo comprendi¨® inmediatamente. Te alej¨® a salivazos, a desprecios, a cuchilladas, deseando tal vez que aguantaras firme, que le noquearas y te lo llevaras lejos O que te arrojaras al pozo con ¨¦l. Casi lo hiciste. Sent¨ª miedo por ti, y m¨¢s tarde un poco de rencor, cuando te vi recomenzar, reemprender tu vida ya a salvo.)
V¨ªctor sab¨ªa lo que pod¨ªa esperar de la amistad. No dudaba de ser querido. Pero ten¨ªa el convencimiento de que no pod¨ªa ser soportado. Una cualquiera de sus noches nos dejaba estragados y hechos pedazos durante semanas. V¨ªctor quer¨ªa convertir cada minuto del cotidiano en ese minuto que se recordar¨ªa durante toda la vida; usaba cualquier cosa para conseguirlo, y cuando digo cualquier cosa quiero decir todo.
La gama de recursos era inmensa, inagotable. Junto a V¨ªctor he subido a las estrellas y he bajado a los infiernos, y cuando en el 77, de una forma violenta y terrible (?c¨®mo podr¨ªa ser de otro modo?), termin¨¦ mi relaci¨®n profesional con ¨¦l, sab¨ªa que una de las etapas, m¨¢s importantes de mi vida, no s¨®lo de la profesional, terminaba en ese instante.
?Te he contado,ya que despu¨¦s de esa ruptura apareci¨® un d¨ªa en mi casa de la calle Muntaner con un cuchillo. debajo de la chaqueta para matarme o matarse, nunca comprend¨ª bien, y que, estando Armando fuera de Barcelona, tuve que llamar por tel¨¦fono al marido de mi hija Alicia y a su padre para que vinieran a protegerme? Hay mil historias como ¨¦sa, divertidas e increibles.
La huella de sus inventos
As¨ª pues, Vincent, si el sexo y el amor (para ¨¦l eran miseparables, y ten¨ªa raz¨®n) hab¨ªan desaparecido de su vida, si sab¨ªa bien lo poco y mezquino que pod¨ªa esperar de la amistad, ?qu¨¦ le quedaba para llenar las pocas horas de lucidez diarias, que ¨¦l acortaba voluntariamente? Sus espect¨¢culos, sus visiones, su creatividad. Nada m¨¢s y nada menos. No he visto sus dos ¨²ltimos montajes: Gilgamesh y Calder¨®n. Han sido a¨²n m¨¢s discutidos que los anteriores. La aportaci¨®n de V¨ªctor al teatro con tempor¨¢neo no es del tipo que se recibe con j¨²bilo, alegr¨ªa y, agradecimiento por esas quinientas personas que en cada pa¨ªs dirigen el gusto y la aceptaci¨®n d¨¦ lo que debe ser asimilado y digerido. A V¨ªctor Garc¨ªa le han llamado genio en el New York Times y mamarracho y enano en un peri¨®dico madrile?o. Los veinte premios internacionales -Londres, Los Angeles, Belgrado, Nuev a York, Argentina, Par¨ªs... - concedidos a tres de sus espect¨¢culos no han quitado virulencia a quienes no han querido ver en sus escupideras met¨¢licas palpitantes como marcapasos de pesadilla recorridos por cucarachas; en sus toneladas de hierro que volaban como poemas, que lanzaban a los actores al ¨¦ter o los engull¨ªan como matrices carn¨ªvoras; en sus dorados f¨¢licos que santificaban ad¨²lteras despu¨¦s de ser devoradas por perras en las torres de luz de un espejismo, m¨¢s que maquinismo vac¨ªo, s¨®lo hierros y motores sin sentido; una moda, en suma, el m¨¢s cruel insulto que se puede dirigir al espasmo creador de V¨ªctor.
T¨² no conoces bien el teatro espa?ol, Vincent, y por ello no puedes darte cuenta de la huella que V¨ªctor ha dejado en ¨¦l. Sobre todo en quienes le detestan. Es divertido para m¨ª, ser¨¢ triste a partir de ahora, acudir a los estrenos teatrales en mi pa¨ªs y ver aparecer, a veces ni siquiera de un modo encubierto, tantos y tantos de los inventos de V¨ªctor, de esos que en su d¨ªa sirvieron de punto de partida para los ataques que le partieron su vulnerable coraz¨®n.
Bueno, Vincent, esto no tiene fin y me estoy metiendo en un tema que no es ya interesante. Tengo ganas de verte, pero no en seguida. Tenemos que darnos tiempo. El tiempo de comprender que ¨¦l no est¨¢ y que no habr¨¢ m¨¢s espect¨¢culos de V¨ªctor Garc¨ªa: qu¨¦ descanso para algunos, qu¨¦ p¨¦rdida, qu¨¦ tristeza para el gran teatro del mundo. NURIA.
Babelia
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