El XII Congreso del PC chino / y 2
La muerte de Mao, en oto?o de 1976, abri¨® la espita para los cambios, aunque es posible que las condiciones id¨®neas para los mismos se fraguasen en vida del gran dirigente chino. Parece evidente que durante los dos a?os posteriores a su fallecimiento se producen resistencias fuertes por parte de los mao¨ªstas puros o de los continuistas que todo per¨ªodo de poder personal produce.Pero ni las naciones ni los partidos se suicidan y mucho menos un partido con las tradiciones revolucionarias del chino, por lo que, poco a poco, las fuerzas renovadoras van imponiendo las transformaciones necesarias que alejaban el peligro de hundimiento de lo conseguido desde 1949. La lucha de clases deja de ser la clave de la situaci¨®n para pasar el testigo a la construcci¨®n econ¨®mica del socialismo; el pensamiento de Mao Zedong tiene que ser interpretado en clave dial¨¦ctica pues "la pr¨¢ctica es el ¨²nico criterio de la verdad" -como gusta repetir a Deng Xiaoping-, se introduce el principio de la responsabilidad familiar -por tanto de la ganancia personal- en las labores del campo, en contra del viejo principio: "Comer todos la misma raci¨®n de la misma olla"; se prima la industria ligera sobre la pesada y el consumo sobre la acumulaci¨®n; se empieza a regularizar la vida interna del partido; China se abre hacia el exterior y la sociedad civil vive momentos de cierta apertura que se observa claramente hasta en la forma de vestirse la gente y el ambiente en las calles de las ciudades o en las comunas.
El triunfo de Deng Xiaoping
Es el triunfo de la l¨ªnea de Deng Xiaoping, el peque?o joven -hoy ya anciano- con cara inteligente que aparece en la foto (1924) del famoso grupo de Par¨ªs, junto a su maestro Zhou Enlai, en la pared de la casa de Shanghai, hoy museo, donde se fund¨® un d¨ªa de julio de 1921 el Partido Comunista chino.El dirigente fue secretario general del partido por los a?os cincuenta, cuando Liu Shao-shi ocupaba la presidencia de la Rep¨²blica y que a lo largo de su dilatada vida pol¨ªtica ha sido arrojado en tres ocasiones a las tinieblas por atreverse a decir "yo disiento" y que tantas otras veces ha vuelto a resurgir como triunfador por aquello de que "la pr¨¢ctica es el ¨²nico criterio de la verdad en un ejemplo realmente notable de coherencia y honestidad pol¨ªtica.
Es, por tanto, en la culminaci¨®n de este complicado proceso donde hay que situar la celebraci¨®n del 12? Congreso del PC chino. Un congreso que pretende cerrar definitivamente toda una larga etapa hist¨®rica y consolidar e impulsar una nueva que se abri¨® en diciembre de 1978 con la 3? Sesi¨®n plenaria del CC y cuyos resultados, en estos tres a?os, son considerados por los observadores extranjeros y los dirigentes chinos como ampliamente satisfactorios.
Mi impresi¨®n, pues, es que el 12? congreso tiene como tres grandes ejes lanzados hacia el futuro. En primer lugar, establecer los objetivos estrat¨¦gicos de la construcci¨®n econ¨®mica hasta el a?o 2000, poniendo el ¨¦nfasis en la modernizaci¨®n del pa¨ªs. En todos los aspectos ning¨²n dirigente chino actual se cansa de repetir que son un pa¨ªs atrasado,subdesarrollado, del Tercer Mundo, con una renta per c¨¢pita que no alcanza los trescientos d¨®lares, y que han perdido un tiempo precioso. Los objetivos en este terreno ser¨ªan lograr un cecimiento anual del 5% del PIB en los pr¨®ximos a?os, intentando acelerar el ritmo a partir de la d¨¦cada de los noventa y alcanzar una renta per c¨¢pita a final del siglo de mil d¨®lares, de tal suerte que, para entonces, el pueblo chino pueda gozar de "una vida acomodada, de tipo medio".
Esta ingente tarea no se dar¨¢ sin contradicciones que ya se apuntan y que los comunistas chinos no desconocen. De un lado, es imposible comprender ning¨²n problema chino si se olvida un dato b¨¢sico estructural: los mil millones de bocas que componen su poblaci¨®n y la necesidad estrat¨¦gica de limitar su crecimiento. De ah¨ª la estricta pol¨ªtica de planificaci¨®n familiar, con premios a las parejas de un s¨®lo hijo y castigos econ¨®micos a los que tengan varios.
Contradicci¨®n en la planificaci¨®n familiar
Ahora bien, ?hasta qu¨¦ punto no existe una cierta contradicci¨®n entre estas medidas y el principio de la responsabilidad personal en la producci¨®n de la comuna, que empuja a las familias campesinas a tener varios hijos, pues son una fuerza productiva rentable, todo ello unido al hecho de que la mecanizaci¨®n no avanza por razones obvias? El tiempo dir¨¢ c¨®mo se resuelve el problema, pero constatamos que el 80% de los chinos vive en el campo.Parece evidente tambi¨¦n que incidir en la industria ligera y en el consumo tiende a elevar el nivel de vida y la estabilidad social; pero conseguir el necesario equilibrio con la acumulaci¨®n y la industria pesada no es nada f¨¢cil en un pa¨ªs que tiene una renta de trescientos d¨®lares por persona, que necesita realizar a¨²n una fuerte acumulaci¨®n, pues no quiere caer en la dependencia exterior y tampoco goza de una balanza de pagos que le permita masivas importaciones, si bien las grandes reservas de petr¨®leo pueden ser una importante baza cara al futuro.
De igual modo, ser¨¢ importante seguir la evoluci¨®n de las propias comunas populares, en las que ya se han introducido reformas importantes que han permitido un aumento en la producci¨®n agraria, pero que poseen en su seno miles de talleres, peque?as f¨¢bricas y trabajos auxiliares de gran inter¨¦s, que hoy son, posiblemente, imprescindibles, pero cuya rentabilidad, a ojos de un occidental, es dudosa en un proceso de modernizaci¨®n y que, tarde o temprano, exigir¨¢n una reconversi¨®n. En todo caso, hoy el sistema funciona y se desarrolla.
En segundo lugar, hay una pretensi¨®n clara de normalizar la vida interna del partido y recuperar su prestigio como fuerza dirigente de la sociedad.
Es dif¨ªcil saber hasta qu¨¦ punto este prestigio ha sido da?ado durante el per¨ªodo aqterior, pero parece evidente que se ha originado un serio desgaste.
Con gran sinceridad, los responsables chinos reconocen que existe un ambiente creciente de despolitizaci¨®n, que a la gente lo que le preocupa son las soluciones de los problemas cotidianos, de la comida, la vivienda, la escuela, la sanidad, etc¨¦tera; que muchos j¨®venes perdieron la fe en el partido, incluso en el socialismo, y que algunos hasta ponen en duda s¨ª ser¨¢ superior al capitalismo; aunque debo a?adir que en mi corta experiencia personal he observado que en las f¨¢bricas visitadas hab¨ªa bastantes m¨¢s miembros de la juventud comunista que del propio partido (salvando el que las condiciones, de ingreso no son las mismas).
Las "bellas tradiciones"
Tampoco se puede olvidar que la mitad de los actuales 39 millones de afiliados ha ingresado durante la revoluci¨®n cultural y que, por tanto, una parte de los mismos carece de las bellas tradiciones del partido. El XII Congreso se plantea as¨ª la reforma de los estatutos elaborados en en XI congreso, de 1977, ahora criticado por no haber sido capaz de abrir la nueva etapa. La intenci¨®n, en este sentido, es clara, los resultados s¨®lo la vida los determinar¨¢En resumen se trata de recuperar esas bellas tradiciones que para los comunistas chinos son el centralismo democr¨¢tico, la direcci¨®n colectiva, la reducci¨®n de la burocracia, el rejuvenecimiento y la especializaci¨®n de los cuadros, ¨ªncluso estableciendo edades l¨ªmite para ocupar ciertos cargos en el partido y en el Estado.
La desaparici¨®n de las figuras de presidente y vicepresidente, para retomar el de secretario general parece indicar una intenci¨®n de normalizar los ¨®rganos de direcci¨®n en conexi¨®n con lo que ha sido la tradici¨®n comunista y abandonar el car¨¢cter presidencialista que ten¨ªa la c¨²spide del poder en la ¨¦poca de Mao.
Todo parece apuntar a que se reforzar¨¢ el papel del secretariado con Hu Yaobang como secretario general y Zhao Ziyang como jefe del Gobierno, con entrada en el CC de miembros j¨®venes y especializados.
Adem¨¢s, aparece una novedad con el nuevo comit¨¦ o consejo de asesores, en el que se pretende incluir a los veteranos con m¨¦ritos excepcionales y que formar¨ªa una especie de senado comunista que facilitase, de un lado, la renovaci¨®n sin traumas y, de otro, que sirviese de garant¨ªa de que no se repetir¨¢n los excesos y desviaciones del pasado. Para comprender el significado de este comit¨¦ hay que tener en cuenta quiz¨¢ el papel que en la sociedad china juegan los ancianos, figuras que est¨¢n rodeadas de un halo reverencial, aunque se trate de un viejo en cucl¨ªllas y harapiento abanic¨¢ndose en el bordillo de una acera.
Generaci¨®n intermedia
Sube pues al poder una generaci¨®n de edad media, educados en la escuela pragm¨¢tica y realista de Zhou Enlai y Deng, que ha ocupado cargos a diferentes niveles de responsabilidad provincial en el pasado, que sufri¨® las iras de los guardias rojos y la banda de los cuatro y que han demostrado ser gestores eficaces de la cosa p¨²blica, convencidos de que el pueblo chino, como todos los dem¨¢s, desea comer, vestir, tener una educaci¨®n, un transporte y una sanidad cada vez mejores, que no se puede alimentar a un pueblo s¨®lo a base de marxismo-leninismo, pensa-miento de Mao Zedong, y que para ello son necesarias la paz y buenas- relaciones con todo el mundo.?Qui¨¦n garantiza que no se rep¨¦tir¨¢n fen¨®menos como los del pasado? Esta es una pregunta que se hacen algunos y la respuesta suele ser que la historia no se repite. Es verdad, pero ¨¦sta es una simple frase si no se modifican en su ra¨ªz los fundamentos objetivos y mentales que hicieron posibles aquellos acontecimientos indeseables.
Y de ello es consciente el actual equipo chino, incluido el que tendr¨¢ que vencer a¨²n las resistencias -de los que opinan que "se va demasiado lejos" por miedo a que el pa¨ªs se escape de las manos. O de aquellos otros que tienen temor o prevenci¨®n, a la "contaminaci¨®n ideol¨®gica", a que se pueda perder la "pureza de las ideas comunistas".
Progreso y contaminaci¨®n
La misma situaci¨®n actual de una ciudad como Cant¨®n, que ante la proximidad de Hong Kong aparece como la m¨¢s contaminada de China, abundar¨ªa en esta direcci¨®n. Pero es evidente que modernizaci¨®n y progreso no son sin¨®nimos de burgues¨ªa, occidentalizaci¨®n y decadencia de las sanas tradiciones de un pueblo. Cada uno tiene que? acceder a la modernidad a partir de sus tradiciones, pero sin creer que todo lo que viene de fuera es contaminaci¨®n y decadencia.El pueblo chino, por lo poco que he podido observar, tiene una manera de ser, de relacionarse a nivel personal, de reaccionar que surge del fondo milenario de su historia, al lado de algunas de cuyas manifestaciones las nuestras son de aut¨¦nticos b¨¢rbaros, si bien es cierto que tambi¨¦n hay otras que no ser¨ªan imaginables en Europa debido a nuestras largas tradiciones democr¨¢ticas. En todo caso, ser¨ªa una tragedia que este pueblo perdiera sus finas tradiciones para adoptar las modas occidentales, pero no es menos cierto que el aumento del nivel de vida, la industrializaci¨®n moderna, la elevaci¨®n cultural, la apertura hacia el exterior plantear¨¢n nuevas interrogantes a los ciudadanos, a la juventud, nuevos problemas que no podr¨¢n resolverse con los viejos m¨¦todos o las antiguas recetas, que exigir¨¢n, por tanto, nuevas formas de relacionar el partido con la sociedad y maneras eficaces de participaci¨®n de ¨¦sta en los asuntos p¨²blicos.
La modernizaci¨®n del Estado
El crecimiento econ¨®mico, la estabilidad social y la misma normalizaci¨®n de la vida del partido quedar¨ªan incompletas si no se abordasen los problemas que plantea la modernizaci¨®n del propio Estado socialista y su legalidad. De ah¨ª que en noviembre de este a?o se haya convocado la 5? Sesi¨®n de la Asamblea Nacional Popular, que tiene como objetivo esencial elaborar la nueva Constituci¨®n de la Rep¨²blica. Un ¨¦nfasis en la legalidad socialista, los derechos y deberes de los ciudadanos, el poder judicial, el restablecimiento de la figura del presidente de la Rep¨²blica, hoy inexistente, ser¨ªan quiz¨¢ las l¨ªneas m¨¢s importantes del proyecto, dejando bien claro en todo momento, y aqu¨ª el ¨¦nfasis es doble, que China es un pa¨ªs socialista de dictadura de proletariado, dirigido por el Partido Comunista.Se consolida, pues, un nuevo per¨ªodo en la historia milenaria de China que puede ser decisivo para el futuro de la humanidad. Impresiona, cuando se viaja por su territorio, contemplar esa inmensa masa de campesinos inclinados durante largas horas, pacientes, cuidando las vastas extensiones de ma¨ªz, arroz, algod¨®n, tabaco, sorgo u otros cereales, como si de una huerta se tratase, aprovechando de forma incre¨ªble hasta el ¨²ltimo pegujal de tierra. ?Cu¨¢l podr¨¢ ser la aportaci¨®n de este pueblo, al que se coge un gran cari?o con pocos d¨ªas de trato, si logra realmente modernizarse y abrirse al progreso sin perder por ello algunas de sus bellas tradiciones?
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