El asesinato de Bechir Gemayel abre un per¨ªodo de peligrosa incertidumbre en L¨ªbano
Bechir Gemayel, presidente electo de L¨ªbano y l¨ªder de la comunidad cristiana, muri¨® ayer en un atentado perpetrado contra la sede de su partido, Kataeb (milicias crsitianas falangistas) en Beirut este. La noticia, que ha provocado una conmoci¨®n en la capital libanesa, fue confirmada esta madrugada por el primer ministro liban¨¦s, Chafic Wazan, quien declar¨® que recibe "con profundo dolor esta noticia tr¨¢gica" y denunci¨® "energicamente, desde lo m¨¢s profundo de m¨ª, este acto criminal que es un eslab¨®n m¨¢s del compl¨® continuo contra L¨ªbano". La muerte de Gemayel abre un periodo de peligrosa incertidumbre en un pa¨ªs ocupado por dos Ej¨¦rcitos extranjeros y que intenta renacer tras una guerra reciente.
Varias horas despu¨¦s de producirse el atentado (sobre las cuatro de la tarde) todav¨ªa reinaba una gran confusi¨®n sobre las circunstancias precisas de la muerte de Gemayel. La explosi¨®n de 200 kilos de dinamita derrib¨® tres pisos del edificio donde se encuentra la sede del partido Kataeb (milicias falangistas cristianas) en el momento en que Bechir Gemayel se encontraba reunido con varios dirigentes. Como consecuencia de la explosi¨®n resultaron muertas otras diez personas, tres de ellas responsables del Kataeb.Seg¨²n algunos testimonios, Gemayel fue sacado de entre los escombros una hora despu¨¦s de registrarse el atentado y trasladado en una ambulancia a un hospital de Beirut. En las horas inmediatamente posteriores a la explosi¨®n las informaciones difundidas afirmaban que el l¨ªder falangista hab¨ªa escapado ileso.
Nerviosismo en Beirut
S¨®lo siete horas despu¨¦s del atentado, a las once de la noche, cundi¨® la alarma en Beirut por la emisi¨®n de m¨²sica cl¨¢sica en la radio oficial. En la capital libanesa reinaba un gran nerviosismo a partir de ese momento. Se escucharon varios disparos de armas autom¨¢ticas y las campanas de varias iglesias comenzaron a repicar. Las calles, que se. encontraban desiertas, se llenaron repentinamente de coches que portaban el retrato del l¨ªder falangista desaparecido. Desde esa hora, La Voz de L¨ªbano Libre comenz¨® a difundir comunicados en los clue se ped¨ªa a los componentes de las Fuerzas Libanesas no circular y abstenerse de llevar a armas.
La muerte de Bechir Gemayel, veintid¨®s d¨ªas despu¨¦s de su elecci¨®n para la presidencia de la Rep¨²blica libanesa y ocho antes de su toma de posesi¨®n, se produce en uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la historia de L¨ªbano. Con gran parte de su territorio ocupado por el Ej¨¦rcito israel¨ª, otra zona controlada por las tropas sirias de la Fuerza Arabe de Disuasi¨®n, y el recuerdo a¨²n vivo de los bombardeos israel¨ªes sobre Beirut, L¨ªbano se enfrenta a una vac¨ªo de poder de consecuencias imprevisibles.
Un profesor universitario liban¨¦s, citado por la agencia Efe, afirmaba ayer poco despu¨¦s de conocerse la noticia que "la mitad del pa¨ªs ha quedado sumida en la desesperaci¨®n y la otra mitad en el terror".
Todo tipo de hip¨®tesis se barajaban ayer sobre la autor¨ªa del atentado. Mientras algunos observadores parec¨ªan rechazar la responsabilidad de una acci¨®n palestina o de las milicias de la izquierda musulmana, otros recordaban las diferencias que manten¨ªa Gemayel con el otro hombre fuerte de la comunidad cristiana libanesa, el expresidente Camille Chamoun, quien en 1976 perdi¨® su liderazgo sobre los cristianos.
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