El XII Congreso del PC chino /1
Durante estos d¨ªas se est¨¢ celebrando, en el palacio de la Asamblea Nacional Popular de Pek¨ªn, el XII Congreso del PC chino. Al regresar de un apasionante viaje de veinticinco d¨ªas por el gran pa¨ªs asi¨¢tico siento la necesidad de hacer algunas reflexiones sobre el momento que atraviesa China, consciente del atrevimiento que tal empresa supone al tratarse de una realidad tan vasta y compleja, me mueve a ello, de un lado, la impresi¨®n que me ha producido el desconocimiento que los espa?oles tenemos de una experiencia tan decisiva para el futuro del mundo, cuyas vicisitudes afectan directamente a m¨¢s de la cuarta parte de la humanidad. Luego, por qu¨¦ no decirlo porque me han parecido francamente superficiales los comentarios que estos d¨ªas he le¨ªdo en la Prensa espa?ola acerca de este importante suceso y sus antecedentes.China, como es bien sabido, ha vivido durante los ¨²ltimos quince a?os un per¨ªodo tumultuoso conocido con el nombre de revoluci¨®n cultural proletaria (1966-1976) y de transici¨®n posmao¨ªsta, que en el fondo ha consistido en una aut¨¦ntica revoluci¨®n pol¨ªtica en la que se han enfrentado concepciones globales distintas sobre la forma de conducir el pa¨ªs en todos los aspectos, que conoci¨® momentos de intensa confrontaci¨®n entre diferentes sectores del partido y de la sociedad, con episodios de violencia y hasta de guerra civil, aunque no generalizada al conjunto de la naci¨®n de' manera simult¨¢nea. Un per¨ªodo que los actuales dirigentes chinos consideran catastr¨®fico y que signific¨® sin duda, por los datos que se pueden manejar, un verdadero cataclismo en la vida del pueblo chino, en la producci¨®n, en la cultural en el funcionamiento del Estado y del partido.
Dos interrogantes previos
Por eso es dif¨ªcil comprender el significado de este duod¨¦cimo congreso del PC chino sin aproximarse a perge?ar una respuesta sobre dos interrogantes previos: ?por qu¨¦ -la revoluci¨®n cultural entre 1966 y,1976% y ?qui¨¦n gana la batalla del posmao¨ªsmo y por qu¨¦?
No es de recibo creer qu¨¦ un acontecimiento tan profundo y extenso como aqu¨¦l tuviese su origen en un simple error de c¨¢lculo izquierdista de Mao, a su p¨¦rdida de, facultades o a las maniobras insidiosas de algunos de sus colaboradores, aunque algo de todo ello pudiera haber. Claro que el presidente Mao cometi¨® errores graves al comenzar y dirigir personalmente un proceso que estuvo a punto de llevar al desastre a la naci¨®n china, pero, ?por qu¨¦, trat¨¢ndose de undirigente tan ¨¦xperimentado, tan l¨²cido como hab¨ªa demostrado durante largos -a?os en los que crea el PC chino, conduce una guerra de independencia victoriosa contra el imperialismo j ¨¢pon¨¦s, derrota al Kuomintang de Jiang Jieshi (Chang Kai-chek) en una larga guerra civil y crea el nuevo Estado de la Rep¨²blica Popular, encabezando as¨ª la que posiblemente es la tercera revoluci¨®n m¨¢s grande de la historia de la humanidad?
Una forma de 'esquizofrenia
La revoluci¨®n cultural fue una inmensa fuga hacia adelante (lo que en la terminologia comunista se llama desviaci¨®n izquierdista), y que no es otra cosa sino el procesa mediante el cual determinados dirigentes o partidos en momentos concretos de su vida se despegan abiertamente de la realidad, m¨¢s o menos conscientemente, con el fin de ocultar dicha realidad que les es adversa, al objeto de intentar retomar la iniciativa y mantenerse en el poder. (El proceso contrario, pero que busca el mismo resultado, es la fuga hacia atr¨¢s, llamada desviaci¨®n derechista.)
As¨ª, pues, una forma de esquizofrenia debida probablemente a la acumulaci¨®n de las dificultades y, porqu¨¦ no, a decisiones del per¨ªodo anterior, el del gran salto hacia adelante, a lo que se hab¨ªan opuesto concretos dirigentes hoy rehabilitados -como fue el caso del depuesto presidente de la Rep¨²blica Liu Shao-shi-, pero que entonces perdieron la batalla pol¨ªtica. Porque cuando se pregunta y se medita sobre la revoluci¨®n cultural, todo se vuelve oscuro sino se rela-. ciona con el per¨ªodo anterior, es decir, de 1957 a 1965, cuando se produce la pol¨ªtica del gran salto adelante, pero que en realidad, por lo que se ha ido conociendo de fuentes oficiales chinas, no fue ni tan grande ni salto, sino que tuvo ya elementos graves de precipitaci¨®n en la creaci¨®n de las comunas populares en el campo, y en el que se puede situar el origen de los desequ¨ªlibrios fundamentales.de la econom¨ªa china del per¨ªodo posterior: entre industria pesada y ligera, colectivizaci¨®n-responsabilidad individual, acumulaci¨®n- consumo, etc¨¦tera; en realidad, un excesivo ¨¦nfasis en la lucha de clases. voniendo en solfa la pol¨ªtica realista surgida del VIII Congreso, y una infrav¨¢loraci¨®n de los problemas de la construcci¨®n econ¨®mica del socialismo.
Mao intenta corregir el rumbo
Es posible que Mao intentase corregir el rumbo de los acontecimientos en 1959, pero no del todo, y ante la acumulaci¨®n de los problemas -no el menor de ellos el que originaba la retirada de la ayuda sovi¨¦tica-, y, sobre todo, ante la evidencia de que hab¨ªa sido un error- lo del gran slalto adelante (en un pa¨ªs como China, s¨®lo un trabajo sistem¨¢tico, sostenido, paciente durante a?os puede lograr un progreso equilibrado), no quedaban m¨¢s que dos opciones: o reconocer el error y dar pasos hacia atr¨¢s para, retomar la situaci¨®n sobre bases saneadas, lo que habr¨ªa significado previsiblemente cambios en el conjunto del equipo dirigente, o lanzarse abiertamente por el camino del voluntarismo y de la ideologizaci¨®n extrema de los problemas reales de la. sociedad china.
Mao escogi¨® este segundo camino a pesar de las reticencias e incluso oposici¨®n que encontr¨® en el bur¨® pol¨ªtico en hombres tan significativos como Zhou Enlai o Zhou De. El culto a la personalidad al fundador del Estado, el atraso de la sociedad china, los f¨¦rreos mecanismos de partido, la falta de exper¨ªencia en la construcci¨®n del socialismo contribuyeron a hacer el resto. La producci¨®n, dislocada durante largos periodos; las- escuelas y universidades, cerradas; los intelectuales calificados de noveno elemento mal¨¦volo, equiparados al imperialismo; los campesinos, carentes de est¨ªmulo para aumentar la riqueza; la naci¨®n, encerrada m¨¢s que nunca en el interior de su gran muralla.
Los errores los pagan dur¨ªsimamente los partidos que los cometen en las democracias occidentales en p¨¦rdida de votos y del poder si lo tienen, de militancia, de influencia social. En reg¨ªmenes de partido ¨²nico, que ejercen todo el poder, las contradicciones s¨®lo tienen salida a trav¨¦s del propio partido comunista, a no ser que se produzca un choque frontal con la mayor¨ªa de la sociedad, por medio de complejos procesos intemos en los que la sociedad no deja de influir, aunque de manera diferente a como lo hace en las democracias europeas.
La realidad es que mientras Mao vivi¨® no hubo manera de darle la vuelta a una situaci¨®n que se deterioraba por momentos, originando un descontento creciente en la poblaci¨®n. El propio Zhou, En14 uno de los pol¨ªticos m¨¢s inteligentes de este siglo, intent¨® cambiar el rumbo de los acontecimientos poco despu¨¦s de que Lin Biao cayese con su Trident en las monta?as de la Mongolia exterior. Pero una vez m¨¢s perdi¨® la batalla ante la opini¨®n de Mao de que aqu¨¦l representaba una tendencia derechista y que hab¨ªa, por tanto, que continuar por la senda de la lucha de clases incluso en el interior del partido.
Es a partir de entonces, precisamente, cuando los que el propio Mao calificar¨ªa m¨¢s tarde de banda de los cuatro ir¨ªan tomando mejores posiciones.-A la muerte de Zhou Enlai hasta intentaron hacerse seg¨²n cuentan en Pek¨ªn con la jefatura del Gobierno, pero Mao, que ya desconfiaba de ellos, se inclin¨® por Hua Gu¨®feng, que luego desempe?ar¨ªa un papel decisivo en la defenestrati¨®n,de la famosa ba nida. No obstante, ¨¦stos se mantienen mientras Mao vive. En enero de 1976 muere Zhou Enla¨ª, el hombre que hizo lo posible por evitar mayores desastres, si bien nunca se enfrent¨® abierta y p¨²blicamente a Mao, y,que, como jefe del Gobierno, tuvo que enviar en ocasiones tropas del Ej¨¦rcito para proteger los maravillosos templos milenarios de Confucio, Laots¨¦ o Buda de las iras culturales de los guardias rojos.
Cuatro meses despu¨¦s, concretamente el 5 de abril, se produce un hecho de gran trascendencia para el rumbo de los acontecimientos posteriores: el llamado incidente de Tien An-men, cuando millones d¨¦ ciudadanos de Pek¨ªn se van concentrando en la grandiosa plaza de la capital, ante el mausoleo a los h¨¦roes muertos, frente a la"entrada de la Ciudad Prohibida, en un acto multitudinario de homenaje al estadista fallecido y que es interpretado como una manifestaci¨®n de masas contra la banda de los cuatro y lo que ¨¦stos representan.
?Acto de masas espont¨¢neo aprovechando una fecha muy jentida por los chinos en que se rinde culto a los antepasados?, ?manifestaci¨®n organizada por los sectores del partido y de la sociedad que quieren dar la vuelta a la situaci¨®n?, ?mezcla de ambas cosas? Es dif¨ªcil saberlo con certeza, si bien los comunistas chinos ponen hoy el ¨¦nfasis en el papel desempe?ado por las masas en aquel momento. Lo cierto es que s¨®lo cinco meses despu¨¦s fallece el presidente Mao, y no han pasado treinta d¨ªas desde su muerte cuando la banda de los cuatro es aplastada. En esta operaci¨®n desempe?an un papel protagonista veteranos miembros del bur¨® pol¨ªtico: Ye Jianying, Li Xiannian, Hua Guofeng, apoyados por el Ej¨¦rcito, instituci¨®n que no fue controlada en lo esencial por los cuatro y que 4esempe?¨® un cierto papel de ¨¢rbitro durante todo el proceso.
Un per¨ªodo de transici¨®n
Pero una cosa es aplastara la banda de los cuatro y otra corregir realmente diez o quince, a?os de una pol¨ªtica dirigida por,un hombre carism¨¢tico como era Mao. As¨ª, de 1976 a 1978 se abre un per¨ªodo de transici¨®n, zigzagueante o en muchos aspectos, en el que se mantiene vigente lo esencial de las tesis mao¨ªstas del ¨²ltimo per¨ªodo: en el frente econ¨®mico se sigue primando la industria pesada, incluso por encima de las posibilidades de China; en lo pol¨ªtico, la lucha dentro del partido de dos clases; en lo ideol¨®gico, el pensamiento de Mao Zedong convertido en biblia .("todas las decisiones del presidente Mao hay que aplicarlas, no hay que cambiar ninguna"). Esta es la l¨ªnea de Hua Guofeng, es decir, una especie de mao¨ªsmo lineal sin Mao que no dur¨® mucho tiempo, pues, como tantas veces se ha demostrado en la historia, cuando el poder se personaliza de tal modo que sustituye a las instituciones (las que sean), al desaparecer - el hombre carism¨¢tico, real o fabricado, se produce tarde o temprano una profunda revisi¨®n de su obra cuando no su simple liquidaci¨®n.
Lo primero es lo que empieza a hacerse en serio, paso a paso, a partir de diciembre de,1978, en la famosa tercera sesi¨®n plenaria del Comit¨¦ Central, punto de referencia obligado en los an¨¢lisis de los actuales dirigentes chinos y que inicia el nuevo rumbo de China.
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